El Hincha

Derrota en el Bosque

Newell’s no reacciona y cayó 1-0 ante Gimnasia

El tiempo de Gamboa empieza a acortarse, porque esto es fútbol y los resultados mandan. Otra vez la Lepra insinuó pero no concretó. Gimnasia no hizo mucho más. Perro Carbonero con su velocidad era una amenaza. Y a los 41 minutos concretó lo que insinuaba


Foto: Ramón Rodríguez

Para cambiar un presente futbolístico tan pobre, hace falta más que modificar nombres en la alineación titular. Poner a Ramiro Macagno, el pibe Acevedo, Diego Calcaterra y Fernando Belluschi no iba a modificar mágicamente el funcionamiento de un equipo que empieza a mostrar desorden táctico, escasa capacidad de variantes ofensivas y jugadores que no tienen respuestas, ni siquiera anímicas, como sucedía hace un tiempo con este equipo.

Tal vez Gamboa, al igual que muchos hinchas, pensó que el problema era Aguerre (claramente no), Compagnucci o el doble cinco. Y quedó a la vista que el déficit no pasaba por ahí. Y la derrota, una más, empieza a calar hondo, porque las excusas ya no alcanzan y el apoyo dirigencial resistirá si aparecen rápido algunos buenos resultados, caso contrario, será difícil sostener a un DT que no encuentra soluciones y da la sensación de meter manotazos de ahogado.

Newell’s no arrancó mal el partido en La Plata. Es que en general la Lepra es un equipo que no se ve tan mal cuando inicia partidos. Y con el buen pie de Belluschi, las ganas de Scocco y algunas pinceladas de Castro las apariencias engañaron un buen rato.

Foto: Ramón Rodríguez

 

Pudo adelantarse la Lepra. Una salida lejos de Rey generó un disparo de emboquillada de Belluschi que Morales despejó con lo justo cuando la pelota se iba a la red; el propio Belluschi exigió a Rey con un remate de afuera; y Castro tuvo un remate cruzado que pasó rozando el palo. Insinuó, pero no concretó. Otra vez.

Gimnasia no hizo mucho más. Perro Carbonero con su velocidad era una amenaza. Y a los 41 minutos concretó lo que insinuaba. Tras un córner a favor de Newell’s, Coronel despejó y Carbonero corrió mano a mano con Belluschi, una situación insólita si se toma en cuenta la velocidad de ambos. Con oficio y rapidez, el colombiano se llevó la pelota, tras un cruce livianito e inocente del juvenil Acevedo. Con tiempo y espacio, Carbonero no perdonó.

En el segundo tiempo los intentos de Gamboa pasaron por el banco. Y expuso su error al meter a Compagnucci por Acevedo (lo incineró al pibe) y a Garro por un Comba que ya no resiste titularidad. Luego ingresaron Sabbag y Panchito González, y Castro una vez más pasó a jugar de doble cinco, otro despropósito.

Pero este presente de Newell’s, preocupante, desconcertante, no pasa solamente por modificar nombres, eso está a la vista. Gamboa no parece tener armas tácticas y la campaña ya transita por el terreno del aplazo. De los últimos once partidos Newell’s apenas ganó uno y sacó 5 puntos sobre 33, un desastre. Y ya no alcanza con lamentarse por los lesionados, por algún penal no sancionado, o por errores defensivos que exponen a todos. Nada es suficiente. No hay reacción. Y el tiempo de Gamboa empieza a acortarse, porque esto es fútbol y los resultados mandan.

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