La salida de Diego Torres de Newell’s es un hecho. Y el destino será Quilmes, club en el que el delantero tiene un respaldo más que importante con el hincha cervecero. El jugador hizo todo lo posible para forzar su salida del Parque de la Independencia en busca de mayor continuidad y tanto insistió que sus deseos se verán cumplidos en breve. La operación se hará a préstamo por un año, aunque faltan algunos detalles menores para resolver el tema.
Prácticamente desde el inicio de la pretemporada, Torres expresó su intención de emigrar buscando la continuidad que Roberto Sensini no le garantizaba. Claro está que en la consideración del entrenador leproso, el delantero no aparece entre las primeras opciones. Un dato que refuerza esta precisión es que en el debut frente a Estudiantes en el Coloso del Parque, Torres quedó fuera del banco de suplentes.
Esa fue la señal que necesitaba el atacante para terminar de forzar su salida. Es que es el propio jugador fue el encargado de hablar con unos y otros para que las tratativas lleguen a buen puerto. Por eso Quilmes lo inscribió el pasado jueves en el cierre del libro de pases, para darle una semana más de plazo a las partes involucradas.
Ayer por la mañana, Torres se mostró esperanzado en poder pasar a Quilmes: “Ya tengo todo arreglado con el club en lo contractual y acá en Newell’s me dijeron que están de acuerdo con cederme a préstamo. Hablé con Roberto (Sensini) y me dijo que él me tiene en cuenta, pero que si yo creo que allá voy a tener más posibilidades, que me vaya tranquilo”.
Y agregó: “Mi intención era sacar el pase libre porque en Quilmes me había dicho que me iban a comprar una parte, pero mi representante (Leonardo Rodríguez) me convenció de que lo mejor era pedir un préstamo y después volver a Newell’s para ver qué pasa. Está todo encaminado”.
Torres reconoció que le seduce la idea de irse a Quilmes porque es un club caro a sus afectos, pero lo que más lo motiva “es tener la chance de jugar, que hoy en Newell’s parece complicado”. Aunque aclaró: “Si se da todo, me dolerá un poco marcharme así, es como irse por la puerta de atrás. La verdad es que me hubiese gustado que fuese de otra manera, por una venta o porque pueda pasar a un mejor club, pero hoy mi situación es diferente. Me costó mucho el año pasado, y ahora saber que me quieren de un club donde me conocen, donde me siento cómodo y donde saben lo que puedo dar, es una posibilidad que me gusta, aunque me vaya triste de Newell’s, porque también tengo mucho aprecio por este club y por la gente”.
Torres llegó a Newell’s en el 2007, cuando Pablo Marini era el entrenador rojinegro. Pero en un encuentro ante Tigre en el Apertura de ese año, sufrió la rotura del ligamento cruzado de la rodilla derecha que lo marginó de las canchas por diez meses. Tras la inactividad, regresó a jugar y de la mano de Fernando Gamboa tuvo su mejor torneo, con Cristian Fabbiani como compañero de ataque. Pero en marzo del año pasado decidió pasar nuevamente por el quirófano porque sentía alguna inestabilidad en la rodilla y estuvo sietes meses en recuperación.
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