Policiales

Ataques mafiosos

Monos: tiros para el lado de la Justicia

Motociclistas balearon el Centro de Justicia Penal, donde en abril fue condenado el clan Cantero; también un edificio donde vivió la jueza Usandizaga. Así son diez los episodios con móvil de intimidación en dos meses. Lifschitz interpeló al resto de las instituciones para “dar una respuesta dura"


Foto: Juan José García

Los disparos contra el flamante Centro de Justicia Penal (CJP) en la madrugada de ayer, y los ocurridos casi al unísono en un edificio de barrio Martin donde supo vivir la jueza Marisol Usandizaga, fueron un capítulo más de la serie que tiene a la banda de Los Monos como referencia ineludible, pero la trascendencia simbólica del ataque fue superior, y no sólo por acumulación: enseguida estuvieron en el edificio donde en abril pasado se leyeron las condenas a los cabecillas del clan Cantero las tres máximas autoridades provinciales con incumbencia directa en el tema: el propio gobernador Miguel Lifschitz, y los ministros de Seguridad y Justicia, Maximiliano Pullaro y Ricardo Silberstein, respectivamente. El jefe de la Casa Gris ensayó una explicación de medio vaso lleno al salir de la reunión que, in situ, el trío mantuvo con la fiscal Valeria Haurigot: “Hemos pateado un hormiguero. Eso está claro y lo seguiremos haciendo. Estamos avanzando y seguimos en el camino correcto”. Mencionó, sin embargo, la otra mitad del recipiente al admitir que la saga de atentados “está poniendo en riesgo la institucionalidad” y por ello interpeló a propios y extraños en busca de “una respuesta dura, unánime y firme de todos los sectores del Estado”.

El sábado por la madrugada tiratiros dispararon al menos siete veces contra el Centro de Justicia Penal de Rosario con análoga modalidad que en casos anteriores: dos hombres en moto abrieron fuego contra los cristales del edificio donde se llevó a cabo el proceso a integrantes del clan Cantero.

Fotos: Juan José García

El nuevo ataque, perpetrado entre la 1.30 y 1.40 de la madrugada, remite al pasado reciente pero también al futuro inmediato: la sede del Centro de Justicia Penal será, desde el próximo martes 14 de agosto, el escenario de las audiencias de apelación a las condenas del clan Cantero. En la misma locación, a la vez, evalúan realizar otro proceso contra la misma banda, esta vez por narcotráfico y a cargo de la Justicia federal, desde el 21 de septiembre, en el marco del expediente Los Patrones.

Gustavo Franceschetti, defensor regional de Rosario, informó a <El Ciudadano> que la mujer que realiza la limpieza fue la primera persona que vio los impactos de bala. “Cinco disparos atravesaron los vidrios, fueron siete balazos en total”, detalló el funcionario judicial, máxima autoridad en ese sector del edificio, ya que los balazos fueron dirigidos al hall donde habitualmente esperan su turno de ser recibidos quienes procuran la asistencia de la defensa pública.

El funcionario agregó que seis de los tiros impactaron en la planta baja del edificio, sobre la fachada que da a calle Rueda, donde se encuentra la sala de espera. Otro dio en el frente sobre Sarmiento, pero en este caso –puntualizó– no perforó el vidrio: “Son gruesos, todas las balas no traspasaron, pero sí generaron daños y perforaciones en dos sillas plásticas donde la gente se sienta a esperar”, relató el defensor.

Voceros extraoficiales dijeron que la guardia del edificio nunca se enteró del ataque hasta el aviso de la trabajadora. La Policía de Investigaciones (PDI) es la fuerza que intervino primero en las pesquisas del ataque. Se levantaron siete vainas calibre 9 milímetros que fueron enviadas a peritar. Fiscalía, en base a dichos de testigos, informó que los disparos partieron de los ocupantes de una moto que pasó rauda y en contramano por calle Rueda, en dirección a Sarmiento.

Al cierre de esta edición, el personal de la Policía de Santa Fe y de Gendarmería Nacional mantenían cortada calle Rueda entre Mitre y Sarmiento hasta este domingo a las 7. Además, estaban abocados a la custodia de todo el predio.

El décimo

“Hubo un hecho similar contra un domicilio en Libertad al 300, que en algún momento fue de la doctora (Marisol) Usandizaga. Es más de lo mismo. Todas amenazas, intimidaciones que giran alrededor de funcionarios vinculados a la causa de Los Monos”, repasó Lifschitz el otro atentado de la jornada y de paso reforzó hipótesis en el contacto que mantuvo, cerca del mediodía, con los periodistas que montaron guardia en el edificio del CJP de Sarmiento y Rueda.

Cinco hombres y una mujer que circulaban en tres motocicletas dispararon la madrugada de este sábado una decena de balazos en dirección a un balcón del primer piso del edificio Ipanema, ubicado sobre avenida Libertad al 300. La noticia se conoció después de una primera conmoción generada por el ataque contra el CJP.

Fuentes policiales acudieron al lugar, a metros del Monumento a la Bandera, ante el aviso de un empleado que cumple funciones de vigilancia en el edificio lindero. Relató que alrededor de las 2 vio a seis personas –cinco hombres y una mujer– en tres motos. Detalló que detuvieron la marcha, se bajaron y comenzaron a disparar el edificio llamado Ipanema.

