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Papelón leproso ante el Torito

Newell’s perdió por goleada ante Nueva Chicago

Muy lejos de la versión con la que había logrado recuperarse, la Lepra hizo todo mal en Mataderos y perdió 5-0.


Papelón en Mataderos. Otro Newell’s, derrota asegurada. La Lepra volvió a mostrar viejas versiones y cayó sin atenuantes ante un Chicago que pelea por su vida. Fue goleada inesperada 5-0 para el Torito tras un primer tiempo espantoso del Rojinegro que entregó el partido con una pasividad increíble. No tuvo fútbol ni alma y así mantener la racha de partidos positivos fue imposible.

El equipo de Lucas Bernardi arrancó adormecido. Como si el parate del torneo le hubiera afectado negativamente y le hubiera puesto un freno. El cambio de Hernán Bernardello por Martín Tonso no ayudó: la Lepra jugó con doble cinco, pero el medio no paró a nadie.

E Ignacio Scocco, recuperado de un desgarro, estuvo lejos de lo que produjo Lucas Boyé. Livianito en todo sentido.

El partido se simplificó rápidamente para Chicago. Newell’s decidió jugar al achique desde el inicio (otra variante táctica que no se entendió) y en la primera chance Mauricio Carrasco quedó habilitado, se la dio a Alejandro Gagliardi y el mediocampista devenido a delantero puso el 1-0. Chau invicto de Ezequiel Unsain tras 378 minutos.

Tuvo un veranito la Lepra cuando la pelota pasó por Lucas Mugni. Primero se lo perdió Gabriel Báez, solo frente al arquero, y al rato se enredó Maxi Rodríguez en posición clara de gol. Pero Gagliardi sacó un zapatazo con poco ángulo que se le coló a Unsain y, con el 2-0, el partido tomó un rumbo inmodificable.

En medio del desconcierto la Lepra tiró otra vez el achique, pero a Scocco nadie le avisó y habilitó a Gagliardi obligando a Unsain a cometer penal. El tercero de Chicago sentenció el partido, pero la pesadilla de Newell’s aún tenía varios capítulos por delante.

La Lepra nunca reaccionó. Futbolísticamente careció de ideas, pero además sus jugadores nunca mostraron reacción anímica ni siquiera en la derrota abultada. Bernardi, sorpresivamente, no metió cambios en el entretiempo y el 4-0 a los tres minutos tras una pelota parada que tuvo a todo Newell’s como espectador fue lapidario.

Al partido le sobró un tiempo. Y a los jugadores rojinegros le faltaron ganas. Chicago intentó y logró el quinto tanto, otra vez con Gagliardi y gracias a la pasividad de la defensa leprosa. Y se dio el gusto de meter en cancha al veteranísimo Cristian Gómez por anticipado, como si se tratara de un partido homenaje. Para la Lepra el papelón estaba consumado.

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