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Movilizados en defensa de la ley de Medios

Organizaciones sociales, políticas, sindicales y de DDHH manifestaron su rechazo a cambios en la norma y a “presiones” para que dimita Sabbatella.


Diversas organizaciones del campo popular rechazan el decreto firmado por el presidente Mauricio Macri, que pasó la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (Afsca) y la Autoridad Federal de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (Aftic) a la órbita del Ministerio de Comunicaciones, al tiempo que repudian las “presiones” para que el titular de la Afsca, Martín Sabbatella, renuncie a su cargo, en el cual fue designado por ley hasta 2017.

Ayer, en  Rosario y en otros puntos del país, organizaciones sociales, partidos políticos,  sindicatos, trabajadores de prensa se movilizaron bajo la consigna “la ley de Medios se defiende entre todos”. La convocatoria en la ciudad fue en San Lorenzo 809, donde funciona la sede regional de la Afsca. “El decreto presidencial viola claramente la denominada ley de Medios, que en su artículo diez señala que la Afsca es un organismo descentralizado y autárquico. De esta manera, se le resta independencia a una institución conformada por las tres minorías parlamentarias, representantes de universidades, pueblos originarios y medios alternativos”, señalaron los manifestantes locales en un comunicado.

En tanto, la porteña Plaza de Mayo fue ayer punto de encuentro de una manifestación en defensa de la norma en cuestión, mientras que Sabbatella convocó a un acto para el jueves frente al Congreso.

En declaraciones radiales, Sabbatella insistió ayer en que no renunciará a su cargo y advirtió que “no se puede en nombre de la calidad institucional” intentar “violar la ley de Medios”. Sabbatella aclaró que el DNU que pasó a la Afsca y Aftic bajo la órbita del Ministerio de Comunicaciones “no le quita ninguna función, responsabilidad o atribución”. Y agregó: “El directorio de la Afsca está nombrado por cuatro años, es plural, que se designa dos años antes del final de un mandato presidencial, para que el nuevo presidente tenga que convivir dos años con el directorio. Es una práctica democrática, y no admite demasiada discusión”.

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