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Con datos y creatividad

Nueva estafa telefónica, primero con aviso de invasión estadounidense y luego secuestro de una hija

La víctima es una mujer de 68 años. Recibió el llamado en la tarde de este miércoles. Una voz femenina primero le comunicó la extraña circunstancia y una masculina completó con la amenaza. Terminó entregando 300 mil pesos, según su declaración. Nuevo ardid con argumentos de pandemia


Las estafas telefónicas para obtener dinero guardado mediante engaños son reiteradas, pero la denunciada este miércoles tiene condimentos extra.

Una mujer de 68 años declaró que la llamaron en la tarde de ese día: del otro lado de la línea, una voz femenina –que le pareció la de una de sus hijas– le advirtió que Estados Unidos había “tomado” a la Argentina y que la familia tenía que cambiar urgente los dólares que tenía ahorrados. Acto seguido, la interlocutora fingió estar siendo asaltada, para enseguida pasar el teléfono a un hombre que amenazó a la víctima con lastimar a su hija si no dejaba dinero, joyas y oro en un lugar cercano a su vivienda. El timo fue consumado, pese a lo inverosímil de los argumentos y por la desesperación de la víctima. Terminó perdiendo –dijo– unos 300 mil pesos.

Juana, la denunciante, vive en calle Minetti al 5600, en la zona noroeste de la ciudad. En su denuncia policial ante la seccional 12a, relató que atendió un llamado a su teléfono de línea alrededor de las 14 de este miércoles que la inquietó de entrada.

“Viste ma, con todo este lío no sé si sabés que Estados Unidos tomó la Argentina. Tenemos que cambiar la plata que tenemos en dólares. Nosotras –en referencia a las dos hijas de Juana– estamos en el banco ahora, hay que contar la plata que tenés y después vemos cómo vamos a buscarla, pero no cortes el teléfono”, le dijo la interlocutora a la víctima de acuerdo a su relato en la comisaría.

“También me preguntaba si tenía dólares y le dije que no en ese momento”, continuó recordando la mujer estafada. Su interlocutora, siguió, empezó entonces a gritar: “Mamá, mamá, esto es un robo. Mamita, nos están robando, nos roban todo, mami”.

La víctima afirmó que intentó calmar a la que pensó que era su hija, y que ella le dijo, en referencia a los supuestos ladrones, “mamá, si vos haces todo lo que ellos te dicen no nos va a pasar nada”. Así, entre llantos, describió, para dar paso desde el otro lado de la línea a una voz masculina. “Él me dijo que ponga toda la plata que tenía en una bolsa de consorcio, que busque bien por arriba del ropero y entre los muebles, también me pregunto si tenia algo de oro”, contó Juana.

La mujer buscó sus ahorros. Eran en pesos, dijo, y en una suma que estimó en 300 mil, todo en billetes de 100 y 200 pesos. A quien la amenazaba con lastimar a sus hijas le comunicó que era todo lo que tenía, y que no estaba en condiciones de llevar el dinero lejos de su casa para evitar que lastimaran a sus hijas. El hombre en el otro extremo de la llamada le concedió entonces que dejara la bolsa “a una cuadra” de la vivienda. Y allí fue Juana, hasta la esquina indicada de Minetti y Liniers, donde dejó sus ahorros para enseguida volver a su domicilio.

Una vez dentro, alterada, volvió a hablar con el hombre que seguía en el teléfono fijo. “No se preocupe, no le hicimos nada a su hija, ya la liberamos, llámela si quiere saber cómo está”, relató que le dijo. Y ahí se terminó el diálogo.

Cuando Juana llamó a su hija, cayó en la cuenta de que había sido engañada. Ante la Policía, apenas atinó a ofrecer unos pocos datos: “Lo único que me llamó la atención cuando salí de mi casa es que había un auto blanco, no sé la marca pero muy paquete, con vidrios polarizados, que arrancó, dio vuelta a la manzana y regresó”, recordó según el informe de la seccional.

Lo que agregó es que sólo ella y sus dos hijas sabían de la existencia de ese dinero.

 

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