Ciudad

Intervenciones ilegales e intocables

Nueva filmación de un terraplén en las islas que ya sumó 7 kilómetros y fue denunciado en 2018

Es una construcción que altera el patrón de escurrimiento de las aguas y los ciclos de vida de los peces, iniciado en 2013. No para de extenderse. Está a 40 kilómetros de Rosario, muy cerca de la conexión vial de la ruta 174, en jurisdicción de Victoria


Las intervenciones ilegales, o semi legales, en los humedales del Delta del Paraná se suceden sin que las denuncias de colectivos ambientales o particulares lleguen a oídos de las autoridades. No solo son los incendios para renovar pastizales o forzar el cambio de uso del suelo, que se descontrolan por las condiciones climáticas. También están los terraplenes, levantados para el paso de vehículos y traslado de ganado de particulares, que alteran los patrones de escurrimiento de agua y afectan los ciclos de reproducción de los peces.

El martes último, el usuario de Facebook Pablo LosAliadoS filmó una de esas construcciones que ya había sido expuesta por El Paraná no se Toca en 2018, también con videos que mostraban en pleno trabajo a las retroexcavadoras. Ahora, después de otras varias denuncias, es más extenso: alcanza los siete kilómetros de longitud, y las imágenes son explícitas en torno a las consecuencias: se puede ver cómo esa barrera artificial corta el flujo de las aguas.

La construcción está a unos 40 kilómetros de la ciudad de Rosario, hacia el noreste, en jurisdicción del departamento entrerriano de Victoria. No es fuego que pueda detectarse en la ciudad del otro lado del Paraná cuando el viento impulsa el humo. Pero las consecuencias son igualmente perjudiciales para un ecosistema frágil como el de los humedales del Delta. Más aún, en un contexto de bajante extraordinaria del río que amenaza ser histórico.

El video es aéreo, y la secuencia de imágenes desnuda la gran extensión del terraplén. El autor de la filmación la estima en siete kilómetros, pero aclara que es aún más grave: junto a otras cuatro intervenciones similares de menor envergadura suma 14 kilómetros de barreras que plantan como un tajo alteraciones en la dinámica del humedal cuyas consecuencias son impredecibles.

El terraplén en cuestión está geolocalizado: sus coordenadas son 32°41´45.61 Sur de Latitud y 60°18´57.95 Oeste de Longitud. A poca distancia hacia el norte del kilómetro 42 de la Ruta 174 (conexión vial Rosario-Victoria). Ni falta hace dar esas precisiones, porque su construcción data de 2013 y es conocida. Ninguna autoridad ordenó derribarlo, y fue creciendo.

Intocables

El Paraná no se Toca ya había registrado, cinco años después de comenzar a levantarse el terraplén y también en video, la febril actividad de máquinas para elevarlo y extenderlo. No es invisible, y para más datos, sólo hay que consultar el los catastros: Partida 110367, plano 16578 del departamento Victoria.

Es una propiedad registrada a nombre de Martín Esteban Stenner, quien tiene allí un sistema de feet loot para el engorde de ganado.

Las alertas sobre la intervención sobran. Mundo Aparte y de nuevo El Paraná no se Toca desde Rosario, y Guardianes de Victoria en Entre Ríos, emitieron otra a inicios de febrero del año pasado. La Secretaría de Ambiente entrerriana constató, a fines de abril siguiente, la “alternación hídrica” del endicamiento por “corte de causes naturales de agua”, según un dictamen oficial. Se abrió un expediente y se ordenó la “suspensión de toda obra y/o construcción y/o actividad que se estuviera llevando a cabo hasta tanto se dé cabal cumplimiento a la legislación ambiental vigente”, en referencia a la ley 10.476 del Sistema de Áreas Naturales Protegidas 10.479 y el decreto de impacto ambiental 4.977/09.

El propietario no se dio por enterado. El 2 de mayo del mismo año, las organizaciones denunciantes reiteraron la presentación con un agregado: además de no remover la obra, había nuevos movimientos de tierra para expandirla.

El 21 de agosto de 2020, otro video reflejó la ilegalidad persistente, con las imágenes de una topadora engrosando el terraplén. Para peor, por ese entonces, en medio de los incendios iniciados a principios de año en el Delta del Paraná, estaba ya vigente la resolución del juez Federal 2 de Paraná, Daniel Alonso, casi dos meses antes había ordenado “la prohibición absoluta de acciones humanas con capacidad para alterar el medio ambiente, especialmente la quema de recursos naturales, actividades que impliquen riesgo de incendio aún de carácter accidental; construcción de diques y terraplenes de cualquier naturaleza o realización de actividades que pongan en riesgo el ecosistema identificado en la demanda”.

Avisos sobraron. Lo que brilló por su ausencia fue la acción pública. El reciente video muestra las consecuencias.

El Paraná No se Toca filmó la construcción de otro terraplén

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