El Hincha

Liga Profesional

Newell’s metió un triunfazo ante Talleres gracias al gol tempranero de Sordo para trepar a la cima

Newell’s metió otro triunfo fuera de casa y es líder de la Liga. Y aunque sea temprano para ser ambicioso, ese lugar se lo ganó en la cancha, nadie le regaló nada


Juan José García

Ver a Newell’s en lo alto de la tabla parece irreal. Es cierto que apenas van tres fechas de una Liga que terminará dentro de meses, pero tras varios años de penurias, encontrar a la Lepra por encima de todos genera en el hincha un lógico entusiasmo.

El triunfo 1-0 ante Talleres tuvo que ser más amplio, en especial cuando el equipo de Sanguinetti se quedó con un hombre demás un tiempo entero. Pero este Newell’s es un equipo joven, donde sobra energía y falta calidad. No supo poner un poco de calma a la hora de liquidar el partido. Y terminó sufriendo sin sentido.

Interceptar un pase no es una jugada festejada. Pocas veces se destaca al que lo hace. Pero en este Newell’s, preparado para quitar y correr, un buen quite puede ser un inicio prometedor. Eso sucedió en el comienzo del partido. Talleres movió la pelota en busca de algún espacio, proyectó a sus laterales, y decidió tirar un pase largo que encontró un buen anticipo de Martín Luciano.

Con el local parado lejos de su arco y con poca gente, el pase de Balzi a García y el toque de Juanchón para sacar de juego a Pérez fue suficiente para poner a Ramiro Sordo de cara a Herrera, y el delantero con tiempo y espacio no perdonó. Apenas iban 25 segundos de partido. Los distraídos tal vez ni siquiera vieron el gol. Pero Newell’s sí, porque estuvo atento y con ese grito tempranero cambió el proyecto de partido de ambos equipos.

A la Lepra le resultó cómo pararse con presión en media cancha y buscar algún robo para salir rápido. Y Talleres tuvo que arriesgar mucho más, quedando expuesto en defensa.

Talleres con la pelota sin lastimar; Newell’s al acecho insinuando peligro en cada inicio de contra. Así pasaron los primeros 20 minutos del partido. La Lepra no aprovechó esos espacios, aunque cada pique de Panchito o Sordo desestabilizaban a una defensa mal parada. A Balzi le faltó coraje para encarar mano a mano, prefirió siempre el pase atrás que acomodaba al rival. Y Portillo se debatió entre marcar y jugar, demasiada confusión que lo hizo jugar mal.

De tanto tener la pelota, el elenco cordobés empezó a generar riesgo. Y pudo empatar. Macagno se estiró a más no poder para manotear un remate de Esquivel que iba a la red; Díaz metió un tiro libre en el travesaño tras alguna duda del arquero leproso; y Ditta sacó de cabeza en la línea un remate tras varios rebotes.

El local hacía mérito para empatar, incluso con un pase profundo de Godoy que no pudo impulsar a la red Santos.

Y ahí hubo otro guiño del partido para la Lepra. En el cierre del primer tiempo, Juanchón peleó contra un lateral un envío largo, y Pérez, por instinto, le metió un fuerte manotazo de revés en la cara. Roja directa, Newell’s en ventaja numérica en tanteador y cantidad de futbolistas.

Talleres salió al complemento parado en una cornisa. Fue a buscar el empate y quedó expuesto atrás. La Lepra tuvo tiempo y espacio para liquidar el pleito. Pero pareció no querer ganar, pecó de confiado, o de ansioso, o fue falta de jerarquía. Lo cierto es que lo que debió ser un final tranquilo fue un cierre con el corazón en la mano.

Balzi desperdició dos jugadas claras dentro del área, Panchito tomó malas decisiones en acciones en clara ventaja numérica, Juanchón le erró al arco desde fuera del área. Las chances sobraban, pero nadie podía anotar.

El pibe Rossi, más ambicioso, generó una jugada encarando el arco y una mano clara le dio a la Lepra un penal –demora de VAR en el medio-. Y Nico Castro, displicente, hizo lucir a Herrera, que con un manotazo impidió el segundo.

El final fue a puro centro. Con Velázquez, Ditta y Fernández despejando más de la cuenta, aunque Santos en varias ocasiones los complicó.

No hacía falta sufrir. Pero el exceso de juventud de la Lepra mostró inexperiencia para definir antes un partido que tuvo servido desde los 25 segundos. Poco importó eso en el pitazo final de Vigliano. Newell’s metió otro triunfo fuera de casa y es líder de la Liga. Y aunque sea temprano para ser ambicioso, ese lugar se lo ganó en la cancha, nadie le regaló nada.

La previa del partido

Newell’s transita con calma el inicio de la Liga. No le sobra demasiado, le faltan refuerzos para dar un salto de calidad, pero suma y sigue en un comienzo de torneo donde ningún equipo se muestra poderoso, a punto tal que el único que consiguió dos triunfos fue Platense, que difícilmente mantenga esta marcha por mucho tiempo.

En ese contexto, el equipo de Sanguinetti se muestra apegado a una idea que parece arraigada en los futbolistas, mantiene un nivel de preparación física alto, y con eso le alcanza para estar en la zona de arriba, aún sin perder en dos partidos, lo que no es poco.

Por ahora a la Lepra le alcanza para ilusionarse. Mientras espera por los refuerzos, Sanguinetti mantiene al equipo en forma, competitivo, difícil para cualquiera. Con el objetivo de seguir engrosando los promedios, mantenerse en zona de clasificación de Copas y estar lo más arriba posible.

En ese sentido, la demora en los refuerzos, lesiones y expulsiones obligaron al entrenador a darle más minutos de los esperados a varios juveniles. Marcos Portillo, Martín Luciano, Guillermo Balzi y Ramiro Sordo ganaron titularidad. Y ante Talleres aparecerá Gustavo Velázquez para intentar reemplazar a Lema.

¿Qué le falta a Newell’s? El es quema 4-3-3 que está utilizando en esta Liga lo pone más cerca del arco rival a partir de la presión alta, pero en esa zona es donde aún no consigue la claridad necesaria para transformar jugadas prometedoras en chances concretas de gol. Con Banfield Juanchón García tuvo un gran partido, bien acompañado por Panchito y Sordo, y eso alcanzó para ganar. Con un San Lorenzo bien cerrado en defensa, costó mucho.

No es casualidad que Sanguinetti hay pedido refuerzos en ofensiva. Ahí es donde hay carencias. Con Nico Castro con la valija y la cabeza listas para irse, la Lepra pierde un jugador con potencial en ese rubro, el del gol. Está en el banco como opción, por ahora, pero darle minutos va a depender más de la necesidad que de las ganas de Sanguinetti.

El problema, al menos hasta que llegue un volante de juego, es que sin Castro y con Pérez lesionado, falta alguien que piense, que haga una pausa, a veces necesaria, no está el pase entre líneas. Esa responsabilidad cae en dos pibes, Portillo y Balzi, quienes tendrán que madurar rápido y aprovechar una chance que el DT les entrega.

La ausencia de Lema puede agrietar una defensa sólida, pero el nivel superlativo de Ditta hace imaginar que eso no va a suceder, en especial porque el paraguayo Velázquez tiene experiencia para bancar la responsabilidad.

Newell’s amaga con tener un buen torneo. La idea de Sanguinetti está y los jugadores parecen convencidos. Y tener un buen comienzo es un buen detalle de cara a un torneo largo, que seguramente estará lleno de dificultades que sortear. Por eso será importante pisar fuerte en Córdoba.

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