Ciudad

Cambio económico y cultural

No se salvan ni los telos: cayó 30% la demanda

La situación económica del país genera que el rubro esté en decadencia. La caída en los ingresos de los hoteles alojamiento se siente, según le dijeron a El Ciudadano. Mientras, dos edilas buscan cambiar ordenanza municipal que regula la cantidad de personas que pueden ingresar por hora.


Las concejalas María Eugenia Schmuck y María Fernanda Gigliani presentaron un proyecto de modificación en la ordenanza municipal que regula la cantidad de personas que pueden ingresar a un hotel alojamiento o albergue transitorio por hora. La ordenanza actual permite el acceso a sólo dos personas por habitación. Ángel Annoni es uno de los titulares del Motel Las Brujas y aseguró que el rubro viene en decadencia desde hace varios años: la demanda bajó un 30 por ciento. “La actividad podría repuntar si se modifica la ordenanza. Habría que legislarla para que no haya contravenciones. Sería un gran avance”, aseguró.

En ese sentido, Luis Mattos, administrador del Motel La Luna, de Ibarlucea, advirtió que la baja es más del 30 por ciento y tiene que ver con el momento económico y con los cambios de costumbres que se vienen dando desde hace un tiempo.

Según Mattos, las herramientas para no dejar escapar a los clientes pasa por flexibilizar el negocio. “Trabajamos sin mucho control de horarios, eso de las dos horas (el turno) ya no corre más, porque si tenemos que elegir entre tener el motel vacío o regalar un poco más de tiempo, preferimos tener gente y trabajar más. También regalamos consumisiones”, remarcó.

En 1974 la ordenanza permitía el acceso a los moteles por hora a dos personas de distintos sexos. En 1997 se modificó, luego de un hecho que hubo en Rosario, donde habían echado de un albergue a una pareja gay. La ordenanza se cambió, pero sólo pueden entrar dos personas.

“No modificar la ordenanza es como tapar el sol con la mano. Todo cambia. Las parejas swingers son una tendencia mundial y hoy es una realidad. Hay que avanzar en esto”, expresó Annoni.

El titular del histórico motel, que está instalado en la ciudad desde 1970, explicó a El Ciudadano que la baja se origina desde hace varios años. “Se juntan variables. Por un lado el cambio de hábitos de la juventud, es decir, hay más permisividad en los hogares o viven solos. Son alternativas que van menguando. Y por otro lado, influye la parte económica”, especificó.

Y siguió: “Es decir, que los moteles quedan para los padres de esos chicos que son matrimonios de muchos años o que no tienen tiempo o un espacio para ellos”.

A modo de anécdota, el titular del motel contó que hace poco tiempo un hombre y una mujer (dos hermanos) les regalaron a sus padres una noche en Las Brujas por cumplir 25 años de casados.

Annoni contó que el motel, de avenida Circunvalación y Juan B. Justo, siempre está a la vanguardia: innovando e invirtiendo para no perder clientes.

“Le buscamos la vuelta para que venga la gente. Desde hace 15 años tenemos un restaurante donde pueden comer carnes rojas, blancas, mariscos, pastas caseras y sandwichería, entre otras alternativas. Hay que invertir y ofrecer un mayor servicio y también incorporar tecnologías para una mejor estadía”, remarcó el titular de Las Brujas.

Annoni recordó que hace años atrás, las habitaciones de los albergues transitorios eran de tres metros por tres, es decir, que más del 60 por ciento del lugar lo ocupaba la cama. “Ahora hay habitaciones de hasta 70 metros cuadrados, que incluyen hidromasajes, sauna, ducha escocesa y cocina gourmet, entre otras opciones”.

“Hay que buscar alternativas para acrecentar la clientela, desterrar la idea de que el motel es algo prohibido y se tiene que aggiornar la ordenanza. Todo cambia”, concluyó Annoni.

 

Tarifas

Las tarifas en el motel Las Brujas van desde los 700 pesos hasta los 2 mil, en un lapso de dos horas (flexible). Una habitación intermedia ronda los 950 pesos: todas tienen el beneficio de un desayuno continental o una botella de champagne.

 

La voz de las concejalas

“Eso es una invasión a la privacidad. La ordenanza plantea una serie de condiciones de infraestructura edilicia para mantener la privacidad de las personas. La ordenanza original es de 1974, pensada para otras realidades, otras situaciones del país, del mundo, cuando la gente vivía el sexo de una manera menos libre que ahora”, dijo la concejala radical Schmuck.

La edila contó que junto a Gigliani están trabajando para derogar el artículo que dispone que sólo dos personas puedan entrar a un motel. “Además, quién va a controlar que estén más de dos personas dentro de una habitación. Es una locura que el municipio le imponga a un motel que para habilitarlo tenga que regular la cantidad de personas que tienen que estar dentro de un cuarto”.

“Hay que derogar el artículo que establece la cantidad personas que pueden entrar. Un legislador rosarino no puede ponerse a pensar cuál es el límite. Quedará a criterio del motel”, concluyó Schmuck.

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