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No todos pierden con la inflación

Los medios de comunicación bombardean al público con datos e información sobre la inflación, aunque poco se habla de los sectores económicos que se benefician con la suba de precios.

El sector agropecuario fue uno de los que más se benefició con la inflación.

Los medios de comunicación bombardean al público con datos e información sobre la inflación, aunque poco se habla de los sectores económicos que se benefician con la suba de precios.

Un ejemplo es el de los productores y comercializadores de carne vacuna, que en 2010 tuvieron un muy buen año en comparación con períodos anteriores.

El suplemento dirigido al sector agropecuario de un importante diario porteño lo reflejó con una serie de declaraciones optimistas de integrantes de la cadena productiva de la carne vacuna.

Por caso, el presidente de la Asociación de Brangus, Pedro Borgatello, explicó que a principios de 2010 una vaca se vendía “a 400 o 500 pesos” y que hoy el mismo animal “cuesta más de 3.000 pesos”.

El consignatario de hacienda Iván O’Farrell indicó en la misma nota que 2010 fue “un año positivo producto de los cambios de precios que han mejorado sustancialmente la rentabilidad del productor”.

Para tener una magnitud de qué significa esta situación en el bolsillo de los consumidores, basta recurrir a las estimaciones del estudio del economista Miguel Bein, que estimó la inflación anual en 22,4 por ciento, pero destacó que el aumento en el precio de la carne tuvo un peso muy relevante en ese índice.

La directora del Estudio Bein, Marina Dal Poggetto, indicó en un reciente informe que “la duplicación del precio de la carne vacuna contribuyó a acelerar la tasa de inflación”.

“En forma directa, sólo por su aporte al IPC, agrega 4 puntos porcentuales. Pero en forma indirecta adicionó otros 4/5 puntos vía efectos de segunda ronda”, indicó.

La mayor parte de ese aumento de la carne se registró en la primera parte de 2010, lo que a su vez tuvo efectos concretos durante el año.

“El salto en la inflación en los primeros tres meses del año, cuando se alcanzaron tasas anualizadas mayores a 30 por ciento, disparó las paritarias”, advirtió Dal Poggetto.

Es justamente ese grupo de economistas el que estimó que si se concreta el Pacto Social impulsado por la presidenta Cristina Kirchner entre empresarios y sindicalistas, la inflación estimada para 2011 podría caer “cuatro o cinco puntos”.

Otro punto que llama la atención sobre los aumentos de precios es el de las cadenas de comercialización.

Un reciente informe de un diario de Mendoza estimó que en algunos casos hay diferencias de hasta el “2.500 por ciento” de diferencia entre el precio al que salen algunos productos primarios del sector agrícola provincial y el que tienen al llegar a las góndolas.

El diario estimó que los productores locales venden frutas como durazno, damasco y melón a 0,60, 0,70 y 0,80 peso el kilo, respectivamente.

Y que los consumidores deben adquirirlos a 7, 6,60 y 10 pesos el kilo, en cada caso.

“Entre el productor y las bocas de venta como los hipermercados o supermercados hay una apreciación de valores que va del 1.000 por ciento, tal el caso del durazno pelón, a más del 2.500 por ciento, en la cebolla, por ejemplo”, indicó el informe periodístico.

En ese contexto, las cadenas de hipermercados y supermercados, que comercializan casi el 60 por ciento de los alimentos y bebidas que se consumen en el país, vienen actuando con márgenes de ganancias crecientes.

El diario chileno La Tercera indicó en septiembre pasado que la firma Cencosud, que aquí opera las tiendas Jumbo, Disco, Vea e Easy, mostraba un alza en sus ventas en dólares del 19 por ciento en la Argentina, llegando para entonces a un total de 2.664 millones de dólares.

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