Algunos sectores políticos de la vida nacional, ante las propuestas del gobierno, responden permanentemente con rechazos irracionales o análisis tremendistas.
Los ciudadanos exigen sensatez y propuestas concretas. Una minoría prefiere un golpe de Estado o que asuma cualquiera para no ver más al peronismo o a los Kirchner, como hechos malditos de la política.
Somos opositores comprometidos con las propuestas y la sensatez. Desde nuestro partido SI (Solidaridad e Igualdad) y desde nuestra militancia política y social de muchos años hemos estado reclamando mayor equidad en la distribución de la riqueza.
Con el inicial proyecto de Rubén Lo Vuolo junto al Frenapo (Frente Nacional contra la Pobreza), con las organizaciones sociales, los partidos políticos progresistas, los gremios comprometidos con los sectores populares, hemos bregado y seguiremos haciéndolo para que los excluidos sociales tengan acceso a las rentas que genera el sistema capitalista.
Hemos visto pasar al menemismo con su corrupción y el destrozo de las fuentes de trabajo, generando mayor injusticia con la desocupación y la subocupación. Ese neoliberalismo tuvo cómplices. Muchos de ellos hoy son portadores de mensajes que describen y aterrorizan con la violencia social. Este gobierno poco ha hecho en pos de la equidad social, pero creemos que el proyecto de asignación por hijo va en ese sentido.
El partido SI es coherente con sus principios y propuestas. Avalamos la asignación decretada por el gobierno nacional, aun reclamando que el financiamiento de este beneficio sea solventado por la renta financiera, la industria extractiva, las rentas extraordinarias, el impuesto a las ganancias, los evasores permanentes.
Para que exista mayor seguridad, para que la cohesión social no sea un discurso, es necesario que grandes sectores de la población tengan acceso a la alimentación, a la educación de sus hijos, a la salud pública y a la Justicia.
Miseria y policías
Es ridículo creer que con más policías vamos a frenar los hechos delictivos. La miseria que existe en el país es producto de proyectos económicos de exclusión. Las cárceles van a dejar de poblarse cuando los chicos pobres tengan más posibilidades de comer, de estudiar, de tener acceso a políticas sociales inclusivas, de ser sujetos de derechos.
Esto también ocurre en nuestra provincia. Propietarios de inmuebles muy valiosos abonan impuestos ínfimos, empresas con capitales extraordinarios están exentas o pagan vergonzosas migajas que deberían ir a mejorar las escuelas y los salarios docentes, el acceso al agua potable del 100 por ciento de los santafesinos y gradualmente de cloacas, medioambiente sano, caminos que integren todo el territorio, seguridad vial, Justicia y Policía al servicio de la población, y obviamente poder incentivar la producción de pequeñas y medianas empresas que generen más puestos de trabajo.
Por ello estoy convencida que es perfectible el decreto que otorga 180 pesos por cada hijo a madres sin ingresos, desocupados y desocupadas, empleadas domésticas, subocupadas y subocupados, cuentapropistas, comenzándose a reparar en alguna medida la deuda perversa de los gobiernos de nuestro país.
También es momento de que los jubilados tengan mejoras en sus haberes; por ello es muy importante que el gobierno haga una reforma impositiva, donde se graven rentas que hoy no aportan a las arcas del Estado, para que la equitativa distribución de la riqueza cada día se profundice y podamos vivir en un país con más justicia social y mayor calidad de vida.
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