Policiales

Masacre en La Florida

Murió chica baleada junto con Ema Pimpi Sandoval en la casona de Pago Largo

Rocío Genovese estaba internada en el Heca desde este viernes por la madrugada cuando fue herida en tórax y piernas por desconocidos al igual que sus tres amigos en el interior de una vivienda. Es la tercera víctima fatal que se cobró el ataque. Un chico de 20 está grave y es el único sobreviviente


Rocío tenía 22 años. Foto facebook.

Desconocidos llevaron adelante una ejecución planificada: este viernes a las 5 de la madrugada cortaron la luz y desactivaron la alarma de una casona de Pago Largo 654. Adentro había al menos tres jóvenes y una chica. Rompieron la puerta principal a mazazos, entraron a los tiros y los moradores no tuvieron tiempo de hacer nada. Mirco Dylan Saldaño, de 21 años, fue la primera víctima fatal: su cuerpo fue hallado por los pesquisas cerca de la puerta principal con ocho tiros; Emanuel “Ema Pimpi” Sandoval, de 28, fue trasladado al hospital Alberdi con cuatro impactos en el abdomen y falleció a las 7.30 de ese mismo día. Gastón S., de 20, quedó internado grave con disparos en cráneo y cuello en el Provincial y Rocío Genovese, de 22, estaba en estado reservado en el hospital de Emergencias Clemente Álvarez (Heca) por heridas de bala en tórax y piernas hasta ayer, pasadas las 14, cuando voceros de la Fiscalía confirmaron que había fallecido. En la escena del crimen, el fiscal Adrián Spelta confirmó que se hallaron 14 vainas servidas, la mayoría calibre 9 milímetros y las restantes pertenecientes a un 22.

Si bien los investigadores no brindaron una hipótesis concreta sobre el triple homicidio, las miradas se posaron sobre Ema Pimpi como el blanco principal: el muchacho de 28 años había cumplido una condena a tres años y medio de prisión por cuatro hechos, entre los que se encontró el ataque a balazos contra la casa del ex gobernador Antonio Bonfatti en octubre de 2013. Hacía cuatro meses que un conocido de Ema Pimpi había alquilado esa casona a una inmobiliaria, cuyo dueño es un camarista del fuero civil. En ese lugar, cumplía una prisión domiciliaria con tobillera por estar sospechado en una nueva causa por abuso de armas.

Con el correr de las horas y en medio de un sinnúmero de versiones y especulaciones, los investigadores indicaron que lo cierto fue que los homicidas entraron con la intención de no dejar a nadie ileso. Los pesquisas no saben si Rocío estaba en la planta baja con los tres jóvenes y, cuando escuchó ruidos, subió para encerrarse en una de las habitaciones o estaba durmiendo, pero sí se determinó que la puerta de ese dormitorio estaba forzada: los sicarios la buscaron y le dispararon muchas veces. Uno de los plomos impactó en el tórax y los otros en las piernas. Allegados a la chica la llevaron al hospital Centenario y desde ahí los médicos la derivaron al Heca, donde quedó internada en grave estado. En las redes sociales sus allegados, amigos y familiares organizaron una cadena de oración para pedir por su recuperación. Ayer por la tarde, voceros de la Fiscalía informaron que Rocío había fallecido alrededor de las 14.

La investigación y la casa

Sobre la mecánica, la cantidad de atacantes y el móvil no hubo información oficial. Spelta señaló este viernes que ordenó peritajes ya que, además de las seis cámaras de seguridad en el exterior de la vivienda –dudan que hayan filmado algo por el corte de la luz–, hay varias en la zona y otras tantas en el interior de la casona de dos plantas, con desniveles y un gran sótano, además de dos cocheras. En ellas había varios rodados: tres autos, uno de ellos de alta gama, un Citroën y un Fiat 600, y dos motos.

Por su parte, vecinos de La Florida destacaron que la casa de Pago Largo 654 llamaba la atención por las seis cámaras de seguridad que tenía y que siempre había varios vehículos estacionados cerca de sus dos ingresos, durante todo el día.

El viernes, el propietario de la vivienda, el juez Oscar Raúl Puccinelli, de la Sala II de la Cámara en lo Civil y Comercial de Rosario, llamó a medios de comunicación para aclarar que alquilaba la casa desde hace cuatro meses por medio de la inmobiliaria STI Propiedades, y que no tenía conocimiento de quién era el inquilino que firmó el contrato. Sólo pudo identificarlo como “un tal Matías L.” –después se conoció que el apellido era Lange–, que no es ninguna de las víctimas del ataque. El camarista, en estos momentos, está en Costa Rica, y dijo adelantará su regreso a Rosario. Spelta agregó que el propietario de la vivienda, el camarista, se puso a su disposición.

En tanto, el padre del inquilino, Fernando Lange, es uno de los referentes de la Cámara de Radiotaxi de Rosario y el viernes mostró un desconcierto similar al del magistrado, ya que dijo a medios radiales haberse enterado ese misma mañana de su relación con el contrato, y salió a limpiar su nombre: “¿Quién fue garantía de él (por su hijo Matías) si no tiene ni recibo de sueldo ni trabaja? La inmobiliaria deberá dar explicaciones. Deberían haberse comunicado conmigo para ver si eran fehacientes los datos. Lo del contrato me enteré hoy. Jamás vino alguien a mi casa; ninguna inmobiliaria llamó pidiendo referencias de Matías”. Desde STI lo cruzaron: Mariano Mortelano, titular de la inmobiliaria, aseveró que Lange y su esposa son los garantes del contrato.

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