Sociedad

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Nadie hablará de nosotras (sin nosotras): un espacio de reflexión, calidez y humor gorde


Por Romina Sarti*

Como una de las tantas noches de insomnio, agarrando el teléfono para evitar pensar, me puse a pelotudear en IG. Por un contacto (un gran contacto) vi la recomendación de un podcast. Honestamente ni sabía que era un podcast (no es que ahora pueda definirlo, para mí es un programa de radio que elegís escuchar apretando un botón en el teléfono: fin). No tenía nada que perder, ya había visto documentales, videos, dibus, predicciones, noticieros, alerta aeropuerto (sí, lo confieso) y demases, apreté el link y apareció de una en spotifyNadie hablará de nosotras

Entre la sorpresa y el desasosiego, compartí toda mi madrugada con Lara y Cris, que me apabullaban a verdades en las que me reconocía, aceptaciones de estigmas, formas o paradigmas nunca cuestionados. Mi mente era presa de un derrotero verosímil, dónde iban estallando algunos conceptos sacralizados por un heteronormativismo que daña más de lo que podemos ser conscientes; que esclaviza al punto de anular pulsiones naturales: agüita de mar en los pies, música estridente, besos deseados, añorados, brutalmente románticos.

Graciosas, irónicas, inteligentes, llegué a las 6 de la mañana habiendo escuchado todo. Con la lejanía refractaría del despertador, no tuve que ahogarme en el padecimiento de la sordidez insomne, estaba activa, reconfortada, me sentía cómplice de una verdad revelada, que me iba a transformar en mi propiocepción corporal, emocional y anímica.

Lara Gil tiene 31 años, estudió artes escénicas y antropología, en los últimos años se especializó en estudios de género y actualmente trabaja acompañando procesos de empoderamiento para mujeres y sensibilización en igualdad.

Ha vivido en México, Chile y Colombia, en este último país, trabajó durante 3 años acompañando a asociaciones y comunidades en procesos de defensa del territorio desde la construcción de paz y la soberanía alimentaria.

Es feminista y activista gorda. La liberación de los cuerpos y la defensa de vidas libres para todes es su objetivo. La amistad y la libertad son los dos pilares que guían su vida.

Actualmente vive en Madrid con sus amigas, baila cuando puede y hace un curri riquísimo.

Cristina de Tena López, de 31 años, estudió Integración y Educación Social. Ha estado vinculada durante mucho tiempo al mundo asociativo, colaborando en entidades con objetivos sociales y políticos centrados sobretodo en la erradicación del capacitismo. También ha trabajado durante mucho tiempo como referente en procesos de desarrollo de infancia y adolescencia. Actualmente su trabajo se centra en el área de desarrollo profesional, acompañando a mujeres en la búsqueda de sus objetivos laborales y formativos. La apuesta de Cris es el camino hacia la transformación social, y esa lucha quiere dársela rodeada de amigas en espacios tranquilos y seguros. Vive en Madrid. Tiene un perro al que adora, siempre que puede se escapa en busca de agua y le vuelven loca las caricias y los masajes (si son dados por gente querida, mejor).

Lara y Cris analizan desde la perspectiva de los derechos y diversidades, las opresiones, violencias, discriminaciones que padecen (padecemos) les cuerpas gordes. Hablamos con ellas para conocerlas un poco más, para que nos ayuden a desandar caminos aceptados sin ser cuestionados.

–¿Cómo y cuándo se conocieron?

–Nos conocimos hace un año cuando una amiga en común nos presentó. Desde el inicio empezamos a “rajar” (conversar, hablar con entusiasmo) y no han parado hasta hoy.

–¿Por qué surge la idea de hacer un podcast?

–Para nosotras fue muy importante hablar de las cosas que nos pasaban y sentir que la otra entendía la experiencia que estaba contando. Que la mirada que recibíamos no fuera ajena, no viniera de la extrañeza, sino de compartir la experiencia nos permite hablar desde un lugar compasivo, amoroso y cuidadoso.

