Ciudad

Multitud, fiesta y show en la Caravana de los Deseos

El desfile náutico reunió a miles de personas en el Monumento y a cientos de embarcaciones en el río.

Muchos, realmente muchísimos rosarinos recibieron el año anoche en el Parque a la Bandera entre deseos arrojados al río en busca de un “buen puerto” donde arribar y un espectáculo de fuegos artificiales de quince minutos de duración. Ese fue el corolario de la denominada Caravana de los Deseos, un desfile náutico a lo largo de la costa del Paraná que concluyó frente al Monumento, actividad organizada por el municipio, clubes de la costa, cámaras de navegación y empresas de la ciudad para recibir el nuevo año con buenos augurios. Y fue realmente una fiesta.

Una increíble multitud de rosarinos fue a recibir el año y la Caravana de los Deseos al Monumento, donde hubo fuego a granel. | Prensa Municipalidad de Rosario
Una increíble multitud de rosarinos fue a recibir el año y la Caravana de los Deseos al Monumento, donde hubo fuego a granel. | Prensa Municipalidad de Rosario

Entre 500 y 600 embarcaciones –según la evaluación de Prefectura Naval– particulares y comerciales participaron de la caravana náutica que se realiza por segunda vez en Rosario. La anterior edición fue en 2008, mientras que la del año pasado tuvo que ser suspendida por la escasa altura del río, que impedía la navegación.

La “nave insignia” de la Caravana de los Deseos 2010 fue el barco Ciudad de Rosario, tripulado de a ratos por el intendente Miguel Lifschitz, el ministro de Gobierno Antonio Bonfatti, invitados especiales y trabajadores de prensa puestos a improvisados marineros.

“Esto es lo más parecido al carnaval, pero en el agua”, graficó un trabajador de prensa que navegó en el Ciudad de Rosario. La descripción no fue antojadiza, caprichosa ni exagerada. Los dueños de embarcaciones vistieron sus veleros, barcos, lanchas, optimist, canoas y chinchorros con banderas argentinas, de los equipos de la ciudad y, también, se vistieron ellos.

Es que la de ayer a la tardecita fue una gran fiesta popular. Para este diario la nota la dio el barco llamado “Delta Queen”, que navegó repleto de gente y llevó, como inspirador de su tremenda festichola, a un manosanta que evocó al personaje interpretado por el Negro Olmedo. Pero, en rigor de verdad, había tantas embarcaciones a lo largo del río –y todas tan bien ataviadas para la ocasión– que es difícil, además de injusto, señalar cuál era la más destacada.

La “marcha” por el crecido río Paraná se inició cerca de las 20 en Costa Alta, donde una multitud que hacía prever lo que sería la llegada saludó el inicio de la travesía. El intendente Lifschitz dijo que “este es un momento para olvidarse lo de todo el año y disfrutar de una fiesta”, aunque ante la consulta periodística no pudo sustraerse de la coyuntura política, la reforma impositiva y los recursos para este ejercicio. Pero a esa hora y en ese lugar, eso a nadie le importaba.

Desde allí, en Costa Alta, comenzó a formarse el desfile náutico con distintos tipos de naves que se acoplaron en las playas de La Florida y los clubes náuticos ubicados en la costa norte de la ciudad. La caravana fue recibiendo a su paso el saludo de vecinos que se arrimaron hasta la orilla del río para ver el espectáculo de cientos de embarcaciones navegando juntas.

El barco Ciudad de Rosario encabezó la inmensa columna de embarcaciones que formó la Caravana de los Deseos. Tantas que en un momento dejaron de formar una prolija hilera para ubicarse alrededor del tradicional barco.

Que las naves hayan empilchado tan bien no fue casual. Esta edición de la caravana fue temática, y el tema era: Bicentenario. El municipio había pedido que las embarcaciones y sus tripulantes vistieran prendas o insignias celestes o blancas. Y así fue. Además, hubo premios para las tres naves que presentaron la decoración más original, siempre basada en la temática del Bicentenario de la Revolución de Mayo.

La explanada del Parque España, a metros del galpón 17, donde tuvo lugar el espectáculo de fuegos artificiales, estuvo invadida por miles de rosarinos que fueron –desde temprano– a recibir la Caravana de los Deseos 2010.

La llegada de las embarcaciones a destino fue parte del espectáculo. El más de medio millar de naves comenzó a girar en el río, detrás del barco Ciudad de Rosario, para amarrarse contra la costa central y observar, desde allí, a los millares de rosarinos que se reunieron a recibir el año en el Monumento. No fue fácil encontrar un lugar, no sólo en tierra sino también el agua. Así se produjeron algunos roces entre las embarcaciones, pero no hubo que gritar “hombre al agua”.

Alrededor de las 21 se puso la frutilla del postre. Con una multitud en tierra y las naves dispuestas en el río se inició el show de fuegos artificiales, que retumbó hasta el centro de la ciudad. Muchos vecinos depositaron sus deseos para este año que recién comienza en un cofre dispuesto a tal fin, cuyo contenido fue arrojado al agua en busca de buen puerto.

Las luces de los fuegos de artificio iluminaron el cielo durante unos diez minutos. El 2010 se había iniciado, la Caravana de los Deseos había concluido.

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