El Hincha
El ciclo de Héctor Bidoglio como entrenador de Newell’s llegó a su fin, pero el técnico estará en el banco los dos últimos partidos: el viernes a las 19 ante Huracán y en la última fecha contra Banfield.
No resulta sencillo explicar cómo un ciclo cumplido tiene aún dos partidos por delante. O cómo un entrenador que renunció en el vestuario dirigirá con Huracán y Banfield sabiendo que los resultados no le cambiarán su destino.
Pero hay explicaciones. Las entendibles y las otras que son más subjetivas. Y en todos los casos, la principal razón de este “interinato” de Bidoglio tiene que ver con la imposibilidad de designar en pocos días a un nuevo entrenador, ese que tendrá en su espalda la responsabilidad de dirigir a la Lepra en un torneo donde arrancará en zona de descenso.
Hay otro motivo, el que la dirigencia confesó por lo bajo, y es el apoyo del plantel. Si bien lo hecho en cancha parecería lo contrario, el grupo banca a Bidoglio. Se lo hizo saber a los directivos en el vestuario de cancha de Unión, y lo ratificó ayer en una charla que hubo en el Centro Deportivo Griffa.
Bidoglio sabe que su ciclo terminó, no importa qué resultados obtenga en los dos cotejos que restan por Superliga, pero el paso a costado que tenía decidido dar se postergó a partir de un pedido del plantel.
Por un lado parece una locura. Cuatro derrotas consecutivas, la última ante un rival del Torneo Federal; errores tácticos notorios; un estado físico del plantel que abre interrogantes, son motivos suficientes para pensar que la continuidad de Bidoglio no tiene sentido.
Pero la dirigencia no tenía tantas opciones. Poner en el banco a Aldo Duscher, que aún no hizo pie en reserva, o improvisar con otro DT de inferiores, suena aún peor. Y con el visto bueno del plantel, la continuidad de Bidoglio fue una decisión automática.
De todas maneras, los directivos saben que la elección del nuevo entrenador no puede fallar. La situación en la tabla de promedios de la Lepra es delicada y no admite errores, ni en la designación del DT ni en la búsqueda de refuerzos. Y si bien los hinchas tendrán la ansiedad lógica de tener el nombre con urgencia, es factible que haya que esperar hasta mayo para tener una confirmación.
Es que Sebastián Becacece –la gran obsesión de los directivos–, o Ricardo Zielinski, otro nombre que suene en el Parque, tienen contratos vigentes al menos hasta la finalización de la Copa de la Superliga, que dependerá del éxito o no de sus equipos en este torneo que arranca a mediados de abril.
No hay que descartar que aparezcan otras opciones, entrenadores que hoy estén disponibles y puedan cerrarse antes, aunque por ahora no hay nombres que suenen con fuerza entre los disponibles sin trabajo.
Comentarios