Tras 160 réplicas, un nuevo terremoto de 7.8 grados en la escala de Richter afectó el norte de Chile y la Oficina Nacional de Emergencias del Ministerio del Interior de Chile (Onemi) dispuso una alerta de tsunami para toda la costa del país.
La mandataria Michelle Bachelet debió ser evacuada del hotel en el que se hospedaba en la ciudad de Arica, donde el nuevo movimiento se sintió con fuerza.
El movimiento tuvo como epicentro el mar, a 212 kilómetros al oeste de Iquique, a 1.500 kilómetros al norte de Santiago y según el Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada el terremoto reúne todas las condiciones para provocar un tsunami.
Chile había vuelto a la normalidad luego de ser azotado por un intenso terremoto de magnitud 8.2, que generó alertas de tsunami en gran parte del Pacífico latinoamericano y que dejó seis muertos.
El Centro Sismológico Nacional informó que luego del sismo se registraron unas 160 réplicas de mediana magnitud y advirtió que éstas se podrían repetirse durante meses.
Luego del primer terremoto, sismólogos de EEUU habían considerado la amenaza de un gran movimiento de unos 9 grados de magnitud que podía volver a afectar el norte del país.
“No habrá restricciones en el uso de recursos para enfrentar la emergencia”, anunció el ministro de Hacienda, Alberto Arenas, tras la gira de la presidenta Michelle Bachelet a las urbes más afectadas por la tragedia en el norte del país.
“El gobierno está acá para apoyarlos, ustedes han dado un tremendo ejemplo”, confirmó Bachelet desde Iquique, epicentro del sismo que provocó alertas de tsunami en Perú, Colombia, Panamá, Ecuador, Nicaragua y Costa Rica.
“Sabemos que muchos pescadores perdieron sus embarcaciones (…) y que hay problemas de conectividad”, añadió la mandataria.
La presidenta Michelle Bachelet, acompañada de sus ministros, voló en un avión militar hacia el norte del país.
Al no registrarse saqueos ni situaciones de violencia luego del primer movimiento telúrico fuerte, el ministro de Defensa, Jorge Burgos dijo que “los seres humanos aprendemos las lecciones” y valoró el despliegue inmediato de las fuerzas armadas en la zona, a diferencia de lo sucedido en 2010.
Ese año, las fuerzas armadas tardaron 36 horas en llegar a las áreas afectadas por la catástrofe en el sur del país, que se vio azotado por saqueos e ingobernabilidad, en especial en sus puertos.
“Los niveles de coordinación de las Fuerzas Armadas y el Estado Mayor Conjunto con este ministro han sido de buen nivel ahora”, recalcó Burgos, un ex diputado demócrata cristiano.
La crisis, generó problemas en el servicio de agua potable y electricidad a amplias zonas del norte del país, obligó a evacuar a 2.000 reclusos desde cárceles aledañas a zonas costeras en puertos como San Antonio o Lebu, a dos mil kilómetros del epicentro sísmico.
España, Brasil, EEUU, Ecuador, Perú y Argentina expresaron su apoyo y solidaridad a Chile, ofreciendo incluso ayuda para enfrentar la catástrofe.
Chile, situado sobre las placas de Nazca y Sudamericana, concentra más de un 40 por ciento de la actividad sísmica del mundo y fue escenario en 1960 del mayor terremoto de la historia, en Valdivia.
El país, bañado por el Pacífico, posee además más de 2.000 volcanes, varios de ellos activos.
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