Ciudad

Muerte y destrozos fue el saldo de la feroz tormenta

Rosario fue azotada por un violento temporal con vientos que alcanzaron los 87 kilómetros por hora. Un muerto por el temporal

Por: Diego Montilla

El calor infernal del comienzo del día –que duró la mañana entera, hasta pasado el mediodía– fue expulsado de manera violenta por una tormenta que llegó a tener vientos de 87 kilómetros por hora provenientes del cuadrante sudeste y que también trajo consigo una abundante caída de agua. El saldo del temporal, que hizo su aparición pasadas las 13 en el marco de una prolongada sequía que viene afectando desde hace un tiempo a la región, fue de un muerto, de 57 años, quien se encontraba a bordo de una camioneta en Gorriti y Provincias Unidas junto a su hijo cuando cayó un árbol sobre el rodado (ver abajo). Además, según informaron desde la Junta Municipal de Defensa Civil, las poderosas ráfagas que azotaron Rosario de punta a punta derribaron 31 árboles en total en distintas partes de la ciudad, de los cuales tres de ellos ocasionaron daños a eventuales vehículos afectados por el desplome de algunas ramas. Las caídas de distintos ejemplares provocaron cortes de cables, generando problemas en distintos servicios, y la obstrucción en algunas calles.

El titular de Defensa Civil, Raúl Rainone, destacó que los aproximadamente veinte  minutos que duró el temporal “fueron muy intensos”. “Según los informes, cayeron poco más de 33 milímetros de lluvia. Si bien esa no es una gran cantidad de agua, el problema es que cayó toda de golpe y eso produjo algunos anegamientos. Lo que golpeó fuerte fue el tema del viento, con ráfagas que llegaron a los 87 kilómetros por hora, una cifra más que importante”, añadió.

Ya desde temprano, el Servicio Meteorológico había subido un alerta sobre la probable formación de tormentas de alta intensidad para gran parte del centro del país y el sur de Santa Fe. El viento caliente que venía soplando desde primeras horas de la mañana presagiaba de alguna manera que la situación meteorológica en algún momento “tenía que cambiar”.

Así las cosas y pasada la una del mediodía, un cielo oscuro, amenazante y cubierto de nubes descargó sobre la ciudad una impresionante cortina de agua que obligó a los rosarinos que estaban en la calle a buscar refugio y a aquellos que iban a bordo de un vehículo a manejar “a paso de hombre” frente a la fuerte caída de la lluvia y a las fuertes ráfagas de viento que se abatían sobre Rosario formando, en algunos casos, remolinos amenazantes de hojas y viento entre los árboles. Otro dato llamativo fue que en cuestión de minutos la temperatura descendió de manera abrupta y el calor infernal, que sitiaba la ciudad convirtiéndola en un virtual horno, se retiró frente al embate de un fuerte y fresco viento proveniente del sur.

Otro de los lugares que sufrió el embate de la sudestada fue la zona del río Paraná, donde las consecuencias de este viento suelen ser de suma gravedad, especialmente para las embarcaciones pequeñas. Movilizados por el alerta, efectivos de Prefectura realizaron desde las primeras horas del día un trabajo preventivo para evitar que los navegantes se lancen a las aguas. “Hicimos toda una tarea de prevención para que la gente tomara conciencia del peligro que representaba la navegación ante un panorama meteorológico como el que se venía anunciando”, destacó el jefe de Prefectura Naval Rosario, Jorge Boladeres.

“Momentos antes de la tormenta se paró el tránsito de las lanchas de pasajeros y las mismas dejaron de salir. Fue una tormenta muy fuerte y como nosotros teníamos el pronóstico desde temprano nos encargamos de poner en aviso a los clubes náuticos y a las guarderías para que avisaran a los navegantes sobre los riesgos de salir al río. Una embarcación pequeña, con el viento que se desató del sudoeste, tiene un grave riesgo de darse vuelta con todo el peligro que eso significa”, concluyó el prefecto.

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