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Musicoterapia: el vínculo entre los sonidos y el ser humano

Por: Gina Verona Muzzio.- El doctor Gregorio Tisera-López, médico psiquiatra, músico y especialista en la técnica, explica de qué se trata esta forma creativa y distinta de tratar los padecimientos psíquicos más comunes, con el objetivo de alentar un crecimiento emocional, afectivo, relacional y social en el paciente.

Un joven estudiante de medicina que recorría los hospitales rosarinos tocando la guitarra para los pacientes, descubrió años después en Suiza, mientras realizaba un curso de posgrado, cómo combinar aquellos aspectos que lo apasionaban y había elegido para su vida: la música, la medicina y la psiquiatría. Así fue como el doctor Gregorio Tisera-López comenzó a implementar la musicoterapia, una forma creativa y diferente de tratar las enfermedades o padecimientos psíquicos. De regreso en Argentina, conoció a otros colegas que desarrollaban la técnica, participó de congresos, investigó, enseñó, publicó libros, organizó la carrera de Musicoterapia en el Instituto Superior del Paraná (que hoy es Licenciatura en la UAI) y creó el –ya desaparecido- Departamento de Musicoterapia en el hospital psiquiátrico “Agudo Ávila”. Hoy en día, dedica sus esfuerzos a trabajar en su centro de Asistencia, Docencia e Investigación en Musicoterapia (Adimu), en Rosario.

Tisera-López nombra al “vínculo entre los sonidos y el ser humano (‘complejo sonido-ser humano’)” como la base de trabajo para la musicoterapia, cuyo objetivo es “alentar un crecimiento emocional, afectivo, relacional, social del paciente a través de la utilización de sonidos, movimientos y expresión corporal como medio de comunicación y de expresión”. Es decir, la intención de la música, los sonidos y los movimientos es producir efectos regresivos, que a través de lo inconciente, abran canales de comunicación.

“Prácticamente se puede aplicar la musicoterapia en todas las patologías, tanto psiquiátricas, psicológicas, emocionales, vinculares y también en neurología, particularmente en rehabilitación neurológica”, detalla el médico especialista. Y agrega: “En Adimu, tenemos un equipo dentro del cual estoy yo como psiquiatra, hay dos psicólogas, un psicólogo y una nutricionista. Debido a nuestras especialidades lo más habitual es atender pacientes con trastornos psíquicos. Trabajamos mucho con conflictos psicológicos, de pareja, de familia y también muchas fobias, trastornos de pánico, depresiones y angustias”. Además, aclara que en el centro que dirige no atienden a niños, sino que éstos son derivados al instituto de la musicoterapeuta rosarina Ada Alfano, quien se especializa en infancia. La musicoterapia puede aplicarse también desde el período prenatal y –justifica Tisera-López- “está comprobado científicamente que es muy útil en este campo, ya que el embrión percibe los latidos del corazón de la mamá y hasta la voz del papá a través del líquido amniótico”.

Musicoterapia receptiva o activa

Las sesiones de musicoterapia pueden ser individuales, de familia, de pareja o grupales. “Es necesario aclarar que en musicoterapia hay dos modalidades principales. Una que se llama receptiva y otra activa”, comentó el doctor Gregorio Tisera-López.

De esta manera, explicó que en la musicoterapia receptiva, el receptor es el paciente y el emisor es el terapeuta, quien envía los sonidos o músicas de distintas maneras. “Puede ser mediante la reproducción de una grabación preexistente, como un compact disk, de una grabación del musicoterapeuta o éste puede producir los sonidos en el momento con la voz, el cuerpo o algún instrumento”, ejemplificó. Hay que destacar que la musicoterapia receptiva no se diferencia de la activa porque sea pasiva. Está comprobado que ningún ser humano puede mantenerse totalmente pasivo al escuchar, “siempre se producen reacciones psíquicas, emocionales o físicas”.

Para la musicoterapia activa, el doctor Tisera-López y su equipo de trabajo han poblado los consultorios de instrumentos musicales, principalmente de percusión, e incluso han confeccionado algunos de ellos para el mejor manejo de los pacientes. Esto se debe a que en esta segunda modalidad todos participan y producen activamente sonidos. “Tenemos almohadones que colocamos en el piso formando una ronda y en el centro ponemos los instrumentos. Es una forma de perder la formalidad, de relajarse. Lo bueno de los instrumentos que utilizamos es que cualquiera los puede tomar y producir sonidos. Esos sonidos -a diferencia de las palabras que usamos en la psicoterapia verbal y que estamos entrenados para manipular desde pequeños- están expresando algo que está en el inconciente y que luego será elaborado e interpretado. Se produce una comunicación no verbal a través de distintas técnicas, como la improvisación libre o la conversación musical con otros participantes. Lo que nosotros comprobamos con la musicoterapia, es que muchas veces en la primera sesión ya afloran esos contenidos inconcientes, mientras que con la psicoterapia a veces necesitamos semanas o meses. No sabemos cuánto será el plazo, pero tratamos de que las terapias sean breves, que no se extiendan indefinidamente”, analizó el médico psiquiatra.

Musicoterapia en Rosario y en Argentina

Como se indicó en un principio, el doctor Gregorio Tisera-López fue organizador y coordinador de la carrera terciaria de Musicoterapia en el Instituto Superior del Paraná, hasta que la Universidad Abierta Interamericana (UAI) de Rosario compró dicho instituto con todas sus carreras y la transformó en Licenciatura.

Aunque Tisera-López afirma que han presentado varios proyectos para crear la carrera de Musicoterapia en la Universidad Nacional de Rosario (UNR), siempre fueron rechazados. ¿Las razones? “Hay muchos inconvenientes burocráticos, existen intereses políticos, personales, económicos y además la aprobación siempre depende de quien esté en determinado cargo público en determinado momento”, analiza el musicoterapeuta.

“En Buenos Aires, en principio la carrera de Musicoterapia se dictaba sólo en la Universidad de El Salvador, una facultad privada y muy costosa. Pero al poco tiempo se incorporó la carrera a la Universidad de Buenos Aires (UBA), que es pública y gratuita. Aquí en Rosario hay mucha gente que quiere estudiar la carrera pero no puede por cuestiones económicas”, comparó.

A pesar de estos vaivenes, la musicoterapia argentina es reconocida a nivel internacional.

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