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Movimiento de Trabajadores Sin Tierra: florece la esperanza en el corazón de América Latina

Uno de los abogados de la APDH Rosario cuenta en primera persona cómo es la experiencia del MST de Brasil en el campamento “Marielle Vive”, a 80 kilómetros de Sao Paulo, llamado así en homenaje a la activista LGTB+ y concejala Marielle Franco, asesinada en marzo de 2018 en Rio de Janeiro


Federico Pagliero (*)

 

Hace 37 años que en Brasil existe una rebeldía comunitaria llamada MST (Movimiento de los Trabajadores Sin Tierra).

En un territorio donde la esclavitud fue la regla de la opresión, el MST como distintos movimientos campesinos, plantean la liberación y distribución equitativa de la tierra, luchando por efectivizar la reforma agraria que actualmente es una ley de letra muerta.

Como extraordinaria experiencia latinoamericana, tengo el honor de estar viviendo temporalmente en el campamento “Marielle Vive”, ubicado en una zona rural a las afueras de la localidad de Valinhos, a tan solo 80 kilómetros de la enorme ciudad de Sao Paulo.

Mientras camino por estas tierras de color rojo, los niños y niñas me gritan “argentino, argentino” y me invitan a jugar a la pelota, en una cancha de fútbol que se encuentra al lado de cultivos agroecológicos y de una pequeña montaña.

Este potrero inolvidable, donde pasé varias tardes compartiendo la pasión de multitudes, no lo cambiaría ni por el estadio Maracaná de Brasil ni el Monumental de Argentina. Allí fui feliz y fui nuevamente un niño.

Hace días que estoy compartiendo conversaciones, actividades, reuniones, charlas con les compañeres del MST, quienes me han abierto los ojos a un método de lucha colectivo, comunitario y en armonía con la naturaleza.

Otra forma de organizarse y de producir es posible.

 

Hemos intercambiado experiencias de las distintas militancias y también pude contarles de nuestra lucha por Memoria, Verdad y Justicia de los organismos de derechos humanos de Argentina, y específicamente la militancia que llevamos adelante dentro de la APDH Rosario en los juicios de lesa humanidad y de represión policial, como así también la labor en derechos humanos que realizamos desde el Servicio de Orientación Jurídica del Museo de la Memoria de Rosario.

La Memoria como bandera; el nombre del campamento es en homenaje y para mantener viva en la lucha a la compañera Marielle Franco, referente LGBTQI+, víctima del accionar estatal, asesinada en el año 2018.

El territorio del campamento Marielle, eran tierras improductivas de especulación inmobiliaria, las cuales fueron tomadas por el MST el 14 de abril de 2018. Al tratarse de tierras improductivas, se encuadra dentro de la ley de Reforma Agraria, por lo cual deben permanecer para las familias que actualmente las trabajan. La tierra es de quien la trabaja.

Actualmente el campamento tiene algunos matices de un mini-Estado socialista, con el objetivo de serlo. Aquí viven 450 familias, más de mil personas, entre ellas 150 niñes.

 

La agroecología/agrofloresta es el método de cultivo y trabajo de la tierra, existiendo en el campamento un gran mandala como arquitectura agrícola, que impacta por su diversidad en cultivos, aromas, colores y sabores.

Mientras camino y saludo a los vecinos, tomo mate con menta de la huerta medicinal.

Aquí no se utiliza ningún tipo de fertilizante químico, ni venenos, ya que uno de los objetivos es la protección comunitaria de la naturaleza y el consumo de alimentos saludables, sustentables y agroecológicos.

Qué fácil es darse cuenta que en todo el continente sufrimos la opresión neoliberal sin límite, con su accionar asesino de agronegocio extractivista que destruye nuestro planeta y a quienes lo habitamos. Este ecocidio organizado por la codicia acumulativa traspasa fronteras.

La organización de este campamento me hace recordar a las hormigas y su labor comunitaria con objetivos comunes y colectivos.

La igualdad de genero es uno de los puntos sobresalientes del campamento, existiendo el área LGBTQI+, con paridad de género en relación a les coordinadores territoriales de cada núcleo.

Impresiona el área educación, que realiza un apoyo escolar extraordinario, utilizando el método de alfabetización cubano, como así también el método educativo de Paulo Freire.

Aquí trabajan agentes comunitarios de salud, resaltando que dentro del territorio del campamento la pandemia impactó menos que en la ciudad más próxima. El cuidado de les compañeres fue y es muy exhaustivo.

Está claro que este oasis solidario y comunitario no es muy agradable para el sistema neoliberal, opresor y extractivista, donde la especulación inmobiliaria golpea a lo largo y lo ancho del continente.

El campamento Marielle de un tiempo a esta parte ha superado, producto de la lucha popular, una amenaza de desalojo expedida el 23 de noviembre de 2021 por el Tribunal de Justicia de San Pablo. Esa decisión, con contradictorias y pobres pruebas para desvirtuar la aplicación de la ley de Reforma Agraria, fue suspendida a través de una prórroga del Supremo Tribunal Federal, con fecha fijada para el 31 de marzo de 2022.

 

Después de cada reunión se grita fuerte Marielle Fica!!!, lo cual es un grito de lucha cuya traducción significa que el campamento se queda, que estas tierras deben ser de quienes comunitariamente las trabajan y sueñan con un mundo donde quepan los sueños colectivos de las hormigas que sudan protegiendo a la tierra, educando a les niñes y luchando por la dignidad del pueblo.

Agradezco de corazón a todas las hormigas del campamento Marielle Vive, quienes me acogieron como uno más de ese gran hormiguero comunitario y combativo.

En marzo se vendrá una gran lucha, y las hormigas se preparan para dar batalla y darlo todo por la dignidad del pueblo.

Marielle Fica!!!

 

(*) Abogado de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH Rosario) y trabajador del Museo de la Memoria de Rosario

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