Ciudad

Ciencia en debate

No es soplar y hacer botellas

El director de Conicet Rosario, Roberto Rivarola advirtió el problema de discontinuar la inversión en ciencia para lograr descubrimientos, servicios y productos. “Con la ciencia no se hace plata, no somos una empresa”, destacó


E = mc2 es la fórmula resumida de la teoría de la relatividad. Fue publicada en 1905 por Albert Einstein. Para muchos no significa nada. Casi al final del siglo tuvo una aplicación práctica: el GPS que ayuda a encontrar la dirección de un bar con el teléfono o mejorar la navegación de aviones y barcos. La teoría nació de una investigación de base. Einstein no intentaba resolver un problema de una fábrica o del hogar. “Es un problema pensar que sólo tenemos que hacer ciencia con fines productivos inmediatos”, explicó el director de Conicet Rosario, Roberto Rivarola.

En una entrevista con El Ciudadano, habló de cómo impacta el recorte de ingresos a la carrera de investigación que afecta a más de 400 científicos en Argentina. Este año, el Ministerio de Ciencia definió no seguir con el plan Argentina 2020 para sumar científicos, tanto en investigaciones básicas como las aplicadas. Entre las medidas, Cambiemos planea reubicar científicos en las universidades públicas y privadas para que den clases.

—¿Cómo variaron los ingresos de investigadores entre 2002 y 2016?

—Había pocos ingresos y se extendían las becas por mucho tiempo. Desde 2003 habilitaron 500 lugares por año para todo el país. Fue creciendo hasta que crearon el Ministerio de Ciencia en 2007. El promedio en adelante fue de 600. En 2015 de forma excepcional fueron más de 900. Estaba en el marco de un plan de crecimiento (Argentina 2020) para aumentar la planta de científicos. Cuando asumieron las autoridades actuales cuestionaron el crecimiento. Les resultó excesivo, se restringió el ingreso y vino el conflicto. Este año, si se dan vacantes volverá a unas 600.

Estrategia

—El director de Conicet, Alejandro Ceccato dijo que más que en cantidad debían empezar a pensar en lo estratégico. ¿Cuáles son las investigaciones o disciplinas estratégicas?

—Estamos haciendo un plan. Hay áreas claras para Rosario: la producción agropecuaria y la metalmecánica, pero hay una confusión grande. Algunos piensan que tenemos que fundar empresas o trabajar sólo en la producción. Es incorrecto desde lo estratégico. Hay que compatibilizar la ciencia básica con la tecnología y el sector productivo. Y allí creció mucho Argentina. Se crearon las oficinas de vinculación científica. En Santa Fe creamos la Agencia Santafesina de Ciencia. Está en marcha. Ahora hay un incentivo para trabajar en la aplicación. Puede ser peligroso.

—¿Por qué?

—No podemos dejar las investigaciones de base. Es el nutriente del desarrollo tecnológico. No es instantáneo. Hay urgencias que se pueden cubrir, pero hay que dejar a los investigadores pensar y ver las potencialidades de la nueva ciencia.

—¿Qué pone en peligro la investigación de base?

—Reducir la investigación a la aplicación. No se hace ciencia para hacer plata. Es importante, pero la ciencia es el avance del conocimiento del mundo que nos rodea: la naturaleza y lo social. En la última década habían crecido las disciplinas sociales. Ahora creen que son la variable de ajuste.

—¿Hay algo real de esa sensación?

—Tiene que ver en cómo distribuís los ingresos y las becas. Antes todo se dividía casi en cuartos y un porcentaje menor para áreas orientadas. Había una intencionalidad de hacer ciencia básica porque así es la historia de Conicet. Un cuarto iba a ciencias exactas, otro para sociales, otro para tecnología y un último para biología. Ahora la mitad irá a áreas estratégicas. Y si lo estratégico cuadra con la ciencia exacta más que la social hará que una tenga más investigadores que la otra. En las sociales hay más de 15 disciplinas y quedarán muy pocos ingresos disponibles por rama. Es una decisión política.

Más presupuesto

—El Congreso debate proyectos del Frente para la Victoria de aumentar el presupuesto en Ciencia que fue reducido por Cambiemos ¿Cómo impactaría esa decisión?

—Como están las cosas no se contempla la posibilidad de crecimiento del sistema de ciencia. Los dineros fueron para mantener la estructura. Hay problemas de financiamiento importantes. En la parte edilicia están detenidos. Depende del Ministerio de Ciencia y Tecnología y el de Modernización. Una es la construcción del edificio del Centro de Estudios Fotosintéticos y Bioquímicos (CEFOBI) y el Instituto de Fisiología Experimental (IFISE).

—Ambos iban a estar en el predio del Centro Científico Tecnológico (CCT) donde funcionan los más de 10 institutos…

-Completaron una parte. Sumado al conflicto de los ingresos de investigadores no ayuda a bajar la incertidumbre. Estaba previsto que los investigadores ocuparan los nuevos espacios o siguieran trabajando en nuevos proyectos. No pudimos. Las líneas de investigación siguen en marcha en otras universidades.

El conflicto e investigación

Autoridades del Ministerio de Ciencia, con Lino Barañao a la cabeza, recibieron el martes a los investigadores de la Red Federal de Afectados por el Ajuste en Conicet. Discutieron la propuesta del Estado para los 498 científicos que aprobaron el ingreso a la carrera de investigador en 2016 pero por el recorte de presupuesto no entraron a trabajar. La Nación les extendió la beca hasta diciembre y ofreció pasar a trabajar como jefes de trabajo práctico en las universidades argentinas durante dos años y después concursar para el cargo. Del total, 18 son de Rosario y algunos se niegan. El resto de la planta de Conicet Rosario, calculada en más de mil, está repartida entre 400 investigadores, 500 becarios, 50 administrativos y 90 técnicos.