Éramos conscientes de que lo que hablábamos nos atravesaba pero no veíamos que a nuestro alrededor pasara lo mismo. El podcast nace de la necesidad de compartir lo que nos pasaba porque teníamos la certeza de que a alguien le podía servir escuchar a una amiga contar experiencias similares a las suyas.

–¿Qué significa transitar este camino juntas?

–No lo haríamos si no fuera juntas. Hay muchas activistas que hacen su trabajo solas y lo hacen muy bien, pero a nosotras no nos interesa. Hay dos elementos centrales en nuestro proyecto: nuestra amistad y poner el cuerpo.

Este es un proyecto que hacemos para disfrutar y pasárnoslo bien juntas. La amistad es una cuestión política, dedicar tiempo a cuidarnos y escucharnos es importante para las dos. El podcast es un proyecto común en el que aprendemos la una de la otra, nos reímos y desarrollamos nuestra creatividad.

También es importante poner el cuerpo, que este sea un proyecto físico en el que nuestros cuerpos se encuentran y se comunican más allá de las palabras.

–¿Qué entienden por Salud?

–Para nosotras, la salud es un concepto muy confuso. Pasó de ser la ausencia de enfermedad a la prevención de la misma, y en este paso se implantó en nuestros discursos diarios. Todas las personas procuran tener rutinas sanas, vidas sanas, ocio sano… Todo con la idea de prevenir estar mal. Y esto si lo piensas es una tortura. La realidad es que todas las personas a las que conoces tienen, como mínimo, un hábito que no es del todo saludable según lo que nos dicen que debería ser. Porque no les da la gana pasar por algunos aros, pero sobretodo porque el sistema genera y te posiciona en lugares que son absolutamente lo contrario a lo que debería ser la “prevención de la enfermedad”. El sistema quiere que vayamos rápido y seamos productivas, y el cuidado pasa por procesos lentos y tranquilos. Entonces lo que acaba ocurriendo es que todas acabamos en una nube de pensamientos repetitivos y de riesgo a nivel salud mental como “tendría que ponerme una rutina”, “tendría que empezar a cocinar más”, “tendría que hacer más deporte”… Cuando, por el modelo social y económico que habitamos, es prácticamente imposible llevarlo a cabo.

El modelo preventivo busca que nos culpabilicemos a nosotras mismas por no lograr estar lo suficientemente sanas, en lugar de poner el foco en las políticas sociales, que por supuesto además, tienen un buen negocio con el que enriquecerse a base de nuestros miedos y culpas.

Es tremendamente perverso.

Además, con la gordofobia en concreto lo que ha ocurrido es que, con la excusa de un factor de riesgo, han puesto a nuestros cuerpos como ejemplo de “aquello que no debes ser”, “eso a lo que nunca deberías acercarte”, estigmatizándonos y violentándonos, y haciendo evidentemente que pensemos que somos nosotras las que estamos mal y no el propio sistema.

–¿A qué se refieren cuando hablan de habitar un cuerpo?

–En nuestros discursos hay una disociación cuerpo-mente como si pudiéramos separarlo. Pensamos que es la mente la que controla el cuerpo y no es así. Somos un cuerpo. Un cuerpo completo que es el que nos hace sentir y vivir. El cuerpo que habitamos es el que nos permite estar en el mundo, y tiene unas características concretas qué a nivel social, por las opresiones que vivimos, nos colocan en lugares de riesgo o de privilegio. Así que creemos que nuestro trabajo es ese. Conocer el cuerpo que habitamos, reconocerlo, e ir caminando (muy poco a poco) hacia lugares donde todos nuestros cuerpos sean leídos como iguales a nivel universal.

El carácter transgresor que reviste plantear miradas diversas a las heteronormativas, requiere coraje, valor y conocimiento, pero también sensibilidad, sentido de la solidaridad, sororidad. Lara y Cris ya nos hacen hablar de ellas, porque son ellas las que, como tantas otras activistas que conoceremos, ponen en palabras como, en nombre de la salud y de la belleza, se vulneran derechos al punto de anular a las personas.

 

*Gorda, aprendiz de las diversidades en todos sus niveles, mamá, docente y rockera IG: romina.sarti

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