Edición Impresa

Tiro fatal

Muerte dudosa en las islas

La Justicia investiga el fallecimiento de un joven de 20 años que cazaba carpinchos con su padre y un vecino en la costa entrerriana, frente a Granadero Baigorria. Los testigos dijeron que recibió escopetazo fatal en la cabeza por accidente.


Un joven de 20 años murió ayer al mediodía tras recibir un escopetazo en la cabeza en las islas entrerrianas, donde cazaba carpinchos junto con su padre y un vecino de 16 años frente a la costa de Granadero Baigorria. El papá contó a los uniformados que preparaba una trampa cuando escuchó un disparo y lo encontró tirado entre los pastizales con un tiro en la frente con la escopeta al lado. Los pesquisas indicaron que se tomaron testimonios a los acompañantes, se pidió la prueba de dermotest al cuerpo del joven baigorriense y también se ordenó peritar la escopeta de la que se presume provino el disparo. Además, los investigadores aclararon que, si bien las pruebas recolectadas hasta el momento apuntan a un accidente, no se descartan otras hipótesis.

Según fuentes policiales, el hecho ocurrió ayer minutos antes de las 13, cuando Héctor Hereñú de 52 años, su hijo Jesús de 20 y un vecino, identificado como Luis A., de 16 años, cruzaron desde la bajada del Espinillo hasta las islas entrerrianas para cazar carpinchos. Héctor acomodaba una trampa junto al adolescente cuando escucharon una detonación: corrieron unos metros hacia la zona de donde venía el estruendo y se encontraron con el cuerpo de Jesús tirado sobre los pastizales, dijeron. El joven presentaba un disparo de escopeta a la altura de la frente y el arma que era de su propiedad se encontraba a un costado, describieron voceros judiciales sobre la declaración que brindaron el padre y Luis.

De acuerdo con la investigación, tras hallar al joven, identificado como Jesús Mariano Hereñú, el padre y el amigo lo subieron a una canoa y lo trasladaron por el río Paraná hasta la costa, a la altura de la localidad de Granadero Baigorria, para que recibiera atención médica. Sin embargo, Jesús llegó sin vida a la zona conocida como la bajada del Espinillo.

En ese marco, la fiscal Mariana Prunotto, de la Unidad de Homicidios Culposos, quedó a cargo de la investigación y ordenó la autopsia al cuerpo de Jesús y peritajes sobre la escopeta incautada, la cual se presume se disparó por accidente, como también la prueba de dermotest para el cadáver, el papá y el vecino adolescente.

A su vez, fuentes judiciales agregaron que, a pesar de que tanto los testimonios como las pruebas recolectadas hasta el cierre de esta edición indicaban que se trató de un accidente, no se descartaba ninguna hipótesis. Por ello, Prunotto ordenó la ampliación de los testimonios de las personas que estuvieron con Jesús en las islas.

El caso es investigado por la fiscal Prunotto, con la colaboración del personal de la Policía de Investigaciones (PDI).

Comentarios