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Zona sudoeste

Muere chica baleada hace 6 días y su familia denuncia aprietes

Patricia Obregón estaba con muerte cerebral desde el sábado pasado. Ayer balearon el frente de su vivienda.


Una familia de la Vía Honda fue blanco de reiteradas amenazas e intimidaciones durante esta semana por parte de traficantes de la zona sudoeste, quienes pretenden usurparle su vivienda. La secuencia empezó el sábado pasado cuando César M., un joven de 24 años, fue objetivo de una balacera que terminó con su cuñada herida en la cabeza.

Cuando el chico fue a la comisaría a hacer la denuncia quedó detenido, pese a que había, según sus familiares, sido víctima del ataque y el lunes siguiente un juez le imputó tentativa de homicidio. Desconcertados, los vecinos salieron a señalar a un grupo del barrio como responsable de amenazas, de ocupar casas y vender droga con amparo policial. Ayer, luego de que El Ciudadano se hiciera presente en el lugar para escuchar las denuncias, la casa del joven de 24 años fue baleada. Casi al mismo tiempo, la familia se anoticiaba de que Patricia Obregón, la muchacha de 25 años baleada el sábado, moría en el Heca, tras cinco días de agonía.

Pistoleros del oeste

El sábado al mediodía, César M., de 24 años, estaba por comer con su familia en el patio de la casa de sus padres, ubicada a la altura de Felipe Moré al 3500, en el asentamiento conocido como Vía Honda. Según declaró César el lunes, durante una audiencia imputativa en su contra, ese día aparecieron Willy, Patito y Jorgito y discutieron. Había problemas de larga data. César les dijo que salieran a la calle y una vez afuera Willy desenfundó un arma y empezó a disparar. César corrió. En la balacera, su cuñada, que se había asomado a ver qué pasaba, recibió un disparo en la cabeza, mientras que su padre fue herido en una pierna. César levantó a su cuñada y, junto con otros vecinos, la llevó hasta bulevar Seguí, donde un auto particular la trasladó al Heca.

La chica quedó internada con muerte cerebral. En las primeras horas de la tarde de ayer, Patricia Obregón, de 25 años, falleció.

Cuando César volvió al barrio, ya había llegado la Policía y lo llevaron a la seccional a declarar. Él pensó que iba como víctima, pero quedó detenido. Es que poco después de la balacera, la hermana de Willy, identificada como Yamila L., resultó herida con una perdigonada y acusó a César.

En la audiencia del lunes pasado, el juez Juan Carlos Vienna imputó a César por el delito de tentativa de homicidio, atribuido a las lesiones leves que sufrió Yamila, y dictó 20 días de prisión preventiva para César, tal como lo había solicitado el fiscal de Homicidios Dolosos Ademar Bianchini. Por la balacera del sábado no hay ningún otro imputado.

Cuando la familia de César regresó al barrio, las amenazas no cesaron. Según dijeron a El Ciudadano, la misma noche de la balacera, la esposa de César fue amenazada por Willy, quien le puso un arma en la cabeza y le dijo que abandonara su casa. La chica se fue con sus tres hijos a la vivienda de sus suegros y a los pocos días le saquearon su vivienda. La esposa de César denunció tanto el robo como las amenazas en la seccional 18ª, pero no se tomaron medidas al respecto.

Según los vecinos, la familia de Willy está hace 20 años en La Vía Honda y se dedica a la venta de drogas. También ocupan casas en forma violenta, amenazando a los vecinos que terminan yéndose a otro barrio, reiteraron ayer los habitantes de la zona.

Una vecina contó a este diario que abandonó su casa hace tres años: “Yo tengo un nene de ocho años y me amenazaron hasta que me fui; me daba mucho miedo por él”.

Willy es el sobrino de un tal Gabi, señalado como un vendedor de drogas de la zona que tenía un búnker que fue derrumbado por vecinos hace tres años. Willy ahora se hace cargo del negocio, cuentan en el barrio.

Tiros impunes

Ayer por la mañana, algunos vecinos recibieron a este diario para dar cuenta de una situación a la que, según dicen, hacen oídos sordos tanto la Policía como la Justicia.

Poco después, cerca del mediodía, la casa de los padres de César fue baleada.

“Estábamos con algunas vecinas tomando mate adentro y escuchamos los tiros. Salimos corriendo por atrás, por las quintas. Nos dijeron que fue Patito, uno que trabaja con Willy”.

Willy, como le dicen a Rubén Darío L., estuvo preso por el homicidio de Héctor Esquivel, un joven asesinado en abril de 2014 en Felipe Moré y Saavedra. Mientras era investigado por ese crimen, el joven pidió permiso laboral para salir del penal y no volvió, porque lo que fue declarado en rebeldía en septiembre pasado. Su hermana Ayelén también estuvo imputada por la tentativa de homicidio de Carina Esquivel, horas antes del crimen de Héctor.

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