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Nueva piel

Natalie Pérez: “Vengo de los tambores, del calor, la playa y el ritual”

La multifacética Natalie Pérez llega este sábado a la ciudad para mostrar “Un té de tilo por favor”, su primera incursión discográfica, donde expresa su mirada fresca y honesta a partir de un tapiz sonoro de raíz latinoamericana


Un té de tilo por favor es un disco auténtico. Está allí afuera, esperando a quienes deseen (o se animen) a quitarse sus prejuicios ante una nueva obra y dejarse conmover por ella. Porque su protagonista, Natalie Pérez, no es “la actriz que canta”. Nada más alejado. Es la autora de un cancionero popular propio que expresa una mirada honesta, comprometida, fresca y natural, que explora el mundo y las emociones mirando hacia adentro, a sus propias raíces, como joven argentina que vive y es consciente de la riqueza sonora de Latinoamérica.

Es así como en este disco extenso en su desarrollo, compuesto por once canciones, que Natalie Pérez, plasma un tapiz de sonidos orgánicos, autóctonos latinoamericanos, apoyada en una banda de gran performance técnica. Allí aparecen influencias diversas que la propia cantante identifica como parte de su vida de oyente: Natalia Lafourcade, Julieta Venegas, Charly García, Fito Páez, Andrés Calamaro, Lisandro Aristimuño y Mercedes Sosa.

Natalie Pérez tiene poco más de treinta años y lleva veintidós de trayectoria en la actuación y la comedia musical. Debutó en Chiquititas (1999) y formó parte de ciclos como Graduados, Las Estrellas y Esperanza mía, y próximamente lo hará con la novela Pequeña Victoria.

En Un té de tilo por favor, título de su álbum inspirado en el nombre de su usuario de Instagram, al que siguen más de tres millones de personas, Natalie muestra once temas que hablan e interpelan con historias de amor, letras sobre el tiempo, el presente, los afectos y las puertas que se abren al animarse a más. También sobre bailar y viajar, sobre la importancia de reflexionar, de salir de la comodidad y actuar sobre los deseos.

Lo dice desde el pop, en gran medida, pero va más allá y explora otras expresiones como la cumbia, la música popular y el pop latino, lo que seguramente le abrirá y la conducirá, pronto, más allá de las fronteras argentinas. “Yo siento esa sangre latina, no sé cómo nací acá. Siento que vengo de los tambores, del calor, de la playa, del ritual. Siempre me llama la atención eso. Cuando voy a Brasil me gusta sentir esa magia que tienen con el baile, con la música y con la expresión”, contó la artista en diálogo con El Ciudadano.

Con Un té de tilo por favor, fue nominada a los Premios Carlos Gardel como mejor álbum pop y también como mejor arte de tapa. Justamente, la carátula del disco muestra un dibujo donde reposa en una tacita de té que flota sobre el mar y navega hacia una tormenta. Son esos dos lugares los centrales del álbum: el mar y el cielo donde deja escondido todo su amor, como canta en el bolero pop “En las olas”.

El disco comienza con “Quisiera”, un tema que conecta con la tierra donde la cumbia de influencia colombiana gana terreno y sirve de colchón para contar una historia de un amor que no se terminó y la esperanza que deviene y espera por un regreso. Continúa el viaje con distintos ritmos con los hits “Lluvia” y “Último día”. Y con “Lo que perdimos”, donde expresa que “para llegar no hay que ir de prisa”, cosa que sabe bien, a dos años de haber publicado el primer single.

Justamente “Algo tiene”, la primera canción que se conoció de Natalie Pérez allá por 2017 y que tiene más de treinta millones de reproducciones en plataformas digitales, es el quinto tema del disco donde profundiza sobre los afectos, el amor y el desencuentro pero con ritmo alegre, casi con humor. El charango sonando al frente marca el ritmo sobre el que Natalie le canta a un otro: “Tuviste la triste fortuna de haber cometido un acto de amor”.

La mitad del álbum se alcanza con “Te esperaré”, donde por primera vez se nombra al título del álbum. Pop y música mexicana que recuerda al disco Musas de Lafourcade y Los Macorinos, juega con la cumbia y el carnavalito para recitar: “Me voy preparando un té de tilo para que el tiempo pase tranquilo”; y “cuando sea la Luna nueva yo te esperaré”.

Con una mezcla de géneros que van desde el swing al ska y el rockabilly llega “Hoy” para invocar que “hoy digas que sí”. Continúa con “Escorpión”, y más tarde, otros tres temas donde define un sonido que se mueve entre el bolero y el pop melódico. “Cambié para ver desde otra perspectiva”, canta en “Pegaditos”. “No dejaré que lo incierto se vuelva eterno”, en “Las Olas”. Y, en modo acústico, cierra con “Rayo de Sol” entonando que siente que “todo va a estar muy bien”.

