El Hincha

Es su primer título en el país

Nadal brilló en Buenos Aires y se quedó con el Argentina Open

Informe por Ariel Giuliani.- El español venció 6-4 y 6-1 en la final a Mónaco y cerró una semana perfecta. El tandilense luchó en el primer set, pero luego se desinfló y nada pudo hacer ante el poderío del Nº4 del mundo.


“Buenos Aires llora porque te vas, Rafa”, se oyó desde una de las tribunas del Lawn Tennis Club. La lluvia fue una invitada no deseada en la final del Argentina Open, pero no impidió que se juegue el partido decisivo entre dos “locales”. Es que el público hizo propio a Nadal pese a ser español y a derrotar a Juan Mónaco para quedarse con el título por primera vez en el torneo porteño.

Fueron dos las interrupciones por el clima, la primera antes de comenzar el encuentro, y la segunda cuando apenas se habían jugado dos games. El rey del polvo de ladrillo se fue con mala cara, molesto por la situación. Pero aun cuando el tercer intento tuvo una leve llovizna, el tenis no se canceló y se desarrolló por completo.

Fue 6-4 y 6-1 para ponerle fin a los meses secos, sin siquiera llegar a una final luego del título obtenido en Roland Garros en mayo de 2014, y de una lesión en su muñeca izquierda y una apendicitis que lo llenaron de dudas en el segundo semestre.

Diez años después de ser vencido por Gastón Gaudio, con un extraño 0-6, 6-0 y 6-1, el “Matador” se va campeón de la Catedral, con el idilio con el público argentino en su punto más alto.

Su duelo ante Mónaco, el otro ídolo de las tribunas, exhibió por momentos un tenis de altísimo vuelo combinado con la necesidad de cuidar el físico ante el estado de la cancha. Pisó el acelerador cuando era debido y aflojaba para mantener la ventaja no llegar al límite antes de tiempo.

Producto de la lluvia, la cancha estaba pesada y lenta, y sólo al final lucía más como una pista de polvo de ladrillo. Eso se tradujo en excesos de esfuerzo para imprimirle potencia a la pelota, causando errores en ambos. Se notó mucho en “Pico”, poco acostumbrado a cargar de fuerza sus golpes sino a utilizar los efectos.

El tandilense jugó por encima de su nivel toda la semana, pero frente a Nadal es necesario un plus extra. Acertó en la devolución, pero el de Manacor lo movió por la cancha y así quebró su defensa.

Ya en el set final, Mónaco buscó quemar las naves jugando “palazos”, pero ya era tarde. La cancha no ayudaba, y la bestia del polvo de ladrillo había puesto la maquinaria en marcha para llevarse el trofeo porteño.

El tandilense termina la semana con mejores sensaciones de las que la inició, sabiendo que a sus 31 años todavía es competitivo. El no ser convocado al equipo de Copa Davis que desde el viernes enfrentará a Brasil fue un golpe duro, pero regresar al primer nivel del tenis, en la Catedral argentina, compensa el mal trago.

Además, Mónaco dará un salto en el ranking que le permitirá trepar del puesto 60 a cerca del 45. Y como broche de oro, podrá entrar directamente a al menos el Master 1000 de Montecarlo.

Entre las suspensiones por lluvia, una noticia empezó a circular y pocos minutos se confirmó: Nadal no iba a alcanzar el récord de Guillermo Vilas de 46 campeonatos sobre polvo de ladrillo.

El periodista Eduardo Puppo, director de prensa del Argentina Open y quien realiza la investigación para determinar si “Willy” fue número 1 del mundo y la ATP cometió un error, informó que los torneos de Toronto 1974 y 1976, y Virginia Beach 1977 se disputaron en clay y no en cancha dura, por lo que el número del marplatense, sólo por ahora, está a salvo.

Vilas fue el único capaz de interrumpir la atracción de Nadal en la central del BALTC. En medio de un cambio de saque, el público rompió en un aplauso ensordecedor hacia el emblema del tenis argentino, quien se paró para devolver las gentilezas. También fueron ovacionados David Nalbandian y Gastón Gaudio, presentes en el estadio.

Quedó atrás la edición 2015 del campeonato de tenis más importante que tiene la Argentina. El español Nadal, quien después del triunfo dijo que le gustaría volver, refrendó su condición de emperador del polvo de ladrillo y Mónaco demostró que pese a todo, todavía le queda combustible para seguir en la lucha. Ahora quedan horas para que el motor de la Copa Davis se ponga en marcha y atrás vaya una nueva ilusión del tenis argentino.

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