José Odisio
La visita de Newell’s a Sarmiento no era en la previa un partido con demasiado atractivo. El Kiwi arrancó el torneo pensando en la tabla de abajo, donde está complicado, mientras que la Lepra, con nuevo entrenador, no garantizaba estar en lo alto de la tabla de su grupo. Pero ambos equipos respondieron más de lo imaginado, y el choque de este sábado tiene a uno de los líderes, el local, frente a un elenco rojinegro que de ganar se posicionará entre los cuatro clasificados para cuartos.
Si la semana que viene Newell’s no jugara el Clásico, el partido de mayor valor del semestre, sin dudas que ante Sarmiento sería un choque de gran atractivo, de mucho expectativa. No significa que no lo será, pero la relevancia de enfrentar a Central en ocho días hace que todo sea más frágil desde la trascendencia. Incluso lo demuestra Sanguinetti al excluir del equipo a Pablo Pérez, con cuatro amarillas, para tenerlo a disposición para el cotejo ante el Canalla.
Se podrá cuestionar o no la decisión de Pérez avalada por Sanguinetti, pero la realidad es que la gran mayoría de los hinchas estuvieron de acuerdo. Después, el “diario del lunes” dirá si fue acertada o no la determinación del entrenador.
Newell’s es un equipo en construcción. Puede tener versiones de alto vuelo, como ante Defensa, Talleres o Atlético Tucumán; otras más inestables como el segundo tiempo frente a River; o partidos para el olvido como el que tuvo ante Argentinos. Hilvanar dos triunfos al hilo tal vez lo muestre más acomodado. Más cómodo con el esquema 4-4-1-1 o 4-2-3-1 que propone Sanguinetti. Está claro que falta, que todavía nadie le va a firmar un cheque en blanco. Pero el camino parece ser el correcto.
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