En Rosario, abrirá la gira nacional de un concierto que tuvo su debut en La Trastienda de Buenos Aires. “Aún no sé cuál es mi público, lo estoy conociendo, pero me sorprendí muchísimo porque ronda entre los 25 y 40 años. Me puso contenta porque siempre es un segmento difícil”, contó la artista de 32 años, al tiempo que, sobre las búsquedas originales, dijo: “Cuando hice el disco quise que la gente de mi edad se identifique, que pueda escucharlo en su casa un domingo como hago yo con otros artistas, y disfrutar de ese momento”.

—Son canciones auténticas. Es un disco que tiene mucho para decir con influencias que conviven en vos.

—Sí, una tiene referentes. Hay cosas que me gustan de Natalia (Lafourcade), otras de Julieta (Venegas), del rock nacional, de Charly (García), de Fito (Páez), de (Andrés) Calamaro, de Lisandro Aristimuño y de Mercedes Sosa. En verdad era muy amplio y fue elegir de todo lo que escucho y me identifica personalmente, algo que me permita encontrar mi propio sonido, mi propia música. Fue un trabajo súper minucioso y recién arranca. Éste no es mi techo, es como una primera investigación en el mundo de la música y falta mucho más.

—Hay dos lugares preponderantes en el disco: el mar y el cielo. Ahí se van desarrollando todas las historias.

—El mar es el lugar donde me siento bien. Hace dos años viajé a Nueva York para trabajar. Fueron sólo tres días. Cuando terminé, me fui de vacaciones a Brasil. Y cuando llegué allí y vi la playa y el Morro, pensé: “Mi vida es esto”. Estaba en Nueva York con el ruido, los edificios, el humo, la gente, pantallas, cosas de colores, y me perturbaba. No es un lugar que me identifique. Ese contraste fue maravilloso. Siento que vengo de ahí, me gusta mucho más la naturaleza.

—¿A qué remite el título del disco?

—Cuando salió el disco podría haberse llamado Natalie Pérez y ya. Tengo muchos seguidores en (la red social) Instagram y hay mucha gente que me conoce como “Un té de tilo” y no como “Natalie Pérez actriz”. Cuando me hice esa cuenta quería tener un lugar donde nadie me encuentre. Pero no me salió muy bien: me encontraron casi tres millones de personas (risas). A la gente le generó simpatía y creó empatía. Además, el disco salió en una época en que el tilo florece, olí su perfume en mi barrio, y tenía un olor fresco, súper agradable. Era la primavera. Me re gustó ese nombre.

—¿Cuál fue el aporte que hicieron los productores Nico Cotton y Mateo Rodo y cómo pensaste el show en Rosario?

—Ellos son productores y músicos. La banda suena súper bien y son todos increíbles. A Rosario vamos con un formato reducido porque la sala es chica y los costos altos, pero estará buenísimo. Mi proyecto es que el disco se escuche igual que el vivo; que suene impecable. Obviamente hay modificaciones en el vivo y están buenas porque hacen introducciones o finales más largos para que la gente cante y participe.

—Antes dijiste que este disco es “como una primera investigación en el mundo de la música”. ¿Cómo te ves, en relación con tus otras facetas artísticas de acá al futuro? ¿Qué lugar ocupará la música de ahora en más?

—De ahora en más, a mí me gustaría que la música ocupe todo el lugar, esa es la verdad. Hace 22 años que trabajo como actriz, ahora estoy grabando una novela, no sé si será la última o por un tiempo al menos; hice una película el año pasado que saldrá este año, hice una serie para Netflix que se verá el año que viene. Como que está medio copada la parte actoral. Por ahí sí me gustaría hacer otra película para meterme un poco más en el mundo del cine porque lo cierto es que la televisión demanda muchísimo tiempo y llevo una vida dedicada a las novelas, desde los diez años. Es mucho tiempo y me encanta, me apasiona, pero un poco me aburre y está bueno hacer por otro lado. La vida te pasa. Estoy a punto de cumplir 33 y me gustaría experimentar otras cosas antes de que sea demasiado tarde.

—El concepto del disco va por ahí: accionar y salir del confort.

—Sí, es así ciento por ciento.

Para agendar 

La multifacética artista Natalie Pérez presentará su primer álbum de estudio titulado Un té de tilo por favor, con un concierto que tendrá lugar este sábado, a partir de las 21, en el Complejo Cultural Atlas, de Mitre 645, donde también se venden las entradas

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