El Hincha
No hay caso. Argentina no puede ganar. Al igual que en el debut ante Colombia, en Belo Horizonte frente a Paraguay volvió a jugar un flojo partido y apenas si le alcanzó para rescatar un pálido empate 1-1, el cual lo dejó obligado a ganarle sí o sí en la última fecha a la invitada Qatar. Se le terminó el crédito: o suma de a tres ante los asiáticos o se despide de la Copa América en primera ronda.
Al menos desde la disposición en la cancha, la Albiceleste salió con un 4-3-3 que se transformó en 4-4-2 según las necesidades. Pero más allá del esquema, exhibió otra flexibilidad.
Lo Celso actuó más adelantado que en el debut ante Colombia (0-2), De Paul se cerró bien de izquierda al centro para juntarse con el resto y todos se movieron a otro ritmo. Paraguay esperó sin mover nunca su doble línea de cuatro.
Argentina tenía la iniciativa, pero… a los 28 minutos, en la primera llegada concreta, el equipo de Eduardo Berizzo encontró en una pelota filtrada al pique de Derlis González, quien pisó el área, remató y, previo rebote en Tagliafico, la mandó a guardar. A remarla.
Y eso hizo Argentina. Con más enjundia que ideas. Apelando al amor propio y no a un plan claro de juego. Scaloni movió sus piezas y lo sacó al Tucu Pereyra para que entre Agüero.
Y allá fue la selección. En busca del gol que le devolviera el alma. Y tuvo su premio, ayudita del árbitro y VAR mediante, Messi cambió por gol un polémico penal tras la mejor jugada del equipo en todo el certamen.
El capitán no falló desde los 12 pasos y sin hacer demasiados méritos, Argentina se encontró con el empate que mantenía viva la llama de clasificar a los cuartos de final de esta Copa América que viene siendo un suplicio para el 10 rosarino y compañía. Ojalá que se le des con Qatar…
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