Coronavirus

Crónicas de cuarentena

No perdamos las fuerzas, no bajemos los brazos, no dejemos escapar la esperanza

La ferocidad del nuevo brote de coronavirus que se registra en Europa y Estados Unidos nos avisa sobre la necesidad de seguir alertas y mantener en alto la esperanza... hasta que volvamos a encontrarnos.


Elisa Bearzotti

Especial para El Ciudadano

Empezaron los días cálidos, y las fotos que circularon el fin de semana sobre la actividad en la costa rosarina no resultan un buen augurio. Aglomeraciones, fiestas en las islas, escaso distanciamiento y muy pocos tapabocas hablan de la falta de conciencia (y de respeto) hacia la calamidad de 2020 que afectó vidas, economía y salud de la población global. Ante la situación, ya se denunciaron falta de controles por parte de la Municipalidad, y la Cámara Náutica solicita habilitar más espacios para acceder a las actividades en el río. Las autoridades, en cambio están pensando en volver a restringir lo que se había abierto, y yo me pregunto: ¿es que la conducta humana sólo se ve compelida a actuar en beneficio propio cuando se ejerce el poder de policía? ¿Es que no aprendimos nada de esta terrible experiencia? ¿Es que acaso podemos pensar que el virus ha sido derrotado cuando las noticias que nos llegan del hemisferio Norte dan cuenta de un nuevo brote, más feroz y letal que el anterior?

Hace unos días la OMS advirtió sobre la “explosión” de casos de coronavirus que está sacudiendo Europa, que cursa casi los 12 millones de contagios y muestra una curva ascendente, mientras los gobiernos del continente tantean alternativas y nuevas medidas restrictivas que permitan neutralizar el mortal avance del rebrote. “Vemos una explosión, en el sentido de que han sido necesarios sólo un par de días para ver cómo la región europea registraba un incremento de más de un millón de casos”, explicó el director regional para Europa de la Organización, Hans Kluge, citado por la agencia de noticias AFP. “Además, vemos como la mortalidad crece poco a poco”, añadió Kluge.

En Estados Unidos las noticias tampoco son alentadoras. El martes 10, Michael Osterholm, director del Centro de Investigación y Política de Enfermedades Infecciosas de la Universidad de Minnesota, uno de los miembros del comité científico contra el covid-19 nombrado por el reciente presidente electo Joe Biden, advirtió que los casos se podrían duplicar en las próximas semanas. La declaración sobrevino luego de que se contabilizaran más de 100 mil contagios diarios durante siete días.

“Estamos viendo un aumento sustancial de casos en este país que, creo, va mucho más allá de que lo que la mayoría de la gente pensó que podría suceder”, advirtió el experto en una entrevista con la CNN. “No me sorprendería que en las próximas semanas tengamos más de 200.000 casos nuevos por día”. Según la Universidad Johns Hopkins de Estados Unidos, el número total de confirmados hasta el momento en ese país es de más de 10,2 millones con al menos 240.000 fallecidos.

Por supuesto que, dadas las circunstancias, todas las esperanzas están puestas en las vacunas. En estos días se sucedieron los anuncios de las compañías farmacéuticas que están lanzadas a una carrera (y librando una batalla de mercado sin tapujos) para llegar a la meta y poder ser las primeras en comercializar la vacuna contra el covid-19. Los laboratorios Pfizer y BioNTech, salieron a asegurar que su vacuna tiene una efectividad del 90%, y el gobierno de Estados Unidos ya firmó un contrato de 1.950 millones de dólares con Pfizer para suministrar 100 millones de dosis en caso de que la vacuna sea aprobada.

Mientras tanto, en la Argentina, el gobierno habría asumido un compromiso de compra con las autoridades rusas para adquirir una tanda de la vacuna Sputnik V, de manera que resultaron bienvenidas las declaraciones realizadas por el Centro Nacional Gamaleya de Epidemiología y Microbiología, del Ministerio de Salud de la Federación de Rusia y el Fondo de Inversión Directa de Rusia (RDIF), quienes confirmaron a través de un comunicado de prensa que esa vacuna posee una eficacia del 92%.

De acuerdo a los datos proporcionados por los científicos, actualmente 40.000 voluntarios están participando en ensayos clínicos de fase III, doble ciego, aleatorizados y controlados con placebo, de los cuales más de 20.000 se han vacunado con la primera dosis de la vacuna y más de 16.000 ya recibieron también la 2ª dosis. Los estudios basados en el seguimiento de 10.000 vacunados adicionales confirmaron la eficacia de la vacuna a una tasa superior al 90%, según señalaron las autoridades sanitarias rusas y el RDIF.

En este sentido, Kirill Dmitriev, director ejecutivo del RDIF, señaló que “Sputnik V es la primera vacuna registrada contra covid-19 en el mundo”, y que se basa en una “plataforma segura y eficaz de vectores adenovirales humanos”. Según el comunicado, los rusos ya recibieron el pedido de más de 1.200 millones de dosis de la vacuna Sputnik V, desde más de 50 países.

Mientras tanto, por acá los aires veraniegos no deberían hacernos olvidar el peligro que aún se cierne sobre nuestras cabezas, ni poner en riesgo todo lo logrado hasta el momento. Los trabajadores de la Salud, agotados, desarmados, trabajando en la cornisa desde el inicio de la pandemia, no se cansan de pedir responsabilidad civil a la población, alertando sobre las funestas consecuencias de las acciones de unos pocos, que se muestran insensibles e indolentes ante la angustia ajena. Hoy, a pocos pasos de la tan ansiada inoculación, por fin el viento sopla a nuestro favor. No perdamos las fuerzas, no bajemos los brazos, no dejemos escapar la esperanza. Por lo pronto, yo continúo repitiendo como un mantra la hermosa bendición irlandesa: “Que el camino se abra y Dios te sostenga sobre la palma de su mano… hasta que volvamos a encontrarnos”.

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