Policiales

Un freno a la violencia armada

Nueva marcha por Mauro Villamil mientras investigan si los homicidas “quisieron dejar un mensaje” 

Familiares y organizaciones sociales se reúnen de las 17 de este sábado en el Monumento para pedir justicia por el playero asesinado en Tiro Suizo. La Fiscalía intenta determinar si los 40 disparos contra la verdulería que asesinaron a Mauro y dejaron tres mujeres heridas fueron por una extorsión


La Fiscalía investiga el crimen de Mauro Villamil, el playero asesinado a tiros la tarde del miércoles pasado cuando hacía las compras en una verdulería de su barrio Tiro Suizo, bajo la hipótesis de que el gatillero disparó unas 40 veces para “dejar un mensaje mafioso al comercio”.  Esa demencial balacera también dejó a tres mujeres heridas. El homicidio de Mauro generó bronca y dolor entre sus conocidos, compañeros de trabajo y allegados que derivó primero en un paro de taxis y estaciones de servicio la tarde noche del jueves. Hubo otra marcha el viernes para pedir justicia. Este sábado a las 17, hay una nueva convocatoria de distintas organizaciones vecinales y familiares de víctimas de la violencia lesiva que azota la ciudad, quienes se reunirán en el Monumento Nacional a la Bandera para exigir mayor seguridad.

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La presunción sobre el móvil del homicidio de Mauro Villamil, de 36 años y padre de tres niños, fue informado por la fiscal Regional de la Segunda Circunscripción del Ministerio Público de la Acusación (MPA), María Eugenia Iribarren, al brindar detalles sobre la pesquisa por el homicidio cometido el miércoles pasado en Corrientes al 4800, casi esquina con Gutiérrez, de zona sur.

“La hipótesis que tenemos es que los autores de los disparos quisieron dejar un mensaje”, sostuvo la jefa de los fiscales de Rosario respecto al crimen de Villamil, un empleado de una estación de servicios y también taxista que fue asesinado en la verdulería La Vieja Esquina mientras hacía compras para ir a un asado con compañeros de trabajo.

Según la investigación, una persona que pasó caminando por el lugar, se ubicó de frente al local, pero distanciado por unos metros, y disparó con lo que se presume una ametralladora contra el comercio. Luego escapó junto a dos cómplices, con quienes escapó en un automóvil, cuyo conductor los esperaba. Como consecuencia de las 40 detonaciones murió Villamil y tres empleadas de la verdulería sufrieron heridas, una en el cuello, otra en la zona lumbar y la tercera en el antebrazo, informaron voceros del MPA.

El asesinato del trabajador generó conmoción por su condición de víctima al azar, atento a que los indicios se encaminan a que quedó en medio de disparos que no lo tenían como destinatario.

Entre otras repercusiones por el crimen, el jueves los estacioneros hicieron un paro entre las 18 y las 22, al que se adhirieron las cámaras y el sindicato de taxistas, tarea que la víctima hacía como “changa” con el vehículo de su padre.

Iribarren dijo el viernes en declaraciones al programa radial La Ocho que “esos casos son los que provocan más indignación, porque hay víctimas que no tuvieron nada que ver con conflictos de una organización criminal”.

La fiscal Regional agregó que “la hipótesis que tenemos es que los autores de los disparos quisieron dejar un mensaje”, y dijo que si bien no puede “adelantar las líneas de investigación, una de las hipótesis es esa”.

Voceros del caso indicaron que la pesquisa se enfoca en una posible extorsión al comercio barrial, cuyos dueños ya sufrieron con anterioridad. Esta modalidad no es excepcional y se vienen repitiendo en los últimos años donde en, su mayoría, son organizados por personas privadas de su libertad, quienes contratan “tiratiros” para llevar a cabo extorsiones a comerciantes, a los cuales le piden dinero a cambio de no atacarlos.

“Hace un tiempo hubo investigaciones respecto de la verdulería, incluso hay personas detenidas por esa investigación”, dijo la jefa de los fiscales.

“Pero son líneas de pesquisa que no podemos adelantar hasta que no haya algo más concreto”, agregó, y no brindó más precisiones sobre el caso que es investigado por la fiscal de la Unidad de Homicidios, Georgina Pairola.

Exigir justicia para que no haya otro Mauro

Mauro trabajaba en la estación de servicio Shell de bulevar 27 de Febrero y Corrientes, muy cerca de donde lo asesinaron. Su muerte violenta generó mucha conmoción, bronca y dolor por parte de los vecinos y sus allegados. El jueves pintaron una estrella roja con su nombre justo frente a donde trabajaba. El viernes por la mañana, las autoridades de la escuela San Antonio, donde asisten los hijos de la víctima, marcharon y le dedicaron una oración para Mauro.

Por la noche, familiares y amigos hicieron bajo la lluvia torrencial una manifestación espontánea en la esquina de las avenidas Uriburu y San Martín para exigir acciones a todos los poderes y niveles del Estado para que no haya otro Mauro.

“Dejaron a una familia destrozada”, dijo su hermana, ante el cronista del noticiero Telenoche mientras que los manifestantes exigieron que encuentren a los culpables para que paguen por el asesinato.

Este sábado es el tercer día de reclamos en el que participarán distintas organizaciones vecinales y de familiares de víctimas de la violencia armada. “¡Rosario despierta! Hagamos ruido y que nos escuchen. Este sábado 06/05 a las 17 todos al Monumento”, reza una de las convocatorias por redes sociales.

 

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