País

Esta vez, en San Pedro

No hay ley, sólo fuego: denuncian venta de tierras con terraplenes para siembra de soja en humedales

Son 100 hectáreas preparadas, con endicamientos para soportar crecidas y ya utilizadas para esa actividad agrícola prohibida por una ordenanza de la ciudad bonaerense. La isla es jurisdicción de esa provincia, entre un brazo y el curso principal del Paraná, frente a la fábrica Papel Prensa


Venta de terrenos en humedales para actividades agropecuarias o urbanización se publican sin problemas pese a la prohibición legal expresa y en medio de incendios que consumen vegetación y fauna en las islas desde febrero último. Y otra vez, son colectivos ambientales los que denuncian la violación a las normas. En este caso, “Salvemos Humedales“, de la ciudad bonaerense de San Pedro: no tuvieron que investigar demasiado, porque el aviso apareció publicado en Facebook, y se trata de ver lo que es invisible para las autoridades políticas y la Justicia. Son 100 hectáreas preparadas con todos los recaudos para la siembra mediante intervenciones prohibidas, como un terraplén que según el vendedor soporta una creciente de cota 5,50 metros, un canal interno en todo el perímetro de 8 metros de ancho por tres de profundidad, una dársena de 150 metros de largo y sistema de bombeo más construcciones de hormigón.

El terreno, fácil de identificar en los mapas satelitales. Está justo frente a la fábrica de Papel Prensa, al sur del casco urbano de San Pedro, en una isla rodeada por un brazo y el curso principal del Paraná, en jurisdicción bonaerense. “Acá tienen y sin descaro. En pocos años nos quedamos sin humedales”, encabezó la denuncia la asociación ambiental.

La actividad agrícola está prohibida por la Ordenanza 5444 de San Pedro, que prohíbe actividades potencialmente contaminantes. La promoción de venta enfatiza que el área ya fue sembrada con soja, y se ofrece para continuar con esa explotación productiva, que implica el uso intensivo de agrotóxicos. La misma normativa establece que no se puede afectar la “morfología natural de los terrenos”, como con abundancia de datos indica que ya se hizo en las 100 hectáreas comercializadas.


La publicación denunciada desnuda la ilegalidad con los propios argumentos de venta: “100 hectáreas indicadas con un terraplén que aguanta una creciente de cota 5,50 mts. Tiene un canal interno en todo el perímetro de 8 mts de ancho por 3 mts de profundidad. Una dársena en la entrada a la isla de 20 mts de ancho por 150 mts de largo, toda esa tierra al costado con poste de amarre”, se lee.

Y más: indica como plus un sistema de drenaje con una “bomba interna instalada para bombeo en caso de exceso de lluvia de un diámetro de 80cm, la compuerta está provista con cabecera de hormigón de ambos lados (tipo alcantarilla) con un caño de acero que traspasa el terraplén de 80 cm” de diámetro. Y por si faltaran intervenciones ilegales, también “una casa de hormigón allanado de 10 mts de largo por 4mts de ancho en un terraplén compacto de 100×100 y cota de 6,50”.

Podría argumentarse en favor de la ceguera del Estado sobre la ilegalidad que es un terreno preparado recientemente, pero no. El aviso de venta despeja las dudas: “Experiencia: se sembró años seguidos con soja con un rinde de 45 a 50 quintales. Esa producción se trasladó con bolsones de una tonelada en barco con pluma a playa de ex balsa a 5 minutos de lancha”.

Todo asegurado para la soja, con una garantía de “firmeza” ajena a los territorios de humedales lograda con intervenciones sobre los mismos que les modifican su dinámica y ponen en riesgo su supervivencia. “Está situada frente a Papel Prensa con frente sobre el río de 1200 por 850 metros de fondo. Firme y confiable! Gran ventaja de manejar el agua tanto para dentro como para afuera”, reza el ofrecimiento. Y, por supuesto, aclara que “el precio es en dólares”.

Es fácil verlo, pero la Justicia es ciega

Organización ambiental de Ramallo aportó información sobre siembra en el humedal recién incendiado

Antes que la denuncia de Salvemos Humedales, otro colectivo ambiental, Unidos por la Vida y el Medio Ambiente, de Ramallo, había publicado fotos explícitas sobre bloqueo de paso, fumigación y refuerzo de terraplenes en la isla Las Lechiguanas, todo prohibido por ley pero sin control y en ese caso en jurisdicción de Entre Ríos. Con nombre y apellido de propietario y de empresa, imágenes, fotos, identificación de barcaza con transporte de maquinaria para fumigación. Las pruebas que la Justicia federal asentada en Paraná insiste que no tiene para avanzar en las causas del ecocidio y probables responsables.

En Rosario, El Paraná no se Toca denuncia desde hace años las intervenciones en El Espinillo y El Charigüé, también con imágenes satelitales, fotos en el terreno y nombres propios, como los del empresario ganadero dueño además de la guardería náutica Henry Morgan en la zona de La Florida. La construcción de la conexión vial a Victoria potenció el avance sobre el humedal frente a Rosario por la facilidad de acceso. Y en el caso de Enzo Mariani, se agrega la usurpación de parte de los terrenos que pertenecen al Municipio rosarino: los del llamado Legado Deliot, serie de lotes –algunos no lindantes– que son ahora la reserva natural Tres Cerros,

El escenario de fondo es el corrimiento de la frontera agrícola promovida por el modelo que combina variedades vegetales transgénicas y uso intensivo de agroquímicos. La ganadería, entonces, busca otros emplazamientos y en ese camino los productores intentan “pampeanizar” el humedal. Lo hacen levantando terraplenes para resguardar terrenos de las fluctuaciones en el nivel del río. Y con ello, modifican los patrones de escurrimiento del agua e interceptan el desplazamiento de las especies ictícolas. La vegetación de las islas es un estorbo. Desde febrero último, más temprano que otros años, el fuego la arrasa junto con la fauna. La práctica ancestral de quemas para renovación de pasturas para el ganado, en un contexto de bajante extrema del río y sequía prolongada, desmadró. Sin poder asegurar que ese, o la “limpieza” para emprendimientos agrícolas o inmobiliarios sea la causa, el cuadro es el de una devastación de varias decenas de miles de hectáreas.

Comentarios