El Hincha

Copa de la Liga Profesional

Newell’s le hizo fuerza una hora a River, que lo terminó ganando por dos errores de Arboleda

La Lepra jugó con dignidad y le peleó el partido al Millo, pero sendos regalitos de su arquero provocaron una derrota llena de bronca e indignación. Primero facturó Quintero tras una mala salida del 1 y lo sentenció Rojas con un remate al medio que encontró una floja respuesta del colombiano

Télam

Cuando se enfrenta a un rival como River, no se puede fallar. Los errores no se perdonan y generalmente se castigan con dureza. Y Newell’s cometió ese pecado: jugó con dignidad y le peleó el partido al Millonario durante una hora, pero dos errores groseros de Arboleda provocaron una derrota llena de bronca e indignación. Y muy dolorosa.

La Lepra se plantó bien. Firme. Sin dejarse llevar por delante por un River lleno de ímpetu y buenos jugadores. La primera señal del equipo de Sanguinetti fue positiva. Tras las dudas mostradas ante Argentinos Juniors, Newell’s mostró personalidad y entusiasmo.

El partido se jugó con demasiada intensidad en la marca. Cada pelota se disputó con un rigor poco común. Y ver jugadores tirándose al piso para recuperar o disputar una pelota fue moneda corriente, a punto tal que Martínez debió salir por un cruce fuerte con Hulk Méndez y Pérez -cuando no- y Garro sumaron una amarilla.

A River le costó construir. Bloqueado Pochettino, bien marcado Elías Gómez en sus subidas, apenas pudo generar algo cuando retrocedió Barco, aunque la solidaridad en Newell’s a la hora de marcar obligaron a los de Núñez a jugar con apuro y les costó llevar peligro.

Bien Vangioni, rápido Ditta, metido Pérez, solidario Fernández y atento Méndez, más en recuperación en mediocampo que en defensa, la Lepra se mantuvo competitivo en todo el primer tiempo. Y la única clara de River fue por mérito propio, a partir de la velocidad de Barco, aunque el remate de Simón dio en el palo y mantuvo con vida a Newell’s.

Faltó la otra parte en la Lepra, generar riesgo en el arco de Armani. Se acercó al área algunas veces, pero Castro y González decidieron casi siempre mal. No alcanzó con poner un nueve de área como García. Faltó asociarse a Juanchón, que peleó mucho pero no tuvo una chance de remate al arco.

En el inicio del complementó River encontró una puerta entreabierta: la franja derecha de Newell’s. Pérez se cansó, Garro ayudó menos y Méndez no pudo solo. De ahí Enzo Fernández reventó el palo cuando parecía gol cantado tras un regalo de Castro en la salida. Luego Sordo regaló una pelota en otra salida, Álvarez habilitó a Barcos y atajó Arboleda.

Newell’s entró en zona de oferta. Sacó una liquidación para que le anoten un gol, pero River no había aprovechado dos chances claras. No importó: Arboleda tenía decidido que la visita iba a tener otra oportunidad. Fueron cinco minutos fatídicos, fatales del arquero leproso. En un pase atrás de Vangioni, con tiempo y espacio, el 1 colombiano cedió el balón a Juanfer Quintero y el colombiano, con el arco vacío, no falló.

El gol derrumbó a Newell’s y para que no existiera chance de reacción, Arboleda tuvo una escasa resistencia ante un remate del paraguayo Rojas al medio del arco y el 2-0 pasó a ser inalcanzable.

De allí en más el Coloso sólo transitó un tiempo de bronca y sorpresa por lo hecho por Arboleda y hubo poco de reacción. No había tiempo ni ánimo para volver a pelear el partido.

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