25 Años

No se necesitan cambios permanentes para permanecer innovadores


¿Cómo sobrevive en pandemia un grupo recién formado como cooperativa, que produce contenido periodístico en la ciudad de Rosario? La respuesta fue simple: sacando la palabra “sobrevive” de la pregunta y poniendo las palabras “crece y se desarrolla” en su lugar.

Cuando hablamos de creatividad muchas veces suena como algo opuesto a la rutina del día a día. Y un diario es justamente eso, el día a día.

¿Cómo asociar la creatividad a ámbitos que en apariencia no son “creativos” por naturaleza? Un periodista, por su oficio, está permanentemente generando e implementando ideas. La innovación no consiste en que se nos ocurra algo una vez. Consiste en sostener la capacidad de estar permanentemente generando e implementando ideas, más o menos innovadoras, pero ideas al fin. Lo que marca la diferencia es la regularidad  de la creatividad como medio para sostener un trabajo que no tiene la posibilidad de pararse para mirar atrás, sin riesgo de convertirse al instante en estatua de sal.

La pandemia fue para ese ejercicio un puente para más creatividad. Se disolvió la presencialidad, desaparecieron las discusiones por títulos, bajadas y volantas, para dar paso a esquemas de emergencia que funcionaban como en una habitación a oscuras: a tientas.

Rápidamente la creatividad generó soluciones a la medida de la emergencia y nos acostumbramos a trabajar como los malabaristas, con una red de contención más lejana que la anterior, pero con la misma adrenalina.

La creatividad es una potencialidad humana. Se puede entrenar y desarrollar. Y fue eso lo que hicimos. Aún con pocos recursos, o “por” los pocos recursos.

El primer gran paso fue animarse a pensar en los problemas que teníamos por delante: dar los primeros pasos como proyecto autogestivo en el marco de una crisis sanitaria de características inéditas y mundiales.

Cambiar “sobrevivir” por “crecer y desarrollar” fue el resultado de animarse a pensar los problemas, desplegando el marco de la situación, sin encerrarnos en los límites que ya conocíamos.

Lo que hicimos fue clausurar los caminos que ya habíamos transitado muchos de nosotros en cerca de treinta años de trayectoria. Para eso fue fundamental el aporte de los más jóvenes, esencial en esta etapa de métodos, lógicas y paradigmas nuevos. La creatividad se construye con la ingenuidad de la inexperiencia y la solidez del conocimiento acumulado.

Fueron, y son, tiempos de muchas preguntas y muchas respuestas. De las mejores preguntas y las mejores respuestas salieron los mejores caminos a transitar. Hubo desafíos, disparadores, estímulos para salir de las viejas estructuras.

Hubo que animarse a pensar desde otros lugares. Estábamos convencidos de que cambiar valía la pena. No queríamos un viento que nos empujara, sino que teníamos la necesidad de sentir la atracción de un futuro deseable.

Nunca dejamos de asombrarnos, nunca tuvimos todas las respuestas. Las mejores ideas no fueron de expertos.

Aceptamos el error y nos levantamos para cambiar lo que fallaba. Plantear diferentes ideas en un grupo humano tan heterogéneo no fue sencillo, pero se mantuvo activo el ambiente de construcción de ideas, incluso en plena pandemia.

Animarse a formatos desconocidos fue toda una experiencia. Para los más “viejitos” aprender a filmar, editar, a captar la lógica de cada red social fue un desafío. Aprender a pensar la inmediatez en lugar del papel impreso y leído al día siguiente, fue otro.

En tiempos de concentración mediática, mantener una agenda propia fue un esfuerzo más a contracorriente que nunca, para el que también se necesitó creatividad y firmeza a la hora de creer en nuestros convicciones.

La melancolía pandémica fue un desafío real, pero la creatividad y el uso inteligente de los recursos fue el medio para superarla.

La capacitación fue permanente y sabemos que nos acompañará siempre. Al igual que el seguimiento de nuestros lectores y la convocatoria a nuevos desafíos.

Ese será nuestro futuro. Un futuro marcado por la convicción de que no hace falta producir cambios permanentes para permanecer innovadores.

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