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Mubarak, sordo a otro grito gigante para que se vaya

Jornada de protesta en Egipto para forzar la renuncia del presidente, con pocos indicios de que eso ocurra.

Cientos de miles de personas concentraron ayer en Egipto con ocasión de una nueva jornada de protestas bautizada Día de la Partida, convocada para forzar la renuncia del presidente, Hosni Mubarak, que seguía haciendo oídos sordos a los reclamos internos e internacionales.

En El Cairo, una multitud hizo guardia en la céntrica plaza Tahrir, donde los opositores, atrincherados desde el pasado 25 de enero, resistieron el miércoles último una violenta tentativa de desalojo llevada a cabo por los partidarios de Mubarak, en una batalla campal que dejó ocho muertos.

Los militares establecieron controles escrupulosos alrededor de la plaza y dejaban pasar a la gente con cuentagotas.

La ONU evalúa que desde el inicio de las protestas hubo unos 300 muertos y miles de heridos. Según un balance del Ministerio de Salud, 5.000 personas resultaron heridas desde el anterior viernes de la semana.

Otras ciudades fueron teatro de masivas protestas durante este Día de la Partida, que se celebró en coincidencia con la tradicional jornada de oración de los musulmanes.

Decenas de miles de personas manifestaron en Alejandría (norte), la segunda ciudad del país, al grito de “¡Abajo Mubarak! ¡Abajo el régimen!”.

En El Cairo, el jefe de la Liga Árabe, Amr Musa, que fue canciller de Mubarak y ya no disimula su intención de presentarse a las elecciones para sucederlo, se acercó a la plaza “como gesto de apaciguamiento”, indicó su oficina.

En declaraciones al canal Al Jazira, el opositor y premio Nobel de la Paz Mohamed el Baradei, tampoco descartó presentarse a la sucesión de Mubarak.

El ministro de Defensa, Mohamed Husein Tantaui, acudió personalmente a la plaza para examinar la situación y hablar a la muchedumbre, rodeado por soldados.

Mubarak “les ha dicho que no volvería a presentarse” en la próxima elección de septiembre, recordó el ministro a los manifestantes, antes de instarlos a aceptar la propuesta de diálogo del gobierno.

El presidente, que anunció el martes último que no se presentaría a las elecciones de septiembre, también se halla bajo fuerte presión externa, pues sus aliados occidentales le exigen acelerar la transición que prometió el martes, al asegurar que se abstendría de buscar un nuevo mandato. Pero el presidente no da el brazo a torcer y advirtió que su salida dejaría paso al “caos”.

Según The New York Times, Estados Unidos está discutiendo con funcionarios egipcios un plan para que Mubarak entregue inmediatamente el poder a un gobierno de transición encabezado por el vicepresidente, Omar Suleimán, ex jefe de los servicios de inteligencia del país.

En Bruselas, los líderes de los 27 países de la Unión Europea (UE) pidieron que la transición democrática en Egipto se inicie “ahora”. En Ginebra, la alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Navi Pillay, exhortó a las autoridades egipcias a efectuar investigaciones “transparentes e imparciales” sobre las recientes violencias.

El ayatolá Alí Jamenei, guía supremo de Irán, ofreció una lectura diferente de lo que ocurre en Oriente Medio, al asegurar que las sublevaciones de Egipto y de Túnez son una “señal del despertar islámico” en el mundo.

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