El partido esperado, que todos quieren jugar, aunque el físico no ayude. El que se juega en la previa en la calle, con el folclore de los hinchas. El que se vive con intensidad, con nervios, con expectativa. Ganar es un premio que muchas veces deja a los protagonistas en el pedestal de ídolos. ¿Y perder? Un dolor muy grande. Newell’s y Central protagonizarán desde las 15 una nueva edición del clásico rosarino, tal vez el más pasional del fútbol argentino, un espectáculo único fuera y dentro de la cancha, inexplicable desde la razón, entendible desde el corazón.
¿Newell’s llega con más obligaciones? La localía lo pone en un lugar de ventaja, más aún a partir de la ausencia de hinchas visitantes. Además, haber perdido en el clásico pasado, donde llegaba líder y con una ventaja de nombres en la previa, genera mayores obligaciones al equipo de Berti, más allá de que quedó algo lejos de la cima del torneo donde el propio Central hoy lo aventaja por un punto en la tabla.
¿Central llega menos presionado? Nadie está exento de obligaciones en un clásico. El equipo de Russo tiene el plus de haber ganado en su cancha, pero esta es otra historia y las exigencias siempre están. Además necesita sumar para escaparle definitivamente a la tabla de promedios. Y una derrota podría significar un golpe en lo anímico que nadie quiere tener en esta altura del torneo.
Cada técnico jugó en la previa con las formaciones. Las lesiones fueron un dolor de cabeza y dejaron afuera del partido a Maxi Rodríguez y a Walter Acuña. Otros, como Lucas Bernardi, Víctor López o Hernán Encina jugarán entre algodones, con los riesgos que eso conlleva.
Berti sorprendió con la inclusión de Fabián Muñoz de ‘nueve’, dejando al juvenil Ponce en el banco. Russo apostó con el cambio Niell por Acuña, priorizando la condición física. Y con el regreso de Carrizo recupera a un jugador importante.
Rosario vivirá una vez más la fiesta del fútbol. El día que todos marcan en el calendario. Que sea en paz.
Las lesiones, protagonistas en la previa
Las lesiones fueron sin dudas protagonistas en la previa de esta edición del clásico rosarino, y si bien Newell’s pareció el más afectado, también Russo tuvo que lidiar con los problemas físicos a la hora de definir el equipo.
No hay dudas que el jugador más importante que se queda afuera del clásico por lesión es Maximiliano Rodríguez, desafectado el jueves al resentirse de la distensión en el isquiotibial derecho que tuvo ante Argentinos.
Pero la Fiera no fue el único dolor de cabeza para Berti. Su apuesta a poner varios titulares ante River dejó el saldo de dos futbolistas importantes entre algodones. Lucas Bernardi y Víctor López, con sobrecarga en isquiotibial, abrieron un signo de interrogación y si bien ambos serían titulares, su condición no es la ideal.
En el lado de Arroyito también hubo trabajo para la enfermería y Walter Acuña, una de las figuras de los últimos partidos, se queda afuera por una contractura en el cotejo ante Lanús. Y además Hernán Encina llega entre algodones. El Sapo, sufrió un traumatismo directo en la pierna derecha ante el Granate y su presencia hoy solamente corresponde a que el rival es Newell’s, ya que si se tratara de otro equipo, Encina ni siquiera estaría dentro de los convocados.
El físico aparece como un protagonista del clásico. Ya jugó fuerte en la previa, y podría seguir siendo clave durante el partido.
Un operativo que incluye a 800 efectivos
La delegación de Central partirá rumbo al estadio Coloso Marcelo Bielsa alrededor de las 13. La caravana estará compuesta por un micro y un minibús. En el primero estarán los jugadores, cuerpo técnico, cuerpo médico, personal de seguridad del plantel y dos dirigentes. Mientras que en el segundo irán 28 personas (entre dirigentes y allegados) que son los que únicos “hinchas canallas” que irán al clásico, ya que están dentro de la lista permitida por la AFA.
Amos móviles recorrerán los poco más de 30 kilómetros que separan el predio de Arroyo Seco con el estadio rojinegro “encapsulados”. Esto significa que adelantes y detrás de ellos habrá presencia policial que actuará de custodia.
Una vez llegados al Coloso, los dirigentes irán directamente al palco visitante y el resto será acompañado hasta el vestuario.
La misma metodología, pero viceversa, se realizará una vez concluido el clásico. Ya que la desconcentración de la delegación canalla se producirá en Arroyo Seco.
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