Edición Impresa

Mujeres con voz propia

Por Ana Laura Piccolo.- Todos los jueves a las 17, por Radio Comunitaria Aire Libre (FM 91.3), se emite un programa de radio hecho por reclusas desde la Unidad de Recuperación de Mujeres Nº 5, de Thedy al 300 bis.


Están presas pero sus voces atraviesan los fríos barrotes de la cárcel. Entre mates y temas musicales cuentan chistes, comparten tristezas y debaten sobre la actualidad. Sus palabras viajan por el aire y hacen cálidas visitas a la casa de amigos o de cualquier buen vecino que con su sola escucha las saca del silencio oscuro del encierro. Algunas son madres tempranas que acunan a sus niños, otras, esposas rebeladas con rasgos de dolor. También hay abuelas de ojos dulces que conservan su antigua vocación de tejedoras. Pero más allá de cualquier singularidad que las defina, todas, las que lloran, las que gritan, las que rezan, las que insultan son, ante todo, mujeres.

La cita es los jueves a las 17 por Radio Comunitaria Aire Libre (FM 91.3), un espacio de una hora que desde 2006 se emite desde la Unidad de Recuperación de Mujeres Nº 5, luego de una iniciativa de la ONG Mujeres Tras las Rejas.

El sol permite que el estudio se monte en el patio. Aparece la mesa, el mate, la banana pisada para los bebés, el operador, el machete con los temas del día. Todo se agita menos los candados en la puerta de hierro y la mirada altiva de las empleadas penitenciarias que bordean las rejas –a los costados y en el cielo– como afirmando ese límite indiscutible. Tampoco lo hacen las internas que “están en la palabra” y permanecen más adentro, tomadas de las manos en ronda de oración.

Son las cinco y las chicas ya están al aire. Se presentan, pasan los teléfonos de la radio y mandan saludos. Como todos los jueves repasan al micrófono las novedades de la semana, celebran la libertad de alguna de las chicas, le dan la bienvenida a otra y sobre todo comentan las artesanías que realizan e intentan vender. Y entre canciones de cumbia y rock nacional se apuntala el tema del día, las parejas swingers, con una película argentina en cartelera. Si el film Dos más Dos de Diego Kaplan intenta articular la trama a partir de los tabúes sexuales, las internas de la Unidad Nº5 se muestran superadas en el asunto. Hay confesiones de todas las edades, risas, relatos de malas experiencias y muchas preguntas a la audiencia. Y así, el tiempo, uno de los enemigos del encierro, cambia su ritmo lerdo y pasa volando. La hora se va con los últimos rayos del sol y, casi con tristeza, el patio vuelve a ser patio y la mesa, el espacio más común de la convivencia obligada.

“Me gusta expresarme en la radio, porque detrás de esto hay gente que está escuchando lo que nos pasa, muchas personas tienen prejuicios sobre las personas que estamos detenidas, por eso estoy totalmente agradecida a la gente que siempre viene a visitarnos porque nos permite salir un poco de acá y ver lo que está sucediendo”, dijo una de las mujeres.

Comentarios