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nancy scarfone, viuda del suboficial pablo cejas

“Necesito que el ministro me escuche”


“Necesito que el ministro de Seguridad, quien nunca escuchó a Pablo, me escuche a mí. Necesito que me ayuden, quiero justicia”, reclamó ayer Nancy Scarfone, la esposa del suboficial Pablo Cejas, acribillado a balazos la noche del lunes en la ciudad de Santa Fe, pese a estar bajo el sistema de Protección al Testigo por haber denunciado a jefes policiales por supuestos nexos con el narcotráfico. La mujer pidió Justicia y no descartó que el crimen haya sido “por algo que denunció”.

Scarfone insistió que tiene la necesidad de ser recibida por el ministro de Seguridad de la provincia, Maximiliano Pullaro.

Por el velatorio pasaron centenares de personas que se acercaron a brindarle a la familia y amigos del suboficial sus condolencias, entre ellos un buen número de compañeros de la fuerza de seguridad provincial.

En ese marco, la mujer dijo que en los últimos tiempos Cejas no le habló de nuevas amenazas, pero no descartó que “esto le haya pasado por algo que denunció”, y adelantó que “algo estaba por pasar con la causa por las denuncias que él hizo”.

En medio de gran cantidad de amigos, allegados y compañeros de la fuerza, la pareja del uniformado destacó la ausencia de autoridades tanto políticas como de los jefes de la Policía de Santa Fe. “No recibí ningún llamado”, dijo muy conmovida ante los medios de comunicación.

21 impactos

El crimen de Cejas se conoció pasadas las 22.30 del lunes pasado cuando su cuerpo apareció acribillado en un descampado de barrio Yapeyú, en el extremo noroeste de la capital santafesina. Cerca de su cadáver estaban su billetera y su moto. Lo único que los policías  no hallaron fue su arma reglamentaria.

En un informe preliminar, pesquisas indicaron que tenía alrededor de 21 heridas de bala.

El suboficial estaba bajo un sistema de protección de testigos que consistía en tres llamados telefónicos de control diarios debido a que había realizado denuncias que involucraban a colegas policías, algunos de ellos jefes, por su conexión con bandas relacionadas con el narcotráfico.

A pesar de su situación como testigo protegido, los funcionarios judiciales y políticos indicaron en las primeras horas que descartaban que el móvil del crimen haya estado relacionado a sus denuncias contra sus colegas.

En ese mismo marco, el ministro Pullaro declaró a los medios que la investigación tiene “diferentes hipótesis y la más fuerte no apunta a que el crimen tenga relación con las denuncias”.

En cuanto a la manera en que fue ejecutado Cejas, los fiscales de Homicidios y el personal de la Policía de Investigaciones (PDI) trabajaban sobre tres pistas, y la primera de ellas da cuenta que Cejas pudo ser asesinado en otro sitio y arrojado ya muerto o rematado en el descampado.

También intentaban probar o descartar que los disparos se hicieron desde un auto. Otra línea describía que los balazos se realizaron desde una o dos motocicletas.

Sobre el móvil los investigadores explicaron que el ataque se debió a un encontronazo que tuvo Cejas con un narco de barrio Yapeyú. “La semana anterior Cejas se enfrentó a tiros con el jefe de una banda que se dedica al narcomenudeo”. Según la versión de los pesquisas, el reclamo tenía relación con el crimen de un joven de 20 años, quien fue baleado a finales de junio y murió tras 23 días de agonía en el hospital Cullen.

Operativo en barrio Yapeyú

La Policía de Investigaciones (PDI) realizó ayer a la tarde un relevamiento de material de interés para la causa y allanamientos en algunos domicilios ubicados cerca de la zona de Neuquén al 6400, donde encontraron el cuerpo del suboficial Pablo Cejas acribillado a balazos. De acuerdo con voceros policiales, los uniformados buscaron los vehículos, rastros de sangre –ya que la hipótesis que sigue es que Cejas fue asesinado en otro lugar distinto donde hallaron su cadáver– y también la pistola reglamentaria de la víctima. Las fuentes consultadas no descartaron que los operativos continúen en el lugar debido a que un testigo aportó que dos de los atacantes terminaron heridos.

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