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Novedad sobre cáncer ocular

Científicos de Buenos Aires crearon dispositivos poliméricos que liberan un fármaco para tratar un tipo de carcinoma en los ojos. Se trata de una inyección que tiene una función quimioterapéutica.

Investigadores del Hospital de Pediatría Profesor Garrahan, la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y el Conicet desarrollaron y ensayaron, con resultados alentadores, un dispositivo polimérico que se implanta en el segmento posterior del ojo y que libera de modo selectivo una droga quimioterapéutica. El desarrollo abre horizontes promisorios en el tratamiento del retinoblastoma, un tipo de cáncer ocular que afecta primordialmente a niños de hasta dos años. Ya han concluido con éxito las etapas de estudio en un modelo animal original y actualmente preparan nuevos implantes que permitan el uso en humanos en un futuro próximo.

La quimioterapia es la estrategia que se utiliza para reducir el volumen de los tumores generados por el retinoblastoma intraocular cuando los niños afectados por la enfermedad no han respondido a las terapias convencionales, menos agresivas.

Pero la quimioterapia sistémica, es decir la que se inyecta por vía endovenosa, si bien resulta eficaz para reducir el volumen tumoral, desencadena efectos colaterales adversos, que pueden llegar, incluso, al desarrollo de leucemias fatales dados los altos niveles de toxicidad de la droga utilizada. Sumado a ello, es de imaginar las consecuencias de todo tipo que la quimioterapia provoca en niños que, por lo general, tienen desde pocos meses de vida hasta dos años.

El retinoblastoma es un tumor maligno que se genera dentro del ojo, especialmente en la retina. Es típico de las células de la retina en desarrollo, de ahí que se presente primordialmente en niños. Aunque se sospecha que puede comenzar durante la lactancia, como tiene un desarrollo inicialmente silente, lo más frecuente es que se lo diagnostique cuando los niños tienen alrededor de los dos años. “Se trata de un cáncer con bajo o hasta nulo nivel de mortalidad. De hecho, con la enucleación del ojo afectado, el trastorno se cura. Pero, el objetivo es evitar este cruento desenlace”, señaló el doctor Guillermo Chantada, médico principal del Servicio de Hemato-Oncología del Hospital “Juan P. Garrahan”.

Con los datos actualmente disponibles, se estima que cerca de un 40 por ciento de los casos puede tener origen genético, y por eso es fundamental que se esté precavido cuando existen antecedentes familiares. Pero, también, el tumor ocular podría desarrollarse a partir de la mutación espontánea de las células de la retina. En estos casos las causas permanecen  bajo discusión, así conviven hipótesis que postulan el efecto de un virus, como otras que señalan la acción adversa de determinados agentes ambientales y hasta incidencia de la desnutrición. El equipo interdisciplinario que desarrolló y ensayó el dispositivo periocular está integrado por miembros de los servicios de Hemato-Oncología, de Oftalmología y de Patología del Hospital Garrahan; de las cátedras de Farmacología y Farmacotecnia I y II de la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la UBA; y del Instituto de Investigaciones Farmacológicas (Ininfa), un instituto dependiente del Conicet y la UBA, que funciona en la citada Facultad. El nexo entre todas las áreas fue el doctor Ángel Montero Carcaboso, becario postdoctoral del Ministerio de Educación y Ciencia de España; también participó un reconocido experto internacional en la materia, el investigador estadounidense David Abramson, del Servicio de Oncología Oftálmica, del Memorial Sloan-Kettering Cancer Center, de Nueva York.

En primera instancia, los investigadores diseñaron un modelo animal con conejos. En los intentos para reducir el volumen del tumor  probaron la quimioterapia sistémica con topotecan, el agente quimioterápico de elección para estos casos. Ante la cantidad indeseable de efectos colaterales que esta presenta, se ensayó una estrategia más controlada: la administración periocular de topotecan, que consistió en inyectar la droga directamente en el ojo de los conejos.

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