Newell’s le rompió el invicto a Andrada con un cabezazo de Insaurralde

La historia dice que Boca es uno de los tres rivales que más veces enfrentó Newell’s en AFA. Y la diferencia estadística a favor del Xeneize es grande, en especial por lo sucedido antes de la década del 80. También se sabe que ir a la Bombonera no es sencillo para nadie, y las tres últimas incursiones de la Lepra fueron con derrotas, dos de manera abultada. Obviamente el hincha leproso tiene un as bajo la manga cuando se trata de un choque ante Boca en la Bombonera. Y ahí aparece ese partido mágico e inolvidable, justo un 9 de julio (de 1991) cuando el equipo de Marcelo Bielsa consiguió un título consagratorio, tal vez el más festejado por algunas generaciones rojinegras.

Newell’s mantuvo la compostura de partidos anteriores. Pelota al piso y salida desde abajo. Hubo espacios porque Boca cedió en la presión y dejó jugar para sorprender de contragolpe. Así tuvo un par de aproximaciones. Un disparo de Denis Rodríguez que complicó al arquero Andrada y otro intento del propio mellizo Rodríguez que se elevó por encima del travesaño.

Boca mostró una pobre imagen. Mauro Zárate se empecinó en hacer la individual y la pelota no le llegó limpia a Ábila. Los volantes externos del Xeneize tampoco acompañaros. Newell’s tuvo mejor manejo pero sin contundencia en los últimos metros de la cancha.

La primera vez que llegó, Boca se puso arriba en el marcador. Primero avisó con un tiro libre de Zárate que mandó al córner el arquero Aguerre. Y en la ejecución posterior, Izquierdoz saltó por detrás de todos y estampó el 1-0 del puntero en la Bombonera. Un minuto antes, Kudelka había perdido a Cacciabue por lesión.

Maxi dilapidó una chance inmejorable en el final del primer tiempo, cuando definió mal sobre un Andrada adelantado. Ya en el complemento, mejoró Boca y dominó las acciones.

Kudelka agotó cambios con los ingresos de Salinas e Insaurralde en lugar de los mellizos Rodríguez. Y cuando el partido se encaminaba al final, el propio Cristian Insaurralde metió un cabezazo tremendo tras un centro para estampar el 1-1 ante el líder Boca, rompiendo la valla de Andrada que se mantuvo invicta por 868 minutos.