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Clásico y contemporáneo

Moris y Antonio Birabent reactualizaron “El Oso” y su necesario mensaje pacifista

El gran trovador del rock argentino y su hijo registraron juntos una nueva versión de este clásico de décadas que incluye un cuarteto de cuerdas y reactualiza su mensaje "pacifista y de libertad", tal como destacaron ambos artistas


El gran trovador del rock argentino Moris y su hijo Antonio Birabent registraron juntos una nueva versión del clásico “El Oso”, que incluye un cuarteto de cuerdas y reactualiza su mensaje “pacifista y de libertad”, tal como destacaron ambos artistas.

“Volver a grabar «El Oso», tanto para mí como para Antonio, es una alegría en el sentido que es un mensaje pacifista, en estos tiempos donde es tan necesario. También es un mensaje ecológico que apuesta al ansia de libertad que todos tenemos y a valorizar esa naturaleza a la cual le debemos todo”, comentó su autor a la agencia de noticias Télam.

Por su parte, Birabent consideró que se trata de “una canción especial, generacionalmente hablando”, al puntualizar que “es una fábula para niños pero nos toca a los adultos de una manera muy contundente” por la temática que aborda.

La nueva versión cuenta con los arreglos y la dirección musical del pianista Lolo Micucci, la guitarra de Víctor Volpi, el bajo de Horacio Salerno y la batería de Cristhian Faiad, y suma un cuarteto de cuerdas conformado por Natalia Cabello y Julieta Bril, en violín; Elizabeth Ridolfi en viola y Paula Pomeraniec en cello.

La canción, disponible desde las últimas horas en plataformas digitales, está acompañada de un videoclip dirigido por Augusto González Polo, que tuvo a Pablo Padovani como montajista.

“Nos dimos el gusto de grabarla con una orquesta de cuerdas compuesta por cuatro violinistas que le pusieron toda el aura femenina armónica a la idea de la canción de pacifismo, de ansias de libertad, de ecología y de búsqueda de un tiempo de paz y de armonía que abarque a todos”, señaló Moris.

Respecto a las motivaciones para que este clásico tuviera una nueva versión, Birabent comentó que la idea partió de César Isella, el hijo del recordado artista del mismo nombre, quien maneja la plataforma digital Limbo; y que la propuesta fue aceptada de buena gana debido a que era parte de los shows conjuntos que llevan adelante padre e hijo, pero nunca había sido registrada en ese formato.

Precisamente, este trabajo aparece poco después de la edición de La última montaña, segundo trabajo de Moris y Antonio Birabent, sucesor de Familia canción, de 2011.

Pero aunque “El Oso” tiene poco más de 50 años y se posicionó como una composición clave e ineludible a la hora de repasar la historia del rock argentino, en sus primeras décadas de vida no fue muy tenida en cuenta por su autor, quien no solía incluirla en su repertorio habitual.

Esto provocó que hasta el propio Antonio Birabent prácticamente no supiera de su existencia y recién recalara en ella cuando fue convocado para la película Tango feroz, de 1993, donde la interpretó.

“Mi padre cuenta que, si bien la canción quedó en su primer disco, podría no haber entrado. Le daba valor, pero no ponía el énfasis en esa canción más que en otras. De hecho, recuerda que no la cantó mucho en esos primeros años”, destacó el músico.

Cabe recordar que “El Oso” aparece en el primer disco de Moris, el emblemático Treinta minutos de vida, que también contenía “De nada sirve”, “Pato trabaja en una carnicería” y “Escúchame entre el ruido”, entre otras.

En el plano personal, Birabent comentó: “De chico no conocía la canción, definitivamente. Nos fuimos a España y allá mi padre no la cantaba, no era de su repertorio. Yo me encuentro con la canción cuando tengo casi 20 años. Es una canción que la gente recuerda mucho, y sin embargo debe ser una de las que menos me identifican. Como cantante, como intérprete, evolucioné hacia un lado tan distinto que me parece bien que haya una versión actual”.

A la hora de hacer historia, reveló que el tema surgió a pedido de una maestra jardinera, pero que “con los años, se transformó en algo que excedió ese ámbito infantil”.

“Es probable que hoy la canción sea más combativa y más de denuncia que hace 50 años. Tal vez, hace 50 años tenía un valor filosófico, pero ahora tiene un valor más cotidiano. Por otro lado, habla de cosas que acompañan al ser humano toda su existencia. La libertad, el destino de nuestras vidas son preguntas que se han hecho nuestros antecesores, nos hacemos y se harán nuestros descendientes”, opinó Birabent.

Pero más allá de valores contenidos en la canción y del lugar que ocupa en la cultura popular, el músico rescató especialmente el momento de “comunión” artística que atraviesa con su padre, por lo que entiende que esta versión tiene para ellos “un gran significado”.

“Esta es una manera de actualizar una canción con voces distintas. La versión es bastante parecida a como la tocamos en vivo. Lo que agregó Lolo fue el cuarteto de cuerdas que le da una grandiosidad y un sentimiento, pero es una versión que podríamos cantar dormidos de tan incorporada que la tenemos. Y de alguna forma, fue así”, concluyó.

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