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Déficit físico

“No hay mucho para decir”

Osella se mostró preocupado por la actuación del equipo y aseguró que “no tenemos la intensidad que pretendemos”.


Diego Osella no anduvo con vueltas a la hora de analizar la derrota frente a Lanús. El entrenador leproso dejó en claro que no salió nada de lo planificado y se mostró preocupado por el rendimiento físico del equipo. No obstante, desde su condición de “optimista por naturaleza” se esperanzó con lograr la recuperación desde el trabajo.

“Fue un partido muy malo nuestro. Intentamos controlarlo, pero perdimos los duelos individuales y se nos hizo muy difícil. Sabíamos que si Lanús nos hacía ancha la cancha íbamos a tener problemas. E igualmente sucedió. Tuvimos gente atrás de la línea de la pelota, pero nos faltó agresividad. Incluso, abren el partido en el final del primer tiempo con casi todo el equipo en nuestra área”, explicó el entrenador rojinegro.

Y agregó: “Nos superaron claramente. Intentamos disimularlo con orden, pero en algún momento lo perdimos. Son cosas que pasan cuando uno entra en fatiga o deuda de oxígeno. Y a partir de ahí, todo va de la mano. Es muy difícil para un equipo no poder pensar. Empiezan las imprecisiones, las dudas. No accionamos, reaccionamos”.

Metido en el tema físico, Osella aseveró que “hay que llevar al equipo a que juegue a otro ritmo, y para eso se necesita trabajo. No tenemos la intensidad que pretendemos. Tardaremos un tiempo prudencial en llevarlo al ritmo que pretendemos nosotros”, adelantó el DT.

“Terminamos el partido con mucha gente acalambrada, muchos pidiendo el cambio. Hay que trabajar mucho, subimos cargas de entrenamiento desde que llegamos, pero llevamos diez sesiones en ocho días y hemos trabajado más en lo táctico”, dijo.

Cuando le preguntar si el panorama era más preocupante que el que esperaba encontrar, Osella evitó entrar en polémicas: “No puedo evaluar qué se hizo antes, hablo de lo que pasa desde que arrancamos nosotros. Me han tocado otras situaciones difíciles. Soy optimista por naturaleza y trato de contagiar eso. Acá hay grandes jugadores y eso es una ventaja para nosotros”.

“En este momento no hay mucho para decir. Hay que volver a la calma, tener la capacidad necesaria para decir la palabra justa en el momento justo. Acá hay cero reproches, el jugador entrega todo. Da hasta lo que no tiene, no tengo ninguna duda de eso. Es indudable que no nos alcanza y que deberemos hacer más”, manifestó el técnico.

Para cerrar, reconoció que “a la gente no se le puede pedir más paciencia. El hincha es pasional, acompaña, alienta, se amarga. ¿Qué le vamos a pedir? Nosotros somos los que tenemos que devolver todo ese cariño. Tenemos que enfocarnos en encontrar el equipo, la idea y poder ejecutarla con intensidad”, consideró.

A pensar en Rafaela

El plantel rojinegro ayer tuvo descanso luego de la derrota ante Lanús. Y hoy por la mañana retomará los entrenamientos en Bella Vista de cara al próximo viernes a las 21 ante Atlético Rafaela en el Parque de la Independencia. Para ese compromiso, Diego Osella no podrá contar con Emanuel Insúa, quien se fue expulsado en el segundo tiempo ante el Granate y deberá purgar una fecha de suspensión.

Difícil de revertir (Por Mariano Faurlin)

El panorama es desalentador por dónde se lo mire. Pensar hoy en una pronta recuperación de Newell’s es sencillamente una cuestión de fe. Nada parece hacer reaccionar a este equipo. No se advierten fácilmente señales alentadoras. Todo lo bueno que se intenta hacer queda eclipsado por lo que finalmente pasa. Da medio paso al frente y cinco hacia atrás.

Hoy todo está bajo la lupa: la jerarquía de algunos futbolistas ya es juzgada por el hincha, la fortaleza anímica del equipo está en negativo y hasta se critica la preparación física de un plantel que parece jugar a un ritmo menos que sus rivales. Aunque hay voluntad y entrega, claramente no alcanza.

¿Y entonces? Lo primero que debe surgir del plantel es una autocrítica verdadera y la predisposición absoluta de todos a dar el máximo para revertir este momento. El cuerpo técnico, en tanto, no puede tener concesiones y debe darle a cada aspecto (táctico, físico, psicológico) la misma importancia. Y confiar en que con que trabajo y dedicación se irá achicando el margen de error.

Tenía razón Diego Osella cuando dijo en su presentación que no había que proponerse metas a largo plazo. Tiene demasiado trabajo diario buscando recomponer el ánimo de un equipo que no para de sufrir.

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