País

Músico de la esperanza

Murió el pianista Miguel Ángel Estrella, a quien los dictadores no pudieron cortarle las manos

Había nacido en Tucumán. Se convirtió en un reconocido artista y fue uno de los referentes de los derechos humanos en la Argentina y el mundo. Este jueves informaron su fallecimiento en Francia, a los 81 años


Había nacido en Tucumán, se convirtió en un reconocido pianista y fue uno de los referentes de los derechos humanos en la Argentina y el mundo. Este jueves se informó que Miguel Ángel Estrella falleció en Francia a los 81 años.

“La Delegación Argentina ante la Unesco lamenta anunciar el fallecimiento de Miguel Ángel Estrella, quien fue Embajador de Argentina ante la Unesco y Embajador de Buena Voluntad de la Unesco, pianista y fundador de la ONG Música Esperanza”, comunicó en su cuenta de Twitter la representación de Argentina ante la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).

Estrella nació en San Miguel de Tucumán, y tuvo la revelación del piano a los 12 años al descubrir a Chopin, cuando su padre lo llevó a un concierto de la orquesta sinfónica de esa ciudad.

Además de ser un músico talentoso, Estrella era un militante por la paz. En 2003 fue nominado embajador argentino en la Unesco y en 2009 fue miembro del jurado del Tribunal Russell sobre Palestina.


Fue nominado Caballero de la Legión de Honor en Francia y en 2013 el Senado argentino lo distinguió por su carrera y su defensa de los derechos humanos. En 2014 recibió el premio Danielle Mitterrand de la Fundación France Libertés.

Durante la última dictadura militar, debió exiliarse en Francia, donde fue distinguido con el nombramiento de “Caballero de la Legión de Honor”. Estrella dirigía la Casa Argentina en la Ciudad Universitaria de París, donde falleció.

 

Nunca más vas a tocar el piano


“Vos nunca más vas a tocar el piano”, le repitieron a Estrella en los años oscuros de la dictadura cívico-militar. Fue secuestrado y torturado en el Uruguay. Pero fue la música, incluida la del famoso piano mudo que lo aliviaba del rigor del confinamiento con melodías imaginarias, y su ya ganada fama internacional como artista, la que le salvó la vida.

El teniente coronel José Nino Gavazzo comandaba los interrogatorios al pianista. Era un conocido militar uruguayo (falleció el año pasado) que tuvo relevante participación en la coordinación represiva de las dictaduras del Cono Sur conocida como Plan Cóndor.

“Vos nunca más vas a tocar el piano. Porque no sos guerrillero, pero sos algo peor. Con tu piano y tu sonrisa te metés a la negrada en el bolsillo y les hacés creer a los negros que pueden escuchar a Beethoven”, le decía el represor a Estrella en medio de la tortura.

Sabía que el tucumano era peronista, que ofrecía recitales de música clásica para las comunidades coyas de Salta y Jujuy y para el gremio de los trabajadores de la caña de azúcar, la Fotia, además de tocar en las villas.

Una vez liberado, la música en general, como esperanza y herramienta de integración social, como una voz de los que no eran escuchados, fue el norte de su carrera artística y diplomática.

Comenzó a tocar el piano a los doce años en su ciudad natal, San Miguel de Tucumán. A los 18 años comenzó a estudiar estudió en el Conservatorio Nacional de la ciudad de Buenos Aires. Luego, en París. Se perfeccionó con Marguerite Long y Nadia Boulanger, entre otros grandes.

En 1976 debió exiliarse, pero a poco de salir del país fue secuestrado y torturado por grupos paramilitares en Uruguay.

“Me llevaron de los pelos a una casa clandestina cercana al Aeropuerto de Carrasco, donde me torturaron con picana y me colgaron de una roldana”, relató Estrella esos momentos.

Lo trasladaron a un penal en el que estuvo dos años. El centro de reclusión se llamaba, irónicamente, “Libertad”.​ Allí le quebraron las manos como forma de castigo, y lo amenazaron con cortárselas. “Durante seis días me ataban las manos a la espalda y me hacían el simulacro de cortármelas con una sierra eléctrica”, contó Estrella.

Fue liberado gracias a la presión internacional ejercida por artistas y pensadores de renombre mundial. Una gigantesca campaña internacional, conducida, entre otros, por los grandes músicos Nadia Boulanger y Yehudi Menuhin, salvaron su vida.

Fue un faro como militante por los Derechos Humanos y promotor de la música como un instrumento de defensa de la dignidad y de elevación de la condición humana. El 10 de diciembre de 1982, fundó con esos objetivos  el movimiento internacional “Música Esperanza”.

La Universidad Nacional de Tucumán lo distinguió con el doctorado Honoris Causa a instancias de un proyecto presentado por el Consejero Estudiantil Fernando Korstanje en 1988.

A partir de 2010, Estrella aborda columnas de actualidad cultural en el programa Estudio País Bicentenario, transmitido por la TV Pública. También en 2010 se estrenó el film El Piano Mudo, dirigido por Jorge Zuhair Jury y basado en la vida de Miguel Ángel Estrella.

 

Evita y la decepción por el rumbo del país

“Yo estaba en tercer grado y ella iba a inaugurar un hogar escuela y fui advertido que un petiso como yo estaba también muy hechizado por Evita. Nos decían «los dos evitos». Ella pasó radiante en un auto descapotado con una sonrisa de esas terribles que tenía y a nosotros se nos ponía la piel de gallina. En un momento se para el auto en el local que ya iba a inaugurar que era un hogar escuela y nos dicen por micrófono «Niños, vuelvan a sus casas, el acto ha terminado». Pero para nosotros comenzaba”, recordó Estrella durante una entrevista.

El niño obnubilado siguió a la mujer cuya voz aún tiene grabada e imita. Junto a su ocasional compañero de aventuras, la siguieron y terminaron pasando un rato con quien había llegado para inaugurar un amplio hogar para niños y niñas.

En 2019, ante la pregunta de como veía al país, respondió: ” ¡No sé por qué caímos en esto! Porque Macri siempre fue una cosa tan ligada al dinero y a la corrupción, y a las ínfulas de llegar a ser presidente de la Argentina, era una cosa totalmente inmerecida, según analizó yo, y creo que hay una mayoría muy grande en la Argentina que piensa lo mismo. Porque esto no es hacer política es hacer negocios, es decir ellos hablan tanto a la conducción cristinista, ellos son muy diestros y vinieron para hacer lo que están haciendo, es decir ¡la negrada, por favor no! O sea, no creo que sea casual que a la semana de asumir en la Secretaría de Cultura deciden que la Villa 31 no es más de una ONG, ni del pianista que yo soy. No tienen escrúpulos. Cuando yo le escribí a (Horacio Rodríguez) Larreta ni siquiera me contestó, es decir no existe el otro”

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