La Fifa advirtió que las ciudades sedes del Mundial de Brasil-2014 pueden ser cambiadas hasta el 1 de agosto si los estadios no están listos en diciembre, como puede ocurrir con San Pablo, dijo el secretario general, Jerome Valcke.
“Habrá una discusión con San Pablo sobre el estadio, vamos a sentarnos a ver qué está pasando”, dijo Valcke en una rueda de prensa en Brasilia.
“Ellos (en Sao Paulo) van a tener que acelerar (las obras). Esto no es una amenaza, pero podemos cambiar todo hasta el 1 de agosto, cuando comienza la venta de boletos”, advirtió, aunque aclaró que por el momento “no estamos pensando cambiar ciudades sede”.Según versiones de prensa, la instalación de las tribunas temporales en el Itaquerao de Sao Paulo atrasarían las obras tres meses, aunque la previsión oficial es que todos los estadios del Mundial estén listos antes de diciembre de este año, plazo de la Fifa.
“Por lo pronto tenemos aún chance de cambiar lo que sea necesario. Los estadios tienen que ser entregados a tiempo. Ya dijimos que no es posible aceptar atrasos, necesitamos mucho tiempo para probar todo para el Mundial, es un evento de una dimensión diferente a la Copa Confederaciones”, señaló.
De los seis estadios para la Confederaciones, solo dos –Belo Horizonte y Fortaleza- fueron terminados en diciembre pasado, el plazo inicial fijado por la Fifa.
El único que aún no fue terminado es el Mané Garrincha de Brasilia, sede de la apertura de la Confederaciones, que Valcke visitó el martes, días antes de su inauguración, el 18 de mayo.
“Lo que se hizo desde enero, cuando vine por última vez, es fabuloso. Si me preguntaran mi estadio favorito en el mundo, diría que Brasilia está en la primera lista. Tengo la seguridad que aquí, en la apertura de la Copa Confederaciones, los hinchas van a quedar deslumbrados”, elogió el dirigente.
Valcke visitó Brasilia con los exastros Ronaldo y Bebeto, miembros del Comité Organizador Local (COL).
En el tercer día de su gira por Brasil, que también lo llevó a Natal (noreste), Valcke visita el legendario Maracaná de Río de Janeiro, reabierto con atraso el 27 de abril para un primer test con el 30 por ciento de su capacidad, antes de su inauguración oficial, el 2 de junio en un amistoso que jugarán Brasil ante Inglaterra.
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