Economía

Cambios en la dirigencia Industrial

Nuevo titular de Fisfe: “Pelear por un modelo que cuide la producción por sobre la especulación”

Javier Martín, presidente de la Federación Industrial de Santa Fe, describió el impacto de la volatilidad cambiaria y los desafíos del sector en un año clave. Habló de dificultades para instaurar un dólar diferencial y remarcó la importancia de sostener avances en Vaca Muerta y explotación del litio


El flamante presidente de Fisfe, Javier Martín, junto a su antecesor, Víctor Sarmiento

La Federación Industrial de Santa Fe renovó sus cargos directivos y designó a Javier Martín, quien hasta el momento era vicepresidente primero, como nuevo presidente. Desde la entidad consensuaron mantener las mismas autoridades en la comisión y ratificar el modelo de desarrollo en un año clave para el futuro económico de Argentina. En diálogo con El Ciudadano, Martín reconoció que mantienen relación con distintos sectores del espectro político, pero ratificó que defenderán “un sistema que cuide la producción por sobre la especulación financiera”.

El directivo industrial también se refirió a las dificultades cambiarias que atravesó el país durante esta semana y el impacto directo en las cadenas productivas. “A partir de las fuertes oscilaciones de esta semana hay operaciones que se vieron retrasadas o se postergaron, en función de la falta de certeza en el costo de la mercadería. Esa situación genera incertidumbre, todavía no impacta de lleno en la producción porque en su gran mayoría hay un stock de seguridad”, señaló.

Los últimos datos publicados por la Federación, correspondientes a febrero, mostraron los efectos de la sequía, la alta inflación y la falta de dólares para la actividad. Son algunos de los desafíos que tienen la entidad por delante para este 2023. Desde Fisfe confían en que el avance en Vaca Muerta y la explotación del permitan compensar las dificultades y dinamizar la actividad en la provincia.

La escasez de divisas y las dificultades para importar siguen siendo un cuello de botella para la industria regional. Los referentes del sector mantienen línea abierta permanente con autoridades nacionales con el objetivo de que estos factores alteren lo menos posible las líneas productivas. El propio Martin reconoció que se barajó la posibilidad de un dólar diferencial para aquellas pymes que exportan y explicó: “para acceder a esos valores se firman compromisos para no aumentar precios máximos en un 3% cuando el último índice de inflación fue 7%”.

—¿Qué diagnóstico hace de la actualidad industrial de la provincia?

—Estamos es una situación compleja y heterogénea. Venimos de ocho trimestres de crecimiento y sobre finales del año pasado comenzamos a ver una ralentización en algunas ramas. Algunos sectores continúan creciendo a tasas de dos dígitos mientras que otros sectores se amesetaron o se redujeron. Fruto de diferentes factores: después de la pandemia vino el impacto de la guerra, con fuerte encarecimiento en insumos y fletes y cuando pensamos que nos estábamos recuperando, tuvimos la sequía, con fuerte impacto en rubros directa o indirectamente vinculados al sector rural u del agro.

—¿Cómo afecta a la producción la tensión cambiaria que se vivió esta semana en Argentina?

—A partir de las fuertes oscilaciones de esta semana hay operaciones que se vieron retrasadas o se postergaron, en función de la falta de certeza en el costo de la mercadería. Esa situación genera incertidumbre, todavía no impacta de lleno en la producción porque en su gran mayoría hay un stock de seguridad, con lo cual no debería verse en la cadena productiva. De persistir puede llegar a traer inconvenientes.

La evolución hacia el fin de esta semana indica que se estaría calmando la situación y todo debería volver a la normalidad en breve. Estos movimientos alteran uno de lso principales precios de la economía que es el valor del dólar y hay mucha mercadería atada a ese valor, con lo cual cuanto mayor estabilidad tengamos en esa variable, más tranquila va a ser la operatoria productiva.

—¿Cómo imaginan el resto del año atravesado por la contienda electoral?

—Viene un segundo semestre con muchos desafíos. A eso hay que sumarle las consecuencias de la inflación que complica los precios relativos y las dificultades con las importaciones que terminan impactando en la cadena de valor. También hay que tener en cuenta que estamos en un año marcado por un proceso electoral, eso mete ruido porque no hay un solo gobierno con el que discutir, hay que empezar también con los candidatos para plantearles nuestro modelo. Nos interesa que exista una política industrial que promueva la producción, la generación de empleo genuino y de agregado de valor. Argentina no tiene otra salida si no es aumentando la producción de productos con valor agregado.

—¿Qué expectativas tiene la industria en términos electorales?

—Vamos a continuar peleando por un modelo que cuide la producción por sobre la especulación financiera, donde sea más conveniente invertir en Argentina con generación de empleo y agregado de valor, que tener un plazo fijo. En esa vereda vamos a estar siempre.  Para el 2024 las perspectivas van a ser favorables por el avance en Vaca Muerta y explotación del litio. Argentina va a tener una mejora en la balanza comercial, el agro va a empezar a exportar nuevamente. Vamos a ver un crecimiento de entre el 2% y el 4%.

—¿Qué sectores puede compensar las pérdidas ocasionadas por la sequía?

—Maquinarias especiales, por ejemplo, ya tiene su producción del año vendida, y la industria automotriz sigue creciendo. En general las industrias vinculadas con la exportación no están nada mal.
Estimamos que todo lo que tiene que ver con Vaca Muerta, explotación del litio, va a continuar de manera ascendente. El año que viene es probable que tengamos un año superavitario en energía gracias al gasoducto Néstor Kirchner y hasta comenzaríamos con exportaciones de energía. La situación en el mediano plazo es alentadora, el tema es cómo vamos a pasar este año.

—¿Cómo puede impactar la explotación del litio y el avance en Vaca muerta en santa fe?

—Nosotros tenemos muchas industrias que dependen de Vaca Muerta: metalúrgica, de fundición, transporte. Hoy YPF y otras petroleras mueven muchísimos. Santa Fe tiene mucha provisión de equipos, repuestos y servicios industriales para todo el complejo petrolífero de Vaca Muerta. Se está trabajando muy bien y hay grandes expectativas.

—¿Cuánto está impactando la escasez de dólares?

—Es un fenómeno que viene impactando fuerte. Repercute en el tema importaciones porque es difícil conseguir liberación normal y fluida de autorizaciones para acordar con proveedores. No vemos que eso vaya a resolverse de un momento para el otro y no creo que en un año eleccionario la situación cambie. Hay que ir resolviendo a medida que avanzamos

—¿Cómo sobrellevan las empresas exportadoras las dificultades para el pago al exterior?

—Es un problema, en principio los proveedores tienen paciencia, pero a medida que se van retrasando pagos, se complica el envío de nuevos pedidos. Siempre tuvimos crédito comercial con el exterior pero estos procesos complican mucho. SI no hay un comercio fluido, se complican las relaciones comerciales porque no pagamos a términos.

—¿Mantienen diálogo con el Ministerio de Economía respecto a es tema?

—Tenemos un diálogo fluido, una vez por semana nos untamos en Buenos Aires con autoridades del Ministerio de Economía y del Ministerio del Interior para ver cómo funcionan los Sistemas de Importaciones (Sira) y resolviendo los casos más críticos y urgentes, pero la escasez de dólares está y se intenta administrar cubriendo baches.

—¿Plantearon en algún momento la posibilidad de implementar un tipo de cambio diferencial para industrias exportadoras?

—Si, desde un principio. A nosotros nos gustaría un mercado de cambio único y que no haya tantas complicaciones. Frente a las dificultades, intentamos que por lo menos las economías regionales y pymes puedan acceder a un dólar más elevado para fomentar la exportación y facilitar el ingreso de divisas. Es complicado, porque ir creando tipo de cambios diferenciales no es fácil para controlar. Otro inconveniente es que para acceder a esos valores se firman compromisos para no aumentar precios máximos en un 3% cuando el último índice de inflación fue 7%. Eso genera problema.

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