El Hincha

Superliga

Newell’s cosechó un punto en su visita a Lanús con un gol de Sebastián Palacios

El empate con Lanús en un escenario siempre esquivo para Newell’s no era mal negocio en la previa. Pero el gol de Palacios ilusionó con una victoria que no se concretó por la ambición del equipo de querer atacar siempre, aunque el partido a esa altura pedía ser mezquino


Foto Marcelo Olbert

La bronca por no haber podido aguantar cinco minutos la ventaja dejó una sensación rara en el vestuario leproso. El empate con Lanús en un escenario siempre esquivo para Newell’s no era mal negocio en la previa. Pero el gol de Palacios ilusionó con una victoria que no se concretó por la ambición del equipo de querer atacar siempre, aunque el partido a esa altura pedía ser mezquino. Solicitaba cerrar filas y que el Grana venga a buscar la igualdad.

El calor agobiante no fue impedimento para que el partido se juegue con velocidad y dinámica. El primero en avisar que sus corridas podían tener peligro fue Lautaro Acosta, quien desairó dos veces a Lema y en uno de esos desbordes dejó a Auzqui de cara al gol, pero su disparo se fue sobre el travesaño.

Newell’s parecía dormido, la tarde noche pintaba complicada. Y entre la impericia de Nadalín en la banda derecha y las inhabituales dudas de Lema, Aguerre empezó a preocuparse.

Pero Newell’s se sacó la modorra con la que entró y empezó a jugar. Palacios demostró que también tenía velocidad y Pablo Pérez fue el eje que le dio fluidez al juego rojinegro. Y la Lepra equilibró el partido. Su único problema, no menor, fue la ausencia de un delantero de área para capitalizar esos buenos arranques. Leal tuvo una noche errática y, sin un nueve, anotar pasó a ser un verdadero problema.

Con un partido abierto, donde la velocidad siempre amagó a ser la clave. Palacios metió una corrida de 50 metros y habilitó a Maxi. Y la Fiera le dejó el gol a Pablo Pérez, aunque Rossi le tapó el remate y Palacios, merecidamente, mandó la pelota a la red al rescatar el rebote servido que dejó el arquero del Grana.

El vértigo no le dio la chance a la Lepra de parar la pelota y dormir el partido. Y la ventaja no duró casi nada. Una corrida del Laucha Acosta provocó un torpe penal de Lema. Y Sand, implacable desde los doce pasos, puso el 1 a 1.

Lejos de empezar a pensar que el punto era buen negocio, Lanús y Newells quisieron más. Y el final fue desprolijo con dos equipos que intentaron ganar, el Granate con más poder de ataque; la Lepra con Maxi y Palacios amenazantes. Al final, la justicia no quiso que haya un perdedor. No lo merecían Palacios ni Acosta, ni Pablo Pérez, en su regreso a casa a pura jerarquía. Y Newells dejó de mirar el punto con desconfianza. Ya son seis partidos sin perder, y otra bocanada de oxígeno para una tabla de promedios que quiere olvidarse pronto.

Comentarios