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Muerte y caos tras un enfrentamiento

Un policía se tiroteó con un sindicado ladrón, que terminó sin vida.


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Un joven murió y un policía resultó herido en la madrugada de ayer cuando forcejeaban tras una un supuesto intento de robo que derivó en una persecución, en el barrio porteño de Saavedra. La muerte del muchacho derivó en una pueblada de vecinos de barrio Mitre –donde vivía la víctima fatal–, quienes se dirigieron a Saavedra y quemaran y destrozaron  decenas de vehículos Fuentes policiales aseguraron que el presunto asaltante recibió al menos dos balazos y murió antes de que pudiera ser asistido por los médicos, mientras que el policía fue herido en una pierna y debió ser operado. Tras el hecho, el secretario de Seguridad, Sergio Berni, afirmó que no se habían producido detenciones por el hecho y que los incidentes los provocaron casi un centenar de amigos del joven muerto, que “salieron todos juntos a hacer desmanes”.

Según informaron a Télam voceros del caso, todo comenzó cerca de las 0.50 de ayer, cuando personal policial de la comisaría 35ª de Capital Federal observó que dos hombres intentaban ingresar a robar a una casa y se acercó para detenerlos.

A raíz de ese episodio se inició una persecución, a la cual se sumó personal de la comisaría 49ª, que observó el paso de uno de los presuntos asaltantes por la zona de la calle Estomba y Correa. Allí quisieron apresarlo.

En ese momento, se produjo un forcejeo entre el sospechoso y uno de los policías –identificado como Javier Almirón–. De acuerdo con la principal hipótesis, ambos dispararon sus armas y resultaron heridos: el efectivo en la pierna y el joven –Marcelo Crespo, de 24 años–, de dos balazos.

“Quedaron tirados en el piso uno sobre el otro, por eso pensamos que se dispararon en medio del forcejeo por la detención”, dijo un jefe policial que participa de la pesquisa, quien agregó que, junto a los cuerpos, fueron encontradas la pistola calibre 9 milímetros del policía y otra Glock calibre 40 del muchacho.

Pueblada

La muerte del joven generó la reacción de los vecinos del barrio Presidente Mitre, ubicado a pocas cuadras de allí, que aseguraban que el joven fallecido vivía en esa zona, no era un delincuente y que no estaba robando, como lo señalaron las fuentes policiales.

“¡Lo mataron a Gustavo. Ahora, ahora, saquen los fierros que hay que matarlos!”, contó una vecina que gritaban unos jóvenes que incitaban al resto a iniciar desmanes en la cuadra.

Esos vecinos, que eran entre 80 y 100, incendiaron y destrozaron varios autos, rompieron una garita privada y otra de la Policía Metropolitana, y también violentaron el portón de acceso al garaje de un edificio situado en Naón y avenida Ruiz Huidobro.

 Allí dentro, rompieron otros autos que estaban estacionados e intentaron robarse unas motos, en tanto que destruyeron los vidrios de los departamentos de los pisos inferiores.

Todos los vecinos coincidieron en que los atacantes tapaban sus rostros con remeras, y estaban armados con palos, piedras y trozos de baldosas.

Tras los desmanes, el secretario de Seguridad, Sergio Berni, afirmó que los incidentes fueron provocados por casi un centenar de amigos del joven muerto, que “salieron todos juntos a hacer desmanes”.

El funcionario explicó que efectivos de la guardia de Infantería tuvieron que trabajar “toda la noche para contener la violencia” y que se hizo “un despliegue muy grande que duró mucho tiempo” para contener a los pobladores del barrio Mitre.

La causa es investigada por la fiscal Cristina Caamaño, quien dispuso que los peritajes en el lugar fueran realizados por Gendarmería Nacional, al haber estado involucrado en el hecho personal de la Policía Federal.

La fiscal dispuso el secuestro de cinco patrulleros de las comisarías 35 y 49 que participaron de la persecución.

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