David Ferrara
Nicolás Morici es quizás el menos conocido de una camada rosarina que llegó lejos en el básquet. Como categoría 94 compartió inicios, entre otros, con Matías Stival y Matías Bernardini, en ciclos que tuvieron como apariciones cercanas, por ejemplo a Jeremías Sandrini (es 93), Jonathan Sacco o Matías Aristu (95). A diferencia de ellos, Morici decidió desde muy joven realizar su carrera en Italia desde las divisiones menores, por lo que su talento y capacidad atlética sólo están en el radar de aquellos que gustan seguir las competencias del ascenso europeo por la web, más allá de su fugaz paso por Puerto San Martín.
Tras pasar el mal trago de la pandemia, y en pleno momento de recuperación y nueva normalidad en Italia, el ex jugador de Gimnasia cambió de club de cara a la temporada que se viene. Un cambio obligado, ya que por cuestiones reglamentarias no podrá ascender con su equipo.
“Cuando se terminó la temporada por la pandemia, mi intención era quedarme en Cento, pero como íbamos primeros en la zona más fuerte de la Serie B, ya es un hecho que el equipo va a ascender a la A2 porque le corresponde. Como en A2 no puedo jugar por cuestiones de reglamento, empezamos a buscar club con mi representante Pablo Filloy”, explica Morici en diálogo con El Hincha y confirma que “apareció Taranto, que este año jugaba en la C, y compraron la plaza, y empezaron a apostar fuerte para hacer un equipo competitivo que pueda pelear por el ascenso. Firmaron a Nico Stanic y él también se metió en la negociación a hacer fuerza para que me saque mis dudas. Por ahora tenemos seis jugadores confirmados, todos de buen nivel para el torneo”.
Morici realizó inferiores en Italia para poder jugar en todas las categorías, pero un cambio de reglamentación (la que en su momento se llamó vulgarmente la ley anti argentino) lo perjudicó: “Me habilitaron pero sólo para la B, debido a que entre mi primer año de inferiores y el segundo, cambiaron los requisitos de 2 a 4 años de divisiones menores. Entonces yo quedé en el medio”.
Cómo y cuándo jugar la nueva temporada es todavía parte del imaginario popular como en gran parte del mundo. “Del torneo no se sabe todavía mucho. La Federación Italiana quiere jugar a puertas abiertas así que habrá que esperar cómo sigue la situación con el covid 19. La idea es pelear los primeros cuatro puestos, y de ahí jugarnos todo en los playoffs. Voy a jugar también con otro argentino, Santiago Bruno, de Las Varillas, así que no van a faltar los asaditos en Taranto”, cuenta Nico, quien describe a su nuevo hogar: “La ciudad es linda, en la región Puglia, al sur de Italia, sobre el mar, un zona que en pasado era muy industrial y que ahora debido al impacto ambiental, hicieron que deje de serlo y se está recuperando bastante. El estadio tiene capacidad para 5.000 personas, que para la Serie B es un lujo. Y al parecer hay mucho entusiasmo detrás del proyecto”.
Morici no pudo retornar a Argentina una vez que se cerraron las fronteras y luego no tomó los viajes de repatriciación, por lo que permaneció en Italia: “Al final me quedé acá, por suerte el presidente de Catanzaro me dio una de sus casas para que me quede a pasar el verano, así que me entreno y disfruto el verano hasta que sea momento de empezar el torneo. Acá en el sur, casi no se vivió la situación crítica del norte. La gente ya hace vida normal. En el Norte, cerca de Cento (donde jugó la pasada temporada) la situación fue un poco mas dura, hubo gente conocida que tenia familiares que estuvieron muy mal por el virus”.
Con Italia retornando a sus actividades habituales, comienza el ciclo de los jugadores de acomodarse en sus nuevos destinos. Morici ya lo tiene muy claro.
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