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Newell’s perdió 3-2 con San Lorenzo y cerró una temporada para el olvido con una nueva derrota

La infantil expulsión de Bíttolo lo condicionó y el Ciclón se lo terminó dando vuelta con un doblete de Franco Di Santo. Panchito González y Julián Fernández habían adelantado a la Lepra, que con muchos pibes en cancha al menos vendió cara su derrota en el Nuevo Gasómetro

Foto: Roberto Tuero

Newell’s tuvo un cierre de temporada acorde a lo que fue gran parte de su producción a lo largo del campeonato y cayó 3-2 en cancha de San Lorenzo en un encuentro en el cual tenía todo a favor y solito se las ingenió para complicarse la vida. Tremendo laburo le espera a Javier Sanguinetti, quien hoy estará en la ciudad para poner el gancho y ayer se acercó al Nuevo Gasómetro para ver a su nuevo equipo.

Tal y como sucedió varias veces a lo largo de la temporada, la Lepra terminó con las manos vacías y masticando bronca. Tuvo un par de rendimientos muy bajos y apenas uno o dos puntos altos. Mención especial para Mariano Bíttolo, que con el partido 1-0 y el dominio total del trámite, se pasó de revoluciones e insultó al juez de línea en una jugada intrascendente al costado de la cancha. Insólito, infantil y sobre todo muy egoísta.

Porque antes de la roja al lateral izquierdo, el equipo de Adrián Taffarel estaba haciendo negocio. Una buena presión colectiva derivó en el gol de Panchito González cuando iban apenas 5 minutos: recuperó Funez, desbordó Garro y la empujó Francisco para el 1-0 en el primer remate al arco. Arranque ideal, pero…

San Lorenzo, otro de flojísima temporada, fue por obligación en busca del empate. Y con más ganas que ideas, encontró su premio en un penal ejecutado a la perfección por Néstor Ortigoza, todo un especialista en la materia. Estaba al caer el 1-1, aunque la falta grosera de Franco Escobar, quien debió irse expulsado, bien podría haberse evitado.

Pero cuando parecía que el Ciclón se lo daba vuelta, una certera volea de Julián Fernández lo volvió a poner en ventaja a la Lepra, que no pudo (ni supo) aguantar la ventaja: la espalda de Campagnaro, quien entró para reemplazar el sector que dejó vacío Bíttolo, fue siempre un problema y el dueño de casa lo aprovechó al máximo.

Antes del descanso llegó el empate de Di Santo, quien en el arranque del complemento estableció el definitivo 3-2 con la misma fórmula: pelotazo largo para Cerutti, centro y gol. Así de simple. Así de sencillo.

Pablo Pérez, otro al cual el árbitro le perdonó la vida, nunca pudo entrar en partido y Taffarel intentó solucionarlo con el ingreso de Nico Castro. No funcionó: la Lepra siguió caminando la cancha y cada vez que tenía la pelota no le daba buen destino. Todo un reflejo de lo que fue su temporada, para el olvido desde todo punto de vista. Los números no mienten.

Se terminó el campeonato para Newell’s, el cual sufrió siempre, arrancó con Fernando Gamboa como entrenador y terminó con un interinato de Taffarel. Ninguno de los dos pudo encontrarle la vuelta a este equipo. Ahora le toca probar suerte a Sanguinetti. ¿Podrá?

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