Ñuls jugó un muy buen partido con Rafaela, pudo ganar de ser más preciso en la definición. Y también pudo perder de no mediar un par de intervenciones de Peratta. La imagen que dejó es buena. Pero no logra ganar, se mantiene entre los últimos en la tabla. Además se instala una peligrosa sensación de no poder ganar partidos que por juego merece, como pasó ante Argentinos y ahora Rafaela.
El viernes, una fatalidad ayudó a Javier Torrente. La lesión del inexpresivo Cristian Díaz, no para de correr, pero no juega nada, le permitió involuntariamente resolver el dominio que hasta ese momento tenía Rafaela. Ferracutti fue un número, no aportó marca, y tampoco proyección. Un tema a repasar. Pero, Vangioni se acomodó cerquita de Bernardi y éste aprovechando la dinámica de su compañero empezó a manejar la pelota con gran criterio.
Aquino también jugó un buen partido. Fuerte para recibir de espaldas y aguantar la pelota, y también para ir a buscar por arriba contra los centrales del local. Pero, siempre hay un pero en la vida de Ñuls por estos tiempos, Sperduti y Noir no hicieron una jugada como la gente. Y eso terminó siendo letal, para las aspiraciones del rojinegro.
Los buenos equipos suelen estar compensados, y Ñuls no lo está. Si bien en defensa las incorporaciones de Vergini y Pellerano hicieron olvidar a Schiavi, y permiten que hasta Mateo juegue bien como líbero. Sigue adoleciendo de falta de creatividad, Figueroa juega poco, y no hay otra alternativa como enganche.
Vélez es el próximo rival, Torrente a pesar de los tres puntas que suele ubicar, predica un juego defensivo en el que no se desprenden los carrileros y los dos volantes centrales están más preparados para cortar que para jugar. En las difíciles aparecen los buenos jugadores, sus hinchas esperan de una victoria importante. Esas que dan ganas de quedarse a gritar, se verá si este Ñuls que no juega mal pero suma poquito, está en condiciones de brindársela.
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