José Odisio
Ganó Newell’s en Santa Fe. Le alcanzó con un gol tempranero de Juanchón, y un par de rendimientos individuales por encima de la media. Unión amenazó con un intento de empate, pero expuso sus incapacidades y le permitió al equipo de Coria sumar tres puntos de altísimo valor que lo posicionan muy bien en la zona de Sudamericana. Y despeja algunas dudas que se podían presentar tras dos derrotas de un interinato que tiene como fecha de vencimiento el final de la Liga. Lo que no es poco.
El regreso de titulares recuperados de distintas lesiones le dieron más presencia de cancha a la Lepra. Sin importar rendimientos de cada uno, tener a Cristian Lema, Pablo Pérez, Armando Méndez y Ramiro Sordo, sumados a Gustavo Velázquez, Juan Sforza y Juanchón García es otra imagen, incluso obliga al rival a estar más atento, a no pensar en atropellar a un equipo de pibes de prepo.
Las modificaciones de Coria tuvieron un efecto inicial interesante. Newell’s se plató ofensivamente, aunque Unión también tuvo una postura de ataque. Y en ese ida y vuelta, el partido mostró más peligroso al equipo rosarino.
Sordo y Méndez mostraron rápido que por afuera Unión era vulnerable, y desde allí la Lepra inclinó la cancha. La cabeza de Calderón se interpuso en el camino al gol de un zapatazo estupendo de Pablo Pérez, pero unos minutos más tarde, la Lepra aprovechó un córner, Velázquez anticipó en el primer palo y el manotazo salvador de Mele no pudo impedir esa “ley del ex” que todo hincha tatengue temía. Juanchón García empujó la pelota a la red por estar atento al rebote y el pedido de disculpas del goleador no pudo impedir la alegría de los leprosos, que rápidamente pusieron el marcador a favor.
La lentitud de Ferreira para resolver ataques, un Sordo que sintió una molestia y frenó el ímpetu inicial, y un retroceso natural del equipo por la ventaja le permitieron a Unión acercarse al área de Morales. El sector de Luciano fue el preferido para atacar, por las ventajas que ofrecía el pibe, siempre mal parado. Del otro lado, Jacob mostraba una templanza que hizo que el Tate desistiera de ir demasiado por allí. Mucho centro, felicidad para Lema y Velázquez, que despejaron todo.
Newell’s se fue al vestuario con la sensación de partido dominado; con la estadística favorable de ser un equipo que sabe aguantar resultados; pero con un 1-0 que no garantizaba nada.
El segundo tiempo tuvo a un Newell’s más cansado. Lógico a partir de jugadores que vienen de lesiones y poco rodaje. Y Unión comenzó a apretar.
A Méndez le empezó a costar acomodarse a su posición; Luciano siguió perdiendo con Machuca; Ferreira se esfumó y el medio, salvo cuando tomó la pelota Pablo Pérez, no pudo hacer pie.
Coria no se sonrojó en parar una línea de cinco, y de paso le hizo un favor a Lema que como líbero se sintió más cómodo. Fue algo arriesgado retroceder tanto, pero Velázquez se hizo cada vez más imponente, Jacob no falló y Morales descolgó varios centros para desactivar cada intento local. Y cuando algún rebote le quedó a un jugador del Tate, apareció la incapacidad para definir.
Sexto triunfo de visitante de la Lepra, esta vez en un reducto donde no ganaba desde hace 19 años. Y en el mientras tanto de la búsqueda del futuro entrenador, el interinato de Coria vuelve a trepar en la tabla copera para entusiasmarse con algo más que la Sudamericana, aunque no le sobre demasiado.
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