Policiales

Un agente herido

Nueva firma mafiosa: el texto dejado en la Unidad Penitenciaria 3 tenía la rúbrica de “Los Colombias”

Flamante sello, con reminiscencias a los cárteles caribeños, apareció en el ataque al edificio de Suipacha al 1500. Un uniformado terminó con heridas de bala en mano y muslo, pero autoinflingidas en el momento de la balacera


Tiros, nota y herido indirecto en Suipacha al 1500. Foto: Juan José García.

El tercer ataque a balazos del año contra un edificio penal, perpetrado la noche de este lunes, tiene condimentos. El primero es la irrupción de una nueva firma en los clásicos textos con amenazas dejados tras los tiroteos. La rúbrica del cartel, en este caso, fue “Los Colombias”, obvia alusión a los cárteles narcos del país caribeño. Otra singularidad es que la agresión dejó un agente penitenciario herido de bala, pero no como consecuencia directa sino por disparo de su propia arma, de acuerdo a las primeras informaciones.

“Dejen de molestar a los pibes del pabellón 5 de Piñero”. El texto, por duplicado en dos carteles, estaba dentro de una bolsa de plástico transparente cerca del portón de la Unidad Penitenciaria 3 de la zona oeste de Rosario. Lo dejaron los que, a las 22.20 de este lunes, dispararon al menos cuatro veces contra el frente de la construcción conocida como La Redonda. Lo singular del escrito está al final, en el que “atentamente” figura la rúbrica de un sello hasta ahora no utilizado para amenazas similares: Los Colombias, es la novedosa firma que reemplaza a la más genérica y reiterada de “La Mafia”.

Tercera vez que balean una cárcel, esta vez le tocó a la Unidad Penitenciaria 3 de Suipacha y Zeballos

Junto a la bolsa con los escritos, la policía levantó cuatro vainas servidas calibre 9 milímetros y dos balas de plomo deformadas. Uno de los proyectiles impactó en el portón del ingreso norte a la Unidad Penitenciaria.

El ataque dejó un herido, pero no producto de los disparos efectuados desde una Honda Wave en la que llegaron los atacantes. El agente penitenciario identificado como Cristina H., de 45 años, terminó con dos heridas de arma de fuego en su mano izquierda y otro tanto es su muslo del mismo costado, pero el primer examen forense indica que se autoinflingió esas lesiones en el momento de la balacera, con su propia arma.

 

 

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