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Mostrándose los dientes

Estatales de UPCN y ATE cumplieron ayer una huelga por 48 horas y ya anticipan un paro de 72 para la semana que viene. La Casa Gris pidió “razonabilidad” y recordó que una gestión del PJ hasta bajó sueldos.

Los estatales cumplieron ayer sus 48 horas de paro amenazando con redoblar la apuesta. Tal como habían decidido el lunes, los gremios UPCN y ATE cumplieron una medida de fuerza en toda la provincia que fue calificada como “absolutamente exitosa” por el secretario adjunto del gremio cegetista, Jorge Molina. Pero, además, el dirigente de UPCN señaló que, si el Ejecutivo no accede al reclamo de un aumento salarial del 10 por ciento, la semana que viene habrá una nueva huelga, pero de 72 horas. Ante ello, el ministro de Gobierno, Antonio Bonfatti, ratificó que seguirán negociando con los gremios para evitar la medida, pero también replicó el desafío: rememoró los años de gestión del PJ en Santa Fe, en los que en lugar de aumentar se bajaron los salarios de los estatales.

El conflicto entre el Ejecutivo provincial y los sindicatos estatales subió de temperatura ayer cuando Molina lanzó una severa advertencia al gobierno de Hermes Binner: “Quizá no esté la decisión política de atender el reclamo de trabajadores públicos, pero nosotros decimos que la provincia tiene una situación económica holgada y un crecimiento de recursos más allá de lo estimado. Podría responder la demanda de los trabajadores”, razonó. Luego graficó el escenario que viene: “Si no tenemos respuesta, el martes (2 de  noviembre) habrá un plenario provincial y se analizarán las novedades”.

Bonfatti salió al cruce del dirigente de UPCN y pidió una demostración de “razonabilidad” al gremio. “Creo que todos los trabajadores, al margen de la función que cumplen, merecen el mismo reconocimiento”, marcó el ministro, aludiendo al gremio docente, que días atrás aceptó la propuesta salarial de la Casa Gris. “Por eso les pido que consideren que otros gremios ya han aceptado esta propuesta y no puede haber diferencia entre los trabajadores, más allá de la función que cumplen”.

Los docentes aceptaron una suba que –en promedio– representa un 5,5 por ciento a partir de octubre, más un incentivo de 300 pesos no remunerativos que cobrarán en tres cuotas. En cambio, los estatales agremiados en UPCN y ATE rechazaron la propuesta oficial que incluía, además de los 300 pesos de incentivo, una suba del 6,3 por ciento. Los argumentos que esgrimieron son que las arcas provinciales tienen más recursos de lo previsto –de allí su reclamo por un incremento del 10 por ciento– y además ellos no aceptarán “sumas en negro”, como definieron al adicional de 300 pesos.

Para Bonfatti, el pedido de un aumento del 10 por ciento es “un despropósito”. No obstante, el funcionario se manifestó optimista de cara a las nuevas negociaciones: “Hay que seguir conversando. Merecemos que nos sentemos nuevamente y volvamos a charlar. Ya vamos a encontrar un hueco para juntarnos, de todos modos siempre están los canales y los teléfonos abiertos”. El ministro defendió la política salarial del gobierno del Frente Progresista y aprovechó para recordar a las gestiones del PJ: “En otras épocas, cuando a la provincia le iba mal se rebajaron los sueldos a los trabajadores; a nosotros ni se nos hubiese ocurrido”.

“En ningún lugar del país se escucha que se debata aumento salarial; nosotros lo estamos haciendo en este momento”, añadió Bonfatti. “A estas cosas hay que valorarlas: el gobierno dio paritarias, puso una cláusula automática (para que los salarios se actualicen automáticamente cuando la inflación los supera), permite el ingreso por concurso, mejora los lugares de trabajo”, enumeró y resumió: “Estamos, como nunca, dando respuesta a los trabajadores”.

El lunes los trabajadores afiliados a UPCN y ATE realizarán asambleas en sus lugares de trabajo y el martes se reunirán los delegados para decidir cómo continúa el reclamo salarial. El secretario general de UPCN, Alberto Maguid, encara la segunda semana de conflicto con ánimo de más paros: “No es aventurado, es una posibilidad bastante cierta. Por la fuerza y contundencia del paro (del jueves y viernes) es evidente que la gente está deseando que se la escuche. Y quiere que se nos dé lo que hemos pedido. Nosotros aceptamos la cláusula gatillo porque en ese momento (marzo) no había plata. Hicimos el esfuerzo de aceptar un monto que nos parecía insuficiente; ahora la situación es totalmente distinta”.

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