Los investigadores levantaron de la calle y la vereda 10 vainas servidas calibre 9 milímetros. Recogieron un mensaje escrito en birome, desprolijo y sobre un pedazo de cartón, con el texto “Con la mafia no se jode”, que los agresores dejaron en el lugar. Contactaron también al propietario actual del departamento del primer piso donde impactaron las balas, quien no atinó a relacionar el ataque con él o sus actividades. Las marcas de los disparos quedaron en las persianas del departamento –uno de los vidrios de las aberturas estalló– y en la baranda metálica del balcón. En la torre Ipanema vivió, hace varios años, la jueza Marisol Usandizaga, quien integró el tribunal que condenó al núcleo duro del clan Cantero.

Usandizaga es la misma magistrada que fue blanco de ataques indirectos la noche del 26 y la madrugada del 27 de julio último. En el primer caso, dispararon desde una moto al menos siete tiros contra una casa de Zeballos al 2500 que perteneció a su padre, el ex intendente Horacio Usandizaga. El segundo, a las pocas horas, con parecida modalidad, marcó la fachada de un edificio bautizado Marisol, de Dorrego al 1600. El Vasco Uzandizaga era uno de sus propietarios, y de hecho allí tuvo su estudio de abogacía.

El mismo 27 de julio, dos integrantes de Los Monos que están a disposición de los fueros federal y provincial, Ariel “Guille” Cantero y Jorge “Ema” Chamorro, reclamaron volver a cárceles de Santa Fe vía videoconferencia ante un juez provincial, al que responsabilizaron por sus vidas en caso de no aceptar el magistrado un habeas corpus. El martes pasado, el recurso fue rechazado.

Con Bullrich

Lifschitz adelantó que en esa segunda etapa del proceso, la apelación por las condenas a Los Monos en el fuero provincial, “se va a restringir el tránsito alrededor” del edificio “para darle seguridad a todos los trabajadores y profesionales” que se desempeñan allí y lo mismo, agregó, “en el edificio de Tribunales (provinciales de Balcarce y Oroño)”.

Pasado ese punteo de los deberes propios, Lifschitz pasó a la demanda de los ajenos: adelantó que hablará con la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, para coordinar acciones con las fuerzas federales que dependen de ella. “Nuestra mejor respuesta es confirmar las condenas (de la Justicia provincial a Los Monos) y respaldar a los jueces federales (en la causa por narcotráfico)”, resumió el mandatario, para “demostrar que las instituciones pueden más que las mafias”.

El inicio de la saga

Los ataques comenzaron el pasado 29 de mayo y desde entonces suman diez y en todos los casos, salvo uno, se usó el calibre 9 milímetros. Esa noche el blanco fueron dos ex viviendas del juez Ismael Manfrín ubicadas en Italia al 2100 (enfrente de la comisaría 5ª) y Montevideo al 1100 (aquí se usó calibre 409. El magistrado presidió el tribunal que dictó sentencia en la causa por asociación ilícita y homicidios contra Los Monos y además formó parte del que absolvió a los acusados de matar en 2013 a Claudio “Pájaro” Cantero.

Las casas fueron tiroteadas por motociclistas con una mecánica similar, por lo que la conexión con la banda de La Granada se hizo ineludible, ya que en la madrugada siguiente fueron trasladados a cárceles fuera de Rosario, en Resistencia (Chaco) y Rawson (Chubut) Guille Cantero y Ema Chamorro, respectivamente, por orden de la Justicia federal: ambos están encausados en el expediente narco Los Patrones y condenados ante la Justicia ordinaria por asociación ilícita y homicidio.

El 20 de junio desconocidos balearon los frentes de tres viviendas, ubicadas en Laprida al 3600, entre 24 de Septiembre y bulevar Seguí, en una de las cuales vive el padre del juez que instruyó la causa por asociación ilícita, Juan Carlos Vienna. Los tiradores se movilizaban en un Ford Focus color blanco. Unas horas antes se había producido un episodio similar cerca de allí: motociclistas gatillaron al menos diez veces y cuatro de esos proyectiles impactaron sobre la casa de un comerciante, ubicada en una de las ochavas de Buenos Aires al 3900. El ataque llamó la atención porque el otro domicilio donde las fuentes indicaron que uno de los proyectiles hizo blanco pertenece a la ex esposa del juez Vienna. Una sexta bala impactó en un vehículo, que según fuentes policiales es propiedad del fiscal Marcelo Vienna, hermano del juez.

En el mismo marco fueron atacadas a tiros semanas atrás viviendas vinculadas con dos renombrados ex integrantes de la Brigada Operativa de la División Judiciales, que encabezó la pesquisa contra los Monos en el fuero provincial allá por 2013: el subcomisario Luis Quevertoque y el sargento Ariel Lotito.

En este contexto, luego de que se conociera que la muerte del Pájaro Cantero –líder de Los Monos asesinado en mayo de 2013– quedaba impune al confirmar las absoluciones la Cámara Penal, una caja con un pollo y dos bananas fue depositada en la puerta de ingreso a Tribunales. Uno de los acusados por ese crimen es Luis “Pollo” Bassi y otro es Facundo “Macaco” Muñoz, por lo que todas las lecturas del hecho lo calificaron como una nueva intimidación.

Repudios

La intendenta de Rosario eligió una red social para expresar su preocupación. “Mi absoluto repudio a los episodios intimidatorios contra el Poder Judicial y mi apoyo incondicional para quienes trabajan todos los días para que haya justicia en la ciudad. Este es un momento para unirnos más que nunca en la lucha contra las mafias”, escribió la jefa política local en Twitter. También Antonio Bonfatti, quien cuando era gobernador sufrió un atentado similar, repudió este nuevo ataque vía Twitter. “Repudio total a la violencia que busca intimidar y entorpecer el accionar de la justicia y demás poderes del Estado. Todos juntos a paso firme, tenemos que seguir luchando a fondo contra las mafias”, dejó sentada su posición el actual titular de la Cámara de Diputados de la provincia